Francia se autodestruye en Edimburgo
El XV del Gallo, que tenía el torneo en su mano, pierde ante Escocia tras el puñetazo que le costó la expulsión a Haouas (28-17)
Si durante un mes Francia habría disfrutado de la frescura de la juventud, este domingo en Edimburgo ha pagado muy caro su inexperiencia, donde ha caído por 28-18). La historia dirá que Francia se autodestruyó por una estupidez, como le ocurrió en los cuartos del Mundial de Japón. Entonces, fue un codazo de Vahaamahina; esta vez, un puñetazo de Mohamed Haouas. Escocia olvidó sus dudas y aprovechó la circunstancia para lograr una victoria de prestigio que deja al XV del Gallo sin Grand Slam –ganar todos los partidos– y posterga el desenlace del Seis Naciones a los dos partidos de Italia aplazados por el coronavirus y cuya disputa aún no tiene fecha ni formato.
Pese a que los miles de franceses que viajaron a Murrayfield se hicieron notar, Francia tuvo una tarde aciaga. Todo empezó en el calentamiento, con la lesión de Camile Chat. El viento, siempre protagonista en la capital escocesa, no puso las cosas fáciles y Romain Ntamack falló el primer intento a palos. Acto seguido, François Cros veía la amarilla por voltear a un rival en el placaje y dejó a su selección coja en la melé. La delantera escocesa lo aprovechó provocando un golpe de castigo y la bota de Adam Hastings puso los seis primeros puntos. Por si fuera poco, a Ntamack se le escurrió el balón y tuvo que dejar el encuentro por una posible conmoción cerebral.
Fuese o no por la marcha de Ntamack, Francia no era ese animal imprevisible con unos tres cuartos endiablados. El suministro de balones a la delantera gala era muy lento y sus cargas, modestas. Tampoco se mostraron fiables con el balón; no era habitual ver como al capitán, un tercera metódico como Charles Ollivon.
Francia, que no gana el torneo desde 2010, aprovechó su primer ataque para ensayar. Los visitantes jugaban con ventaja cuando Dupont rompió la defensa escocesa con un toque de genio. Avanzó con el balón con la intención de dar un pase hacia el costado. Cuando llegaron los centros escoceses a su encuentro, pateó en un suspiro a la banda derecha. Allí llegaba solo Damien Penaud para cazar el oval y ensayar. Con un mero rugido, Francia estaba por delante.
Sin tiempo a que los escoceses acusaran la circunstancia, Francia se amputó un pie con la escopeta. Se estaba gestando una tangana cuando el pilier Mohamed Haouas cometió un gazapo secular dando un puñetazo a un rival escocés. Lo revisó con tino el colegiado, pero no tuvo otra opción que mostrarle la tarjeta roja, por mucho que Ollivon tratase de mediar. Aprovechó el desconcierto galo Escocia para anotar el golpe de castigo y romper a la guarnición rival con el tiempo cumplido. Imprimió ritmo Hastings y aceleró San Johnson, que asistió a la marca de Sean Maitland. Al descanso, 14-7.
Salió con gallardía Francia, como si la superioridad numérica fuera suya, pero la intentona se vio frustrada tras un golpe de castigo por retención a cinco metros del ensayo. Fue su última opción de un desenlace alternativo. No se puede jugar sin pilier, así que los galos dejaron desguarnecida su trasera para mantener a la delantera en la contienda. Ello les dejó muy debilitados en la transición ante una Escocia que sonríe con espacios. Si a ello se une un placaje fallado, la hecatombe era inevitable. Los visitantes quemaron todas sus naves para frenar el sprint por el centro de Ali Price; segundos después, Maitland aprovechó las fugas para posar junto a la línea de cal
Jalibert no estuvo a la altura de Ntamack y otra gran noticia del torneo, el tercera Greg Alldritt, estaba fuera de las operaciones. Necesitaba Francia el punto bonus de caer por menos de siete para mantener la batuta del Seis Naciones, así que se olvidó de la remontada y aceptó sumar de tres en tres. Acercaría Jalibert a diez a los franceses, pero Stuart McInally rompió las esperanzas de maquillaje con otro ensayo tras un fallo francés en la melé, que no pudo embolsar Dupont. El ensayo postrero de Ollivon fue una mera anécdota; necesitaban otra marca y no se acercaron a ella.
Así las cosas, Francia ya no depende de sí misma para llevarse el torneo, que ahora tiene en su mano Inglaterra. Ambos equipos están empatados con 13 puntos, pero es de suponer que Inglaterra terminará el torneo con 18 si cumple el pronóstico y gana con punto bonus de cuatro ensayos a Italia. Francia necesitaría hacer lo mismo el próximo sábado ante Irlanda en París para igualar a los ingleses y, además, superar la diferencia de puntos de un marcador que se presume abultado en Roma. Irlanda, con nueve puntos, podría superar a ambos si ganase con punto bonus a Italia y Francia; con una victoria en París, se jugaría el torneo con los ingleses en función de quién gane por más puntos a Italia. El Francia-Irlanda del próximo sábado prometía ser el epílogo del Seis Naciones, pero solo será el principio.
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