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Cristiano dispara a la Juve sobre el campo y en la Bolsa

La voracidad goleadora del portugués transforma a un equipo obsesionado con la Champions y eleva un 20,5% la cotización del club

Daniel Verdú
Cristiano Ronaldo celebra la victoria del Atlético de Madrid frente a la Juventus.
Cristiano Ronaldo celebra la victoria del Atlético de Madrid frente a la Juventus. MARCO BERTORELLO (AFP)

Cuando la Juve salió de compras este verano y fichó a Cristiano Ronaldo por 100 millones de euros, no fue para ganar por octava vez consecutiva el scudetto, como sin duda sucederá en junio (tiene 18 puntos de ventaja sobre el segundo, el Nápoles). Tampoco estaba pensando en que el portugués fuera pichichi del campeonato, algo que difícilmente sus competidores lograrán evitar, aunque ahora el astro suma un gol menos (19, que Fabio Quagliarella, de la Sampdoria. El club de los Agnelli, preso de una larga y profunda melancolía europea, lanzó una operación sin precedentes en la historia del equipo para que el portugués hiciera exactamente lo que les había hecho a ellos el año anterior. Algo parecido a lo que los aficionados juventinos vieron este martes en el campo contra el Atlético. “La Juventus me contrató para esto”, reconoció el mismo Ronaldo al final del partido, después de un par de embestidas pélvicas al aire supuestamente dedicadas a Simeone.

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Italia amaneció totalmente rendida a CR7. “La ira de Dios”, titulaba La Gazzetta dello Sport. Por primera vez en mucho tiempo, cunde la sensación en la grada y en los despachos del club de que son capaces de todo. La Juventus lleva 23 años sin ganar la Champions (en 1996 ante el Ajax) y se ha dejado por el camino la autoestima internacional en cinco finales perdidas desde entonces en la Copa de Europa: en 1997 contra el Borussia Dortmund, en 1998 contra el Madrid, en 2003 en duelo doméstico ante el Milan, en 2015 frente al Barcelona, y en 2017 de nuevo ante los blancos.

Pese a rozar tantas veces el título, nunca fue capaz de dar con la tecla adecuada. Y ahora, aunque que solo están en cuartos de final, la euforia es total porque Ronaldo no falla en este escenario. En octavos de final de la Champions ha marcado en su carrera 23 goles, en cuartos otros 23, en semifinales ha logrado 13 y en las finales, cuatro.

La alegría es casi tan contagiosa como el miedo. También a nivel empresarial. Y la cotización de las acciones de la Juventus, castigada con una caída del 13% tras el partido de ida contra el Atlético de Madrid (2-0), registraba este miércoles una subida del 20,52% en los primeros instantes de la negociación en la Bolsa de Milán. De hecho, tuvo que suspenderse debido a la brusquedad de la subida, algo que ya sucedió cuando los rumores del fichaje de CR7 se dispararon el verano pasado. La volatilidad de la cotización de la Juve, debido a la escasez de títulos, es un buen termómetro para observar el rendimiento del equipo y sus posibilidades de éxito en esta Champions: lo único que importa ahora mismo en el club.

La operación Ronaldo (34 años) ha supuesto un peso enorme para una entidad deportiva muy lejos todavía del poder económico del Barcelona y del Madrid (ronda los 500 millones de euros anuales de presupuesto, por los 960 del Barça y los 750 del Madrid). El club turinés cerró con éxito en febrero una colocación de bonos a cinco años por importe de 175 millones y un cupón anual del 3,375% cuya finalidad era dotar a la Juventus de los recursos financieros necesarios para desarrollar los propósitos generales de la empresa y mejorar el perfil de vencimientos de la deuda de la institución. Es decir, para poder hacer frente al incremento de gasto derivado del fichaje de su nueva estrella.

El doble por patrocinio

Marco Bellinazzo, autor de El fin del calcio italiano (Feltrinelli, 2018), uno de los libros más vendidos en Italia, cree que la victoria del martes ha sido providencial para salvar el negocio de CR7, del que depende la estrategia del club a medio plazo. “Empezaba a haber muchos analistas escépticos de la conveniencia del fichaje, que no había rendido en Champions. No veían claro el negocio. De hecho, la Juve tuvo que emitir bonos hace un mes porque el peso económico que tiene Ronaldo ha crecido más rápido que los ingresos. Para 2019 se prevé un balance en rojo y salir en octavos con una intervención negativa de CR7 hubiera sido un desastre”, señala.

La victoria alivia enormemente la situación y alarga la posibilidad de ingresar otros 30 o 40 millones de euros si se llega a la final. “Eso permitirá ajustar la inversión con los ingresos, que ya están creciendo. Adidas ha doblado lo que le pagará a la Juve la próxima temporada [de 23 millones de euros a 50]. Y eso, en un país donde ningún equipo llega a los 20 millones, es mucho dinero”, insiste Bellinazzo.

El éxito es todavía mayor, opinan en el club, si se observan las consecuencias para el Real Madrid de la venta de su máxima estrella. La Juventus gana y uno de sus máximos rivales en la competición, el equipo que la eliminó el año pasado en cuartos y le venció en la final de 2017, pierde. La diferencia, creen, la marcaba un solo jugador.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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