Toronto se viste de Parque Jurásico en un duelo para la historia del deporte
La ocasión para sellar ante Golden State Warriors el primer título de un equipo canadiense en la NBA desata una pasión sin precedentes
Angie Taylor se resguarda de la lluvia que cae sobre Toronto y repone fuerzas en su tercer día apostada en la pole position de la cola para ver el partido de la temporada, del siglo, de la historia para la NBA y para el deporte canadiense. Es el que disputarán Toronto y Golden State esta noche (3.00 hora peninsular española). Si ganan, los Raptors de Kawhi Leonard, Marc Gasol y Serge Ibaka se convertirán en el primer equipo canadiense que logra el anillo que distingue a los campeones de la NBA.
Pero esa cola en la que aguarda Taylor y ya desde el domingo miles de aficionados no es para entrar en el Scotiabank Arena. Sus 19.800 localidades están agotadas desde hace semanas. Quienes aguardan esperan acceder al recinto habilitado junto al pabellón para seguir los partidos a través de una pantalla gigante. La fórmula ha adquirido tal popularidad en los últimos años que se bautizó esa plaza con el nombre de Parque Jurásico.
Taylor fue la primera aficionada a quien el sábado se le impidió entrar en la platea de los Dinosaurios. Estaba llena a rebosar y existe un aforo máximo por razones de seguridad. Ella decidió que no iba a volver a quedarse con la miel en los labios. Por eso, en lugar de regresar a casa permaneció allí a la espera de este quinto encuentro en que los Raptors pueden hacer historia, o no. La final de la NBA, al mejor de siete partidos, tiene estas cosas. Toronto domina por 3-1, pero a los Warriors no les quitan nadie la posibilidad de alcanzar su tercer título consecutivo aunque para ello deberían ganar esta noche, repetir en Oakland y regresar a Toronto para sentenciar en el séptimo encuentro.
Un triunfo de los Raptors culminaría el sueño de la franquicia que al igual que Vancouver empezó a competir en 1995. Al mismo tiempo, el título devolvería al baloncesto a sus orígenes ya que su inventor, James Naismith, nació en Almonte, Canadá, a 400 kilómetros de Toronto. Y el 1 de noviembre de 1946, en Toronto, se jugó el primer partido oficial entre el equipo de la ciudad, los Huskies, y los New York Knicks. Los Huskies desaparecieron un año después.
Los aficionados se han mantenido siempre fieles a los Raptors, atraídos por nombres como los de Hakeem Olajuwon, Vince Carter o Chris Bosh, a pesar de algunas temporadas saldadas con resultados mediocres. Ahora, la fiebre de la afición es tal que, según la empresa Maple Leaf Sports and Entertainment, propietaria de los Raptors, se han organizado 56 fiestas en parques públicos de Canadá y se han instalado 36 pantallas de cine para que puedan seguir la retransmisión del partido.
El último título de un equipo de Toronto en alguna de las cuatro grandes Ligas profesionales de norteamérica, fue el que obtuvieron los Blue Jays en 1993 en la de Béisbol (MLB). Joe Carter, uno de los legendarios de aquel título, visita Toronto estos días para disputar un torneo de golf y puede comparar: “Los tiempos han cambiado. Esta afición es más ruidosa y apasionada. Hay mucha más excitación ahora. Son los aficionados más grandes del mundo”.
La relevancia del partido la asumió el primer ministro del país, Justin Trudeau, que tras el cuarto duelo tuiteó: “Tres partidos ganados. Falta uno. Ganad la final, Raptors”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.