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Examen mundialista en el Seis Naciones

Las potencias del norte, con Irlanda como favorita, ponen a prueba su candidatura para Japón en una edición explosiva

Owen Farrell pasa el balón durante una práctica.
Owen Farrell pasa el balón durante una práctica.David Rogers (Getty Images)

Cuando acabe el Seis Naciones, en la noche del 16 de marzo, quedarán seis meses y cuatro días para el Mundial de Japón, un suspiro en un deporte de lento progresar que permite guardar las cartas justas bajo la manga. El torneo, que estrenan este viernes (21:00 horas)Francia y Gales antes del choque de gigantes del sábado entre Irlanda e Inglaterra, pone a prueba el buen momento del hemisferio norte, siempre fallón en los mundiales; tan solo un cetro de ocho y ningún semifinalista en la última cita. Irlandeses, ingleses y galeses copan tres de los cuatro primeros puestos del ranking –por detrás de los AllBlacks y delante de Australia, Sudáfrica o Argentina– y sacarán a relucir sus proyectos en una edición con aroma a despedida.

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Irlanda defiende su flamante Grand Slam –ganar todos los partidos– y un bloque que llega a su punto álgido tras haber derrotado a los AllBlacks en noviembre. En los últimos dos años solo ha habido tres victorias visitantes –excluyendo de la ecuación a Italia– en el torneo, las de Irlanda en Londres y París del curso pasado yla de los ingleses en Cardiff. Ahí cimentaron sus coronas. Mucho dependerá del duelo de Dublín, de la regularidad de escoceses o galeses y de si Francia recupera su estatus. Pese al duro invierno, el torneo asegura espectáculo tras un nuevo récord de ensayos el año pasado:78. El seleccionador de Inglaterra, el australiano Eddie Jones, resume así su experiencia en el que será su cuarto, y quizás último, Seis Naciones. “Me llegaba desde fuera esa sensación de que era el mejor torneo del mundo. Hace cuatro años no lo habría dicho, pero no hay nada como esto. La intensidad, la competición, lo mucho que significa para la gente. Es un verdadero honor”.

Irlanda, la gran favorita

El seleccionador de Nueva Zelanda, Steve Hansen, dijo tras caer en Dublín que Irlanda erala favorita para ganar el Mundial. Juegos psicológicos aparte, el proyecto del XV del Trébol alcanza su deseada cúspide con los mejores arquitectos en Jonathan Sexton –jugador del año en 2018– y ConorMurray, una delantera veterana capaz de gestionar el mejor ataque estático y mucha savia nueva para completar el fondo de armario. Su seleccionador, el también neozelandés Joe Schmidt, buscará su cuarto título en seis años antes de cerrar su magnífica etapa en Japón. Las visitas a Edimburgo y, sobre todo, a Cardiff son su gran amenaza si se mantiene intratable en casa.

La renovada Gales pide paso

Será la despedida de Warren Gatland tras 12 años al frente de Gales, en los que ha visto alumbrar y despedirse a la generación portentosa de los años 2011-13. Su reto es legar una nueva. Y pinta bien. Atrás queda un juego más conservador y táctico que servía para pelear en el norte pero no daba opciones ante los grandes del sur. Su equipo defiende un registro de nueve victorias seguidas tras derrotar a Australia y Sudáfrica en noviembre. Y debutará en París con un valiente eje entre el apertura GarethAnscombe –en el banco queda Dan Biggar– y el joven medio-melé Tomos Williams, el jugador más ligero del torneo, con apenas 78 kilos. Ganar a Francia –lo han logrado en seis de las últimas siete ocasiones– abriría un calendario propicio, con Irlanda e Inglaterra en casa.

Escocia, más allá de Edimburgo

Arrebatar la Copa Calcuta a los ingleses 10 años después justifica un digno tercer puesto en 2018 para una Escocia que gana todo en Edimburgo pero decae a domicilio. Hasta una veintena de bajas condicionan su arranque; no tanto para el debut ante Italia como la visita irlandesa siete días más tarde. Rendir en Londres y París sigue siendo el reto de un conjunto vistoso que tiene como voz cantante al apertura Finn Russell.

La eterna transición de Francia

El torneonecesita de una Francia a la altura de su historia y sus tres subcampeonatos mundiales. Desde el último, en 2011, el desplome continúa y no pasan de un tercer puesto en el Seis Naciones de 2017. La vuelta de Jacques Brunel como técnico mejoró la versión del curso pasado; podía fallar el juego, pero no la intensidad. Pese a la sonrojante derrota ante Fiyi, cedieron tres partidos por un total de nueve puntosy se dieron el gusto de arruinar el torneo a Inglaterra. Cambia toda la trasera respecto a hace 12 meses, incluido el mercancías MathieuBeasteraud, con la esperanza personificada en RomainNtamack, de 19 años, el jugador más joven del torneo. Debutará como centro, aunque su versatilidad le hace un apertura brillante, puesto que conserva Camille López. También llama a la puerta un delantero talentoso como Demba Bamba y sigue la vieja guardia del gran GuilhemGuirado.

Los viejos problemas de Inglaterra

Tras llevarse los entorchados de 2016 y 2017, Inglaterra naufragó el curso pasado y despertó viejos fantasmas. Primero, su rendimiento a domicilio con duras derrotas en Edimburgo y Francia. Después, el nivel de su tercera línea en encuentros físicos y su dependencia del frágil Billy Vunipola. El auge de Tom Curry puede tornarse providencial en este aspecto. Hay muchas heridas por cerrar antes de Japón para definir una filosofía más o menos ofensiva. En duda está el puesto de zaguero –se consolida la verticalidad de Elliot Daly por delante de Mike Brown–, las dos puntas de lanza en el ala –de momento arrancan los agresivos Jonny May y Jack Nowell– o el papel de la dupla que forman George Ford, suplente en Irlanda, y Owen Farrell en el 10. La final anticipada de Dublín, donde solo han ganado una vez desde 2003, puede llegar algo pronto.

La Italia del mejor perdedor

El capitán Sergio Parisse superará a Brian O’Driscoll como el jugador que más partidos ha disputado en el clásico del norte -66- en su visita a Edimburgo. Podría incluso ser el jugador más veces internacional si alarga su carrera más allá del que será su quinto Mundial. Nadie más sabe lo que es perder 100 partidos con su selección y nadie estaría más orgulloso de que sirviera para algo. Italia, que ha caído sus últimos 17 encuentros en el clásico del norte, presume de mejorías en sus clubes y de brillantes jóvenes, pero necesita resultados en la que será su vigésima participación.

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