Viñales: “Me gusta leer sobre la mente humana”
El piloto de Yamaha tenía muchas esperanzas en el inicio del Mundial de MotoGP, con Márquez renqueante
Amante del manga y de los caballos –de pequeño practicó doma clásica y salto–, hace lentejas con el robot de cocina y sin su ayuda se prepara bols de poke o wraps saludables, come muchísima verdura y pescado, que estaba saturado de proteínas, dice. Ahora, en pleno confinamiento, le ha dado también por leer, que hacía mucho que no se relajaba con un libro. Lo hace con El Guerrero Pacífico, de Dan Millman, pues últimamente apuesta por los libros de autoayuda y los de coaching. “Me gusta leer sobre la mente humana”. Así es y así vive en esta crisis causada por la Covid-19 Maverick Viñales, a quien ningún periodista logró sonsacarle nunca tanta información como lo hicieron sus seguidores durante un directo emitido este miércoles por la página de Facebook de El País Deportes. La charla, que inicialmente iba a ser de media horita se alargó otra media hora más y el piloto del Movistar Yamaha cortó porque se lo pidieron, no porque quisiera. Él, que apareció por el Mundial de Motociclismo con apenas 15 años y la lengua comida por el gato, él, de quien muchos creen que es parco en palabras, intentó no dejarse ni una pregunta por responder.
Contó Viñales, también, que este encierro en su casa de Andorra, donde reside desde hace años –“Aquí tengo los amigos, encuentro paz y tranquilidad en las montañas, además, me va muy bien entrenarme en altura”–, le ha dado para aburrirse tantísimo, a pesar de los ratos para entrenarse, de la Play, de los paseos que da con su perra Minnie o de la compañía de su pareja, Cristina Llovera, que entre los dos están organizando la casa y cambiando la distribución de los muebles.
A Viñales la cancelación de la primera carrera de MotoGP, que debía celebrarse en Qatar el pasado 8 de marzo, no le vino muy bien. Había terminado los últimos tests como el piloto más rápido y no parecía haber mejor escenario para estrenar su nueva M1 ni mejor momento, con el campeón del mundo Marc Márquez todavía renqueante de una operación en el hombro. “Me decepcionó la cancelación de la carrera. Tenía muchas esperanzas puestas en Qatar. Había entrenado bien en pretemporada y me sabía un par de trucos para la carrera, pero al final no pudo ser”, concede. Aunque asume que Dorna, organizadora del campeonato, hizo bien. Apenas empezaban a dispararse los casos en Italia, al inicio de la crisis sanitaria en el continente europeo, pero el país de la península arábica cerró la entrada a los italianos apenas unos días antes del domingo de la carrera: “Tenía que ser así. Nosotros teníamos compañeros de Italia que no podían viajar, así que no quedaba otra”, señala. Así que se conformó con ver las carreras de Moto2 y de Moto3, que sí pudieron disputarse, desde el sofá.
Sin carreras, decidió seguir entrenándose sin advertir los días de sofá y manta que se avecinaban. Se lesionó practicando motocross. Y todavía hoy va con muletas de vez en cuando. No se rompió nada, pero el golpe fue tal que pasó unos días ingresado en el hospital y hoy todavía le duele la cadera. Así que todavía toca el gimnasio lo justo. “Necesito unos días más de reposo. Hago, como mucho, rodillo en la bici; algunos días me agobio con 40 minutos, otros me paso una hora y media o dos”, relata.
Si bien, su estado físico era magnífico a primeros de marzo y no teme por cómo llegará a la primera carrera de la temporada, sea cuando sea –este jueves se comunicó la suspensión, también, del GP de España en Jerez, como pasó con las otras tres citas anteriores–: “Llegaré al máximo. Después de pretemporada todos los pilotos llevan muchos kilómetros acumulados y la mayoría van rápido en las primeras carreras, tengo curiosidad por ver qué ritmo tienen los demás cuando empecemos: Yo siento que voy rápido en cuanto me subo a la moto”, dice. Y, aunque no quiere lanzar las campanas al vuelo, se ve como el principal rival de Márquez después de tres temporadas en que la Yamaha pasara sin pena ni gloria por los 19 circuitos del calendario.
“Es difícil decir que ganaré el Mundial, pero me siento preparado y siento que el equipo está también listo. He mejorado mucho a nivel mental, el año pasado entendí muy bien cómo funcionaba el equipo y la estructura que tenemos para rendir al máximo”. Además, por lo visto en la pista este invierno, el salto de calidad lo ha dado también Yamaha: “Con la moto que tenemos este año creo que seremos bastante estables, estaremos siempre entre los cuatro primeros”.
La gran incógnita es cómo soportarán los pilotos la carga de carreras este año, que previsiblemente será bastante elevada, dado el interés de Dorna por celebrar tantos grandes premios como sea posible, aunque haya que renunciar a las vacaciones de verano. “A mí no me importa correr semana tras semana, te hace coger un ritmo buenísimo. Es importante que intentemos ir a todos los grandes premios y que todos los aficionados tengan la posibilidad de vernos”. Y añade: “Será un campeonato muy físico y mental, será importante tener una buena preparación física y no llegar cansado al final del año”. También puntuará la suerte. Lesionarse se pagará muy caro, pues no habrá margen para la recuperación.
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