Messi y su gesto de capitán
La celebración del segundo gol, acercándose a la grada y pidiendo "no más silbidos", es propia de un líder comprometido y con poco ego, o ya muy saciado
Messi. Otra vez Messi. Eso es lo que deben pensar todos los que no sean simpatizantes culés y también todos los demás porque lo ha vuelto a hacer, ha vuelto a brillar y hacer cosas al alcance de los elegidos. Messi destruye la tensión e incertidumbre de un partido, como contra el Levante, o de una eliminatoria entera, como esta contra el Liverpool. Destruye los sueños e ilusiones de cualquiera. Destruye también cualquier gran actuación del rival, cualquier ajuste táctico, cualquier presión buena... A Messi solo le importa ganar y, cuando quiere, no existe nada más, no hay antídoto.
El resultado del Barça-Liverpool solo se explica así, diciendo que jugó Messi, porque la realidad fue que el Liverpool estuvo bien y mereció mucho menos castigo. Los reds impusieron su plan, intimidaron y presionaron al Barça, le quitaron la pelota, buscaron y encontraron la portería de Ter Stegen (el mejor portero del mundo en este momento), pero cuando Leo Messi juega todo puede cambiar en cuestión de segundos, los mismos que se toma el argentino para identificar lo que pasa a su alrededor y encontrar las ventajas antes que nadie, para así ser más eficiente que cualquiera. Intensidad en sus acciones y esfuerzos, inteligencia para limitarlos y escoger los correctos.
Reconocimiento también para Valverde que sale triunfador por ese ajuste Sergi Roberto-Semedo después del cambio por Coutinho, por su valentía con sus ideas dejando en el banquillo a Arthur y metiendo a Vidal para renunciar a un estilo Barça con balón porque ese no es el suyo. Supongo que es más fácil que las cosas funcionen cuando tienes en tu equipo competidores natos que mantienen el hambre por títulos: Suárez, Piqué, Vidal, Busquets o Jordi Alba.
Pero volviendo a Messi, su gesto en la celebración del segundo gol acercándose a la grada y pidiendo "no más silbidos" es un gesto de capitán, de líder comprometido y preocupado por su equipo. Pocos usarían su momento (recordemos que es un gol en unas semifinales de Champions) para pensar en el colectivo, para ello hay que tener poco ego o ya muy saciado. Cualquiera de las dos opciones podría encajar con Leo.
Al menos nos queda otra eliminatoria más abierta. El 0-1 del Ajax en Londres, aunque bueno, puede no ser suficiente si el Tottenham recupera para la vuelta a algunos de sus jugadores clave y consigue ser más efectivo de cara a gol. Porque en la segunda parte del partido sí consiguió más posesión y transmitió más sensación de peligro, en gran parte por ese rombo en medio campo que centralizó al Ajax y dejó más espacio en bandas para Trippier y Rose. Necesitará, eso sí, algo más de creatividad el equipo de Pochettino si quiere desequilibrar a la defensa holandesa. Veremos también si el Ajax es capaz de resistir a su propia tensión interna, el equipo holandés consigue mejores resultados fuera que en casa y la cercanía de ese objetivo en forma de final pondrá a prueba a los más jóvenes.
Y como esta semana va de Champions, hablemos de la final que ya está asegurada, Lyon-Barça. El Barça femenino hizo historia y se clasificó por primera vez, el Lyon hizo lo esperado y quiere su cuarta Champions consecutiva. Ilusión contra obligación. Será en Budapest el 18 de mayo, será el momento de medir fuerzas y de comprobar si eso de "en una final, a un partido, todo es posible" es cierto o no. Lo que sí es cierto es que ellas estarán allí y disfrutarán de uno de los mejores momentos de su carrera, y lo digo por propia experiencia. Mis tres finales de Champions son de los mayores regalos que me ha dado el fútbol. Independientemente del resultado, el camino ya está hecho pero... ¿Y si el Barça no es conformista, es ambicioso, se para a pensar y se da cuenta de que no están tan lejos? ¿Y si las que brillan en Budapest son las españolas?
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