El Valencia es de Champions

El Valencia le echó el lazo a la Liga de Campeones en Pucela. Como un corredor de fondo rezagado tras una mala salida en una carrera de obstáculos, el pelotón de Marcelino ha estado persiguiendo la Champions durante toda la temporada. En los metros finales se colocó cuarto, en cabeza del grupo que buscaba el último billete para volver a frecuentar la élite europea. Su reacción, magnífica en la segunda vuelta, lo instaló en la cuarta plaza en la penúltima jornada. Sin resuello, con 59 partidos encima y plomo en las piernas. Con los jugadores de confianza de Marcelino superando los 4.000 minutos, el Valencia llegó a Pucela a tiempo de atrapar su principal objetivo en el curso en la última jornada. Lo consiguió ganando 0-2 en la emocionante conclusión del campeonato y deshaciendo la resistencia del Getafe en el último sprint.

El once de Mestalla finalizó una penosa primera vuelta en la undécima posición de la tabla con unos tristes 23 puntos que apuntaban a fracaso en el mes de mayo. Ganó cuatro partidos, empató once y concedió cuatro derrotas. Estaba a diez puntos de la Champions. Sin apenas margen de error, comenzó a repuntar. En su potente escalada hacia la cuarta posición ha dejado atrás a los siete equipos que lo precedían aquel 12 de enero.

El Valladolid, lejos de estar harto de festejar y agotado por la tensión de salvarse hace una semana en Girona, planteó pelea. Jugó desinhibido y sin presión, con los deberes hechos, y comprometió la portería de Jaume manejando con criterio el balón. El eléctrico Toni Villa disparó al palo antes del cuarto de hora y Daniele Verde obligó a Jaume, que sacó su pie derecho para despejar el lanzamiento de falta del italiano. En ese tramo, Verde, con su potente tren inferior, hacía daño en la línea defensiva blanquinegra y cargaba con amarillas a Gayà y Diakhaby.

El Valencia, impreciso por la carga de responsabilidad que encerraba el partido, tardó en entrar en juego. Cuando las dudas asaltaban a Marcelino, con el equipo blanquivioleta dominador, un error en cadena del flanco derecho de la defensa del Valladolid disparó la traca valenciana en Pucela.

Un balón envenenado hacia atrás que perdió Kiko Olivas en un mal control lo birló Rodrigo y se lo dio a Santi Mina. Encerrado entre los defensores locales, con el camino hacia Yoel taponado, el punta gallego giró el cuello a la izquierda, pero entregó la pelota a la derecha hacia Carlos Soler. El canterano, delante del meta, realizó un control orientado, se acomodó el balón, y marcó con el interior de su pie izquierdo. Dos goles decisivos en las últimas dos jornadas ha hecho el canterano.

Más estable en su confianza con el gol de Soler, tras el descanso el Valencia pasó a controlar las pulsaciones del partido con Parejo anestesiando el juego. El capitán fabricaría el tanto de la confirmación y asentaría la cuarta plaza tras un error de Yoel. El meta le entregó el balón a Rubén Alcaraz, que, de espaldas, no vio llegar a Parejo. El de Coslada le robó la pelota al mediocentro y se la regaló a Rodrigo que hizo el 0-2 y certificó que el Valencia es de Champions.