El coronavirus divide al fútbol
El Gobierno cierra las principales categorías de LaLiga y el baloncesto. La patronal programa sin público las dos próximas jornadas y los futbolistas piden suspender todos los partidos. El Getafe se niega a viajar a Milán
A Italia llegaron antes que a España el coronavirus, las primeras restricciones, los partidos sin público y también la pugna entre los dirigentes de la liga y los futbolistas sobre si se debía seguir adelante con la competición pese a las cortapisas generales implantadas en el país para frenar la epidemia. Esa batalla, que tiene de fondo las dudas que sobrevuelan sobre la celebración de la Eurocopa de este verano, aterrizó este martes en España.
En su nuevo paquete de medidas, el Gobierno estableció que en las zonas consideradas de “transmisión alta” (Madrid, Álava y La Rioja), los eventos con más de mil asistentes debían celebrarse a puerta cerrada, y que los que prevén juntar menos debían reducir su aforo a un tercio. Cuando lo explicó después del Consejo de Ministros, el titular de Sanidad, Salvador Illa, señaló de manera especial a las ligas de fútbol y baloncesto, tanto de Primera como de Segunda. La Federación, por su parte, propondrá hoy a su comisión delegada de la asamblea que las competiciones absolutas de fútbol y fútbol-sala de ámbito estatal también se jueguen sin público, mientras que se inclinó por que se suspendan las de las categorías inferiores.
Poco antes, LaLiga había anunciado que las dos próximas jornadas de ambas categorías se disputarían a puerta cerrada. La decisión, nacida del Gobierno de acuerdo con el Consejo Superior de Deportes (CSD), encontró una oposición casi inmediata del sindicato mayoritario de futbolistas, AFE. Enviaron sendas cartas a la Federación, el CSD y LaLiga en las que solicitaban “la suspensión de todos los partidos, de todas las divisiones y de todas las categorías de ambos sexos”. Se trataba de un movimiento similar al registrado en Italia cuando el fin de semana pasado se jugaron varios partidos de la Serie A sin público, pese a la oposición de los representantes de los jugadores.
En su misiva, la AFE explica sus razones: “Hemos realizado esta solicitud pensando exclusivamente en la salud de los y las futbolistas, colectivos a los que representamos. Y lo que no es de recibo es que no se tenga en cuenta este hecho, más allá de que entendemos necesario evitar grandes aglomeraciones por el incremento del riesgo que esto supone. Un riesgo que no solo se evita con la ausencia de público en los partidos. Además, jugar por sistema en campos cerrados al público durante varias semanas desvirtúa el sentido de las competiciones deportivas”. La Liga comunicó por su parte que han seguido las instrucciones de las autoridades sanitarias y del CSD.
El plan de restricciones empezó a funcionar anoche en Ipurua, donde se jugó el Eibar-Real Sociedad de la jornada 24 que había sido aplazado en febrero por la contaminación provocada por el derrumbe del vertedero de Zaldibar. Un desarrollo como de intervención quirúrgica: con el mínimo personal imprescindible, en este caso para el espectáculo televisivo. Estaban los futbolistas, los cuerpos técnicos, los árbitros, el personal del estadio, las directivas, los funcionarios de LaLiga, los médicos antidopaje, los medios oficiales de los clubes y la tropa de la retransmisión televisiva.
Mientras, el presidente del Getafe, Ángel Torres, anunciaba en Onda Cero que el club madrileño no tiene intención de viajar a Milán para jugar este jueves contra el Inter, a puerta cerrada, en la ida de octavos de la Liga Europa. “Hemos pedido a la UEFA que busque una sede alternativa a Milán. No vamos a viajar. No queremos meternos en el foco del coronavirus. Y si tenemos que perder la eliminatoria, la perderemos. Yo no voy a ser el que asuma ningún riesgo”, expresó de manera muy tajante Torres. El Getafe tenía previsto viajar el mismo día del partido a Milán, pero Torres anunció un radical cambio de planes. También está por ver qué sucede con la Roma, que el jueves ha de visitar al Sevilla en la Liga Europa, después de la prohibición de que lleguen a España vuelos procedentes de Italia. En la misma situación se encuentra el Nápoles, que la próxima semana ha de jugar en Barcelona en la Champions, también a puerta cerrada, según se confirmó este martes. “De alguna manera u otra, el Nápoles llegará a Barcelona”, subrayó el presidente barcelonista, Bartomeu. En Nápoles todavía no saben qué harán, mientras que en Roma aguardan indicaciones de la UEFA, a la espera de que el Gobierno de España aplique una medida excepcional al cierre de los vuelos para viajar en chárter a Sevilla.
En este punto de la escalera de intensidad creciente de las medidas contra la epidemia, todavía puede conservarse una pieza esencial de la industria futbolística, los millonarios contratos de derechos audiovisuales. Los esfuerzos de LaLiga y su comité de crisis han ido dirigidos a encontrar un modo de proteger ese patrimonio en medio de una situación de máximo desconcierto. “Desde hace semanas, LaLiga trabaja en planes alternativos en coordinación con la UEFA para, en caso de que las autoridades sanitarias decretaran la suspensión de algún partido, disponer de un plan de fechas para disputar los encuentros en los plazos establecidos”, explicó en una nota que apunta a la importancia de disputar todas las jornadas, además de a lo imprescindible de hacerlo de acuerdo con la UEFA.
El máximo ente del fútbol europeo organiza este verano una Eurocopa en 12 países que tiene programado su partido inaugural el 12 de junio, lo que deriva en una compresión del calendario que hace difícil encontrar fechas libres para disputar los encuentros de los campeonatos nacionales que tengan que ser suspendidos. De momento, Italia ya ha alcanzado ese punto, después de que el Gobierno de Conte decidiera el lunes cancelar todas las competiciones deportivas nacionales, Serie A incluida. En la federación española ya se pueden encontrar personas que empiezan a dudar de que la Eurocopa pueda llegar a disputarse, al menos del modo en que había sido concebida.
Otros países parecen haber dado el primer paso hacia las suspensiones italianas, como España con sus encuentros a puerta cerrada y el movimiento del sindicato de futbolistas. También Portugal, donde se decidió que los partidos de Primera y Segunda se jugaran este fin de semana a puerta cerrada. Como en Alemania, que organiza sin público el Borussia Mönchengladbach-Colonia de hoy y el Borussia Dortmund-Schalke 04 del sábado. En la Premier, la situación está pendiente de la reunión de hoy del Gobierno, pero la puerta cerrada también tiene sus detractores, como Pep Guardiola: “Tenemos que preguntarnos si merece la pena jugar al fútbol sin espectadores. Hacemos nuestro trabajo para la gente, pero si ellos no pueden venir, ¿qué sentido tiene?”, dijo el entrenador del Manchester City.
Estas restricciones en ligas nacionales han alcanzado también a las competiciones europeas. El Sevilla-Roma de la Europa League se jugará este jueves sin público, y se decidió hacer lo mismo con el Barcelona-Nápoles de Champions de la semana que viene, decisión que según el presidente azulgrana, Josep Maria Bartomeu, le puede costar al club “alrededor de los seis millones de euros”.
La ACB también acotó las restricciones de público a las dos próximas jornadas, lo que provocará que por segunda vez en la historia, el próximo domingo 22 de marzo en Madrid se juegue un clásico a puerta cerrada. La anterior fue en marzo de 1986, cuando se disputaron en un Palau vacío los últimos 14 segundos de un Barça-Madrid aplazado por el lanzamiento de objetos a la pista.
Jornada 28 de Primera División (13, 14 y 15 de marzo): Real Madrid-Eibar, Leganés-Valladolid, Valencia-Levante, Mallorca-Barcelona, Celta-Villarreal, Espanyol-Alavés, Real Sociedad-Osasuna, Athletic-Atlético, Granada-Getafe y Sevilla-Betis.
Jornada 29 de Primera División (20, 21 y 22 de marzo): Osasuna-Atlético, Valladolid-Celta, Real Madrid-Valencia, Alavés-Real Sociedad, Eibar-Athletic, Villarreal-Mallorca, Betis-Granada, Getafe-Espanyol, Levante-Sevilla y Barcelona-Leganés.
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