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LaLiga Santander jornada 16
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El Atlético, empate a empate

El equipo rojiblanco firma ante un buen Villarreal su octava igualada en 16 partidos tras un duelo en el que brilla João Félix pero la falta de acierto vuelve a condenar a los de Simeone

Ladislao J. Moñino
João Félix remata ante Iborra.
João Félix remata ante Iborra.JOSE JORDAN (AFP)

Partido a partido, empate a empate, el Atlético ve peligrar su disputa del título. Esta vez concedió tablas en un partido sin gobierno, de ida y vuelta. Una rara avis en un equipo que no suele conceder ese tipo de encuentros porque se relaciona mejor con el juego constreñido y encorsetado. Cuando dominó pudo ganar, pero le volvió a condenar su falta de tino en el remate. Son ya ocho empates en 16 jornadas.

La necesidad de ganar de uno y otro parió un partido roto. Un correcalles inusual en el Atlético, que se encontró menos cómodo que el Villarreal en ese paisaje. El primero que rompió bridas fue el equipo de Javi Calleja. Fue el Atlético a presionar arriba el saque de centro y se encontró con la primera llegada y el primer remate sin cumplirse el primer minuto de juego. A campo abierto, no tardaron en responder los de Simeone. João Félix finalizó una conducción al borde del área con un tiro muy sibilino. Abajo, tocado y ajustado. El clásico tirito que obliga a los porteros a estampar el costillar contra la hierba. Y Asenjo lo estampó, muy exigido, para meter la punta de su guante y desviar la pelota al palo. El vaivén volvió a dejar a João Félix frente al gol. Saúl le regaló un pase corrido y en su intento por picar la pelota para salvar la salida de Asenjo se pasó de fuerza. Esos dos ataques radiografiaron la crisis galopante que acucia al Atlético. O le falta un pellizco de fortuna en el remate o sus futbolistas denotan ese punto de intranquilidad para definir con precisión.

Quizá afectado porque aquel primer intento de presión fracasado le generó dudas, el Atlético mostró una imagen desconocida por inhabitual. Se partió, muy distanciadas sus líneas, y le dio muchos metros al Villarreal para maniobrar. Territorio ideal para el tranco de Anguissa y de Chukwueze, lanzados por el criterio de Manu Trigueros. Sin Cazorla, lesionado, el volante tiene por costumbre firmar actuaciones soberbias contra el Atlético. Esta no fue una excepción. Por momentos, Chukwueze amenazó con convertirse en una pesadilla para el inseguro Lodi, que le dejó los tacos en el empeine. Arriba, Gerard Moreno operaba sacando de punto a Felipe y Hermoso, desamparados ante la frecuencia y la facilidad con la que el Villarreal se desplegaba hasta sus dominios. Como pudieron contuvieron las oleadas locales, perdedores Herrera y Thomas del control del juego ante Iborra y Trigueros.

Oblak tuvo su particular parada salvadora en un remate bien enganchado por Manu Trigueros. Ganador del toma y daca, el Villarreal sometió al Atlético en el último tramo del primer acto, finalizado tras un racimo de saques de esquina sobre el área de Oblak. Una docena de remates firmó el Villarreal en el primer tiempo como síntoma de ese Atlético sin pespunte defensivo, extrañamente rajado entre sus líneas.

La reanudación deparó un Atlético más volcánico de salida. Más volcado en campo contrario. Pero las mismas dudas cuando no ejercía bien la presión volvieron a aparecer en cuanto el Villarreal le puso la directa. Chukwueze desperdició una mala salida de balón de Hermoso y Lodi cuando se vio escorado ante Oblak. A la ocasión le sucedieron unas cuantas pérdidas de balón del Atlético que volvieron a entregarle el mando al Villarreal. Visto que el partido se jugaba a dos porterías, Simeone apostó por Vitolo. El canario le devolvió el dominio a su equipo. Una combinación suya con Herrera y João Félix la culminó Koke sin convicción. En el despliegue ofensivo del Atlético fue su joven estrella portuguesa la que tuvo más presencia. Por primera vez, Simeone le respetó el partido entero. Le faltó el gol, pero enseñó que gran parte de lo que pueda generar su equipo en ataque depende y dependerá de él. Firmó casi una decena de remates y un pase con el exterior que Lodi despilfarró con un mal toque de izquierdas.

Calleja también se vio obligado a mover el banquillo ante la crecida visitante. Le dio vuelo a la velocidad de Ekambi, consciente de que ese partido sin gobierno podía estar en una conducción. Eso temía también Simeone, que sentó a Arias para dar entrada a Trippier, más fresco y siempre con la amenaza de su buen pie para las jugadas de estrategia. También optó el técnico rojiblanco por meter el oxígeno de Llorente ante el desplome físico de Herrera. El duelo siguió abierto, pero ninguno de los dos equipos encontró ya precisión para hacerse daño en un partido sin gobierno y sin gol.

Luis Enrique en la grada y saque de honor de Roberto Bautista

Después del turbulento proceso que acabó con el regreso de Luis Enrique al banquillo de la selección española y su enfrentamiento verbal con quien fuera su segundo, Robert Moreno, el seleccionador presenció el encuentro de La Cerámica desde la grada. El preparador asturiano acudía al campo del Villarreal acompañado por Jesús Casas, su nuevo segundo, el preparador físico Rafel Pol, y Aitor Unzue, que se estrena como tercer técnico de la selección española.

El Villarreal fue el equipo con más representantes en la última convocatoria de la Roja, con cuatro futbolistas: Pau Torres, Albiol, Cazorla y Gerard Moreno.

El saque de honor del partido lo hizo el tenista castellonense Roberto Bautista, reciente ganador de la Copa Davis con España, que logró tras la muerte de su padre. Bautista, además, fue futbolista en la cantera del Villarreal.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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