Premio para el incansable Rakitic
El croata anotó el gol que deja LaLiga a tiro del Barcelona, frenó las internadas de Reguilón y se encargó de desactivar a Vinicius junto a Sergi Roberto
Resuelta con goleada la primera visita a Chamartín, necesaria para alcanzar la final de Copa, el Barcelona regresaba a Madrid con la convicción de abrochar de una vez por todas LaLiga. El objetivo de finiquitar la faena y asestarle otro golpetazo al Real se cumplió, en gran medida, gracias a Ivan Rakitic. Nadie ofreció en Chamartín más que el croata, goleador y vigilante de Vinicius Júnior. Su desempeño resultó determinante para que Piqué finalizase la semana como agitador de una fiesta azulgrana en el córner derecho del fondo norte del Bernabéu. Los chicos de Valverde, con una ventaja ya de 12 puntos sobre el Madrid, se sienten campeones.
Ernesto Valverde resolvió sus dudas con respecto al centro del campo apostando por el fino Arthur. El entrenador descartó la bravura de Arturo Vidal y se decantó por el toque del brasileño. Su decisión la compensó Rakitic, encargado de dotar a la medular del Barça de la fiereza y el sacrificio que exigen el Madrid y los clásicos. Su trabajo fue incansable en una jornada en la que el técnico le encomendó la misión de sostener a Reguilón y ayudar en la vigilancia a Vinicius Júnior, el atacante más desequilibrante del Madrid, un quebradero de cabeza para Semedo y Pique en la batalla copera.
Rakitic cumplió con la tarea sin ningún borrón. Liberado Messi, ejerció desde el inicio como tapón a las internadas de Sergio Reguilón y ofreció cobertura a Sergi Roberto, el miércoles volante, en esta ocasión lateral. El plan le funcionó a Valverde. No hubo casi rastro de Vinicius, sujeto siempre por los dos jugadores azulgranas. "Ha buscado el uno contra uno, es el jugador más desequilibrante, pero entre todos hemos hecho buen trabajo", explicó Sergi Roberto.
Pero apenas había comenzado con su misión cuando Rakitic se topó con la gloria tras una gran acción con su compañero de carril. Combinó con Sergi Roberto y se encontró el croata con un pasillo hasta la meta de Courtois. Perdió el sitio Reguilón, salió en falso Sergio Ramos, y el croata se vio solo ante el belga. Entonces, tiró de clase. Un toque sutil fue suficiente para superar por arriba al espigado guardameta y encarrilar LaLiga para el Barcelona. Era el segundo descorche del croata en Chamartín, donde también anotó el 2-3 de la temporada 2016-17.
El gol y el trabajo que desempeñó en el Bernabéu le confirman como un volante sin remplazo en este Barça. Valverde es consciente de ello. "Es un jugador que es absolutamente constante", le describió el técnico tras el triunfo. "Lo es desde el primer minuto hasta el último y desde el primer minuto del primer partido de Liga hasta el último", siguió Valverde, que enumeró sus virtudes: "Se asocia bien, tiene un gran despliegue, tiene llegada, gol... Combinamos sus posiciones, a veces juega de interior, otras más cerca del mediocentro. ¡Hasta de central ha jugado este año!".
El Txingurri fue el encargado de frenar este verano su traspaso al PSG. El deseo de Rakitic siempre ha sido el de continuar en el Camp Nou, si bien estaba dispuesto a aceptar el contrato que le ofrecía el equipo francés si Barça aceptaba la oferta. El club, por petición del técnico, declinó la propuesta y finalmente renovó al volante el pasado mes de diciembre hasta junio de 2021.
Actualmente es, con 3.094 minutos, el tercer jugador de campo que más juega en su equipo, solo por detrás de Piqué y Jordi Alba. En el Bernabéu disputó los 90, tiempo en el que anotó el gol que le pone LaLiga en badeja al Barça y en el que se encargó de sostener a Vinicius y Reguilón. Solo descansó cuando Valverde introdujo a Vidal en el campo. Entonces, Rakitic, protagonista de este clásico, abandonó sus funciones en la banda derecha y se fue a la izquierda. El trabajo ya estaba hecho.
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