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Quartararo, el más rápido con la moto más lenta

El joven piloto francés, que va sobre una Yamaha no oficial, domina los entrenamientos libres del Gran Premio de Cataluña

Marc Rovira
Fabio Quartarar, durante la sesión de este viernes.
Fabio Quartarar, durante la sesión de este viernes.LLUIS GENE (AFP)

La vida en el Mundial de motociclismo se vive a toda pastilla. Al joven Fabio Quartararo, de 20 años y con apenas media docena de carreras en la categoría reina, ya se le exige como si acumulara varios campeonatos de fogueo. El piloto más veloz en los entrenamientos del Gran Premio de Cataluña, que se disputa este fin de semana en Montmeló, se encarga él mismo de levantar el listón de la exigencia, trazando vueltas rápidas como si estuviera en un videojuego. Deprisa, deprisa.

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Los pipiolos que compiten por el trono de Moto3, como los valencianos Arón Canet y Jaume Masiá o el imberbe italiano Tony Arbolino, apenas alcanzan la mayoría de edad y, más allá de ganar para alcanzar el placer, ansían vencer para acelerar el salto de categoría y poder pilotar motos más grandes. En este circo, se le da rango de veterano a un muchacho de 26 años, Marc Márquez, y haber superado la treintena abre la veda para que se pueda especular sobre la próxima retirada de un piloto, caso de Jorge Lorenzo, o para que Valentino Rossi se autobautice como “gallina vieja”. Lo ve venir Aleix Espargaró, que tuvo un despegue halagüeño siendo adolescente y ahora, al filo de los treinta, trata de sobrellevar los desvelos que le da su intrincada Aprilia, casi tantos como la reciente paternidad.

Espargaró, de Granollers, corre al lado de casa y se ha traído al circuito a sus gemelos, un niño y una niña que ambientaron con su llanto la rueda de prensa oficial. Todo pasa deprisa en los circuitos. En Mugello, la Ducati de Andrea Dovizioso alcanzó los 356,7 kilómetros por hora. Un récord. La recta de Montmeló no es tan larga como la del circuito toscano pero sus 1.047 metros lineales son un desafío para los propulsores. Mal que les pese a las Yamaha. En los entrenamientos de este viernes la moto de Maverick Viñales marcaba una velocidad punta de 337 km/h, 10 kilómetros por hora por debajo del registro de las Honda y las Ducati. “Es frustrante, un baño de realidad”, responde el de Roses cuando le preguntan al respecto. “Casi prefiero hablar de motocross”, responde su compañero de box, Valentino Rossi, al ser interrogado sobre el mismo tema.

La velocidad no lo es todo, replican en Honda. Lo sabe bien Jorge Lorenzo. El chorro de potencia que escupe su motor no le sirve para reconciliarse con el crono. Los apéndices ergonómicos que ha estrenado en el carenado apenas han alterado sus angustiosos tiempos. Marc Márquez pone de relieve que “cuando ganas motor, pierdes tracción”. Pol Espargaró, piloto de KTM, opina que “la punta es solo un número, lo importante es como llegas a él”. Fabio Quartararo, con una Yamaha no oficial y que va equipada con un motor que gira a menos vueltas para preservar su vida útil, marcó el mejor tiempo en pista. Su moto es la más lenta de toda la parrilla.

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