Gómez Noya, oro en el Mundial de larga distancia
Tan solo una semana después de hacer plata en su vuelta a las series mundiales, el gallego gana el campeonato del mundo en Pontevedra; Pablo Dapena segundo. En la prueba femenina plata para Judith Corachán y bronce para Anna Noguera
Javier Gómez Noya ha ganado este sábado en Pontevedra el mundial de triatlón de larga distancia, título que faltaba a su palmarés. Se ha impuesto, con 5h 5m y 40s, a Pablo Dapena (5h 11m 21s y al esloveno Jaroslav Kovacic (5h 12m 4s). La larga distancia son 3 kilómetros de natación, 113 en bicicleta y 30 de carrera a pie. El gallego dominó de principio a fin salvo algunos tramos del recorrido en bici. En los últimos kilómetros de un abarrotado circuito de carrera, los rivales a los que iba doblando, le aplaudían. Entró a meta chocando la mano a los aficionados y antes se giró hacia ellos haciendo reverencias antes de cruzar la línea de meta. Luego se tiró, exhausto, al suelo. Se levantó para esperar a Dapena, amigo y compañero de entrenamientos.
“Ha sido espectacular. Un día especial en mi noveno campeonato del mundo en una distancia que nunca había disputado. No se me olvidará nunca”, declaró. “Sufrí última vuelta porque no había preparado esta distancia. Iba cómodo al principio, pero lo pasé mal a partir del kilómetro 18-20 [de carrera]: tenía suficiente ventaja para gestionarlo y poder llegar a meta”, añadió. Derrotó a los favoritos y lo hizo tan solo una semana después de colgarse la plata en Bermudas –desde donde regresó el lunes- en su vuelta a las series mundiales de triatlón (1,5 km a nado, 40 de bici, 10 de carrera a pie) tras su paso de año y medio por el Ironman. "Ni jet lag, ni nada, está acostumbrado... habrá que empezar a entrenarle para que eche el freno de mano...", bromea Carlos Prieto, su técnico.
A sus 36 años, el gallego demuestra que su ambición, competitividad y hambre siguen intactas. “Su cabeza, su cabeza es lo que le diferencia de todos los demás. Entrenar, entrenamos todos, pero la cabeza que tiene él es un prodigio. Es un hombre de hierro y puede con todo”, le piropeaba en la víspera Pablo Dapena, vigente campeón mundial de larga distancia tras el título logrado en Dinamarca el año pasado. "Ha sido una carrera rompepiernas y de desgaste", analizó después de llegar a meta.
Dapena era uno de sus máximos rivales, junto al neozelandés Terenzo Bozzone, campeón del mundo de Ironman 70.3 y ganador de varias pruebas en dicha distancia. Bozzone llegó a adelantarle en algunos tramos de la bicicleta, pero no aguantó la carrera pie donde se hundió y terminó lejos del podio.
“Este Mundial va a ser más duro, porque el recorrido tiene muchos repechos, tanto en bici como en la carrera a pie. Cómo gestione cada uno la nutrición durante la prueba será clave. Tengo la ilusión de poder competir en casa, delante de mi familia y amigos, pero la preparación no ha sido la ideal, vengo de un viaje muy largo -Bermudas- y mis entrenamientos no están enfocados para esta distancia específicamente, pero voy a salir a luchar y a estar lo más arriba posible”, comentaba el viernes Gómez Noya.
Desde que volvió de Nueva Zelanda –finales de marzo- se concentró en Galicia para preparar su regreso a las series mundiales, echando también un ojo a la cita de este sábado en su casa. “Lo tuvo en la cabeza desde que se anunció que se disputaría en Pontevedra. Pocas veces ocurre un Mundial en casa”, cuenta Carlos Prieto. “Hemos hecho una mezcla entre el trabajo de fondo de larga distancia y el trabajo de distancia olímpica que ya hicimos más veces. Sabemos cómo estructurar el trabajo y lo que nos da resultados hacerlo. Una vez que pase el mundial de Pontevedra nos centraremos más sólo en cargas de distancia olímpica”, explicaba antes de la cita en Bermudas.
También comentaba que Gómez Noya no ha perdido lo que la mayoría suele perder con la edad y después de tantos años de sacrificios: hambre de ganar y capacidad de entrenar. Este sábado en Pontevedra, su casa, lo ha vuelto a demostrar.
Dos medallas más en prueba femenina
En la prueba femenina, Judith Corachán consiguió la medalla de plata y Anna Noguera la de bronce. El oro fue para la belga Alexandra Tondeur (5h 48m 1s), Corachán hizo 5h 50m 7s y Noguera, que entró llorando a meta, 5h 51m 34s. La catalana Corachán, referencia del triatlón español, tuvo que dejar el deporte durante dos años. “En 2011 tuve hipertiroidismo. A raíz de la competición y la carga de entrenamiento, unido a que soy muy nerviosa, me afectó mucho la presión de competir. Eso me provocó un desajuste hormonal y me recomendaron por salud que dejara el deporte y la competición. Me tiré dos años sin competir y ese tiempo fue muy duro. Me encerré mucho en mí misma y cuando estas así parece que te vuelves reacia a escuchar opiniones”, contó a EFE. En 2013 le dieron el alta y retomó los entrenamientos.
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