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El sexto presupuesto cae al pozo

El Villarreal, diseñado para Europa, está en descenso y no reacciona tras el cambio de entrenador

Luis García Plaza, técnico del Villarreal.
Luis García Plaza, técnico del Villarreal.NurPhoto (Getty Images)

A finales de cada mes de junio, en la presentación de la campaña de abonos del Villarreal, su propietario, Fernando Roig, repite el mismo discurso respondiendo a la misma pregunta sobre la meta del club para la siguiente temporada: “El objetivo es alcanzar los 45 puntos. Estar una temporada más en Primera es nuestro título”.

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La reiterada advertencia veraniega del presidente sonaba siempre a falsa modestia. El Villarreal cumple su 19ª temporada en Primera, de las que en 14 de ellas ha disputado competiciones europeas. La actual fue la quinta consecutiva desde que regresase a la máxima categoría en el curso 2012-13.

El reiterado mensaje prudente de Roig ha cobrado fuerza. El Villarreal, disputadas 21 jornadas de Liga, se encuentra en penúltima posición con tan solo 18 puntos. La contundente derrota del pasado sábado en Mestalla ante el Valencia (3-0) ha dejado muy tocado al equipo amarillo. Las declaraciones de Sergio Asenjo a pie de campo ante las cámaras de beIn Sports resultaron reveladoras: “La segunda parte que hemos hecho es de un equipo muy vulgar. Necesitamos once guerreros en el campo y hasta que no los haya no saldremos de esta situación”.

Igual de crítico hacia el equipo que dirige se mostró Luis García Plaza, el técnico que sustituyó en diciembre a Javier Calleja. “O cambiamos de una puta vez o nos va a costar muchísimo”, manifestó con vehemencia el preparador madrileño. Para el nuevo entrenador del Villarreal la situación del equipo tiene una explicación básica: “Los equipos que están abajo tienen que jugar de otra manera. En las zonas de área debemos tomar menos riesgos. Ves jugar a los equipos que luchan por no descender y el segundo gol [tras una pérdida de Iborra en el borde del área de Asenjo] no se lo meten en la vida. Tenemos que ser más contundentes”.

En la visión de García Plaza sobre el porqué de la situación del Villarreal y la solución simple que propone para evitar el drama radica el problema. La plantilla está concebida para situarse en los puestos nobles de LaLiga ejecutando un estilo atractivo. Y rebajar esa propuesta no resultará sencillo de asimilar para futbolistas acostumbrados a ser protagonistas a través de cuidar el esférico.

Cambio de estilo

En su presentación, Luis García asumió que la esencia del Villarreal debía permanecer, que en su cabeza estaba “dotar de ciertos matices” al equipo para hacerlo más solvente. De la propuesta más habitual del 4-4-2 en rombo de Calleja, se ha pasado al 4-2-3-1 de Luis García, que en los primeros partidos dispuso dos pivotes defensivos: Cáseres y Javi Fuego. Conservadora propuesta con la que el Villarreal no pasó del empate.

Con 109 millones de euros de límite salarial y 137 de ingresos y gastos, el Villarreal cuenta con el sexto presupuesto de LaLiga. Invirtió 73 millones en fichajes, 50 destinados a garantizar el gol con las incorporaciones de Gerard Moreno, Ekambi y el pase definitivo de Bacca. Entre los tres suman 11 goles en LaLiga. “En verano, el Villarreal invirtió mucho arriba, y se olvidó reforzar la defensa”, considera David Albelda, exjugador del club. Funes Mori, el central argentino por el que el Villarreal pagó nueve millones de euros al Everton, no está rindiendo. Tampoco Layún, por el que el club pagó cuatro millones al Oporto. Para suplir la larga ausencia de Bruno y la marcha de Rodrigo al Atlético, se fichó a Cáseres, un cinco argentino de 21 años que no ofrece las prestaciones del capitán ni del ahora jugador de Simeone. Insospechadamente, el Villarreal se hunde.

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