Suárez-Messi, la dupla perfecta
Entre el 10, máximo anotador de LaLiga, y el uruguayo, suman 25 goles con el Barcelona, uno más que el Madrid y el Atlético
Seis meses después de ganarle al Barcelona con un festival de goles (5-4), a Paco López, el entrenador que logró que el registro de partidos invicto del Barcelona se quedara en 36, todavía lo paraban por Valencia para recordarle la hazaña. “Hicimos historia”, se enorgullecía el entrenador del Levante. Pero él era el primero que sabía que aquella historia era pasado. Puede que los seguidores levantinistas sigan rememorando aquella tarde de mayo, aquel hat-trick de Boateng, o el doblete de Bardhi. Pero esta vez, en el Ciutat de València, los protagonistas fueron otros. Fueron Messi y Suárez, una dupla maravillosa, todavía, que no tiene por qué necesitar de un tercer elemento, se llame Neymar, Coutinho o Dembélé. Especialmente, en días como este domingo, con el 10 activo y pizpireto, con el charrúa peleón.
Ellos dos decidieron el partido. Con goles y con juego. Suárez, a quien tanto le costó despertar al inicio del curso —se estrenó contra el Sevilla (4-2), en la novena jornada de LaLiga— ya cuenta 11 goles. Solo tres menos que Messi, el Pichichi. El hombre con quien mejor se entiende. Dentro y fuera del campo. Llegan juntos al estadio, salen juntos al campo, comparten el mate y hasta las vacaciones con sus respectivas parejas, como hace dos veranos. Esa compenetración se percibe sobre el césped. Y se vio ya en el primer gol del Barça. “Se asocian muy bien, Luis lleva el gol en la sangre y de Leo hemos dicho todo. Son la pólvora del equipo”, les alabó su compañero Gerard Piqué.
La rodilla de Luis
Aunque hace años que a Suárez se le mira el tipo con lupa, pesado como se ve, aunque no sea el delantero más fino, ni el más elegante, ni el más rápido, sigue buscando incansablemente el gol. Incluso en estos días en que su rodilla derecha (tiene maltrecho el cartílago y paró recientemente para someterse a un tratamiento con células madre) le pide a gritos un descanso. El 9 jugó el derbi en Cornellà, pero quedó descartado de la lista para enfrentarse al Tottenham. Y aunque se especuló con que pudiera descansar hasta la vuelta de vacaciones, volvió a la titularidad en Valencia. Porque a él no le gusta parar más de lo necesario. “Está bien. Ya participó contra Espanyol. Y lo hizo bien. Es verdad que tenemos que tener un poco de cuidado con él, pero desde hace unos meses. Su rendimiento está ahí. Salta a la vista”, explicó el entrenador del Barcelona, Ernesto Valverde.
En el campo es donde Suárez recobra sensaciones. Y con minutos es como se ve capaz de enganchar un gol tras otro. Como volvió a hacer ante el Levante, para abrir la lata. Oportuno, metió un tanto digno del mejor nueve. Aguardó en el área al tiempo que su amigo se iba perfilando por la izquierda. No se sabe si el argentino tiene ojos en el cogote, pero la envió atrás, al centro del área, al pie derecho del uruguayo. Y este no falló. Messi hizo el segundo, gracias a un robo de balón de Busquets y al buen ojo del de Badia, que le puso la pelota al 10 perfecta para lanzarse al ataque, cual gacela. La jugada del tercero la inició Suárez. Se hizo con el esférico en el centro del campo.
Cuando tiene hambre de gol, o sea casi siempre, se le ve mucho por arriba, pero también en la medular, esperando un pellizco milagroso. Y en una de esas, de esas en las que invade los espacios de Rakitic y Busquets, se hizo con la pelota. Y arrancó. Se la dio a Alba, a su izquierda. Y cuando este se la devolvió, dejó pasar para Messi. El partido estaba sentenciado. Messi todavía marcaría un cuarto tanto (el tercero para él), a pase de Vidal. Y quién sabe si Paco López recordara entonces el alivio que sintió (y por qué) medio año atrás cuando supo que Leo no jugaría contra el Levante. Entre él y su amigo Suárez ya suman 25 tantos, uno más de los que llevan el Real Madrid y el Atlético en LaLiga. Decho, solo Sevilla (29), Celta (28) y Levante (27) superan a los delanteros azulgrana.
“Son goleadores y, además, asisten, como se ha visto hoy”, remataba Guillermo Amor, responsable de Relaciones Institucionales del club. “Las nuestras van al larguero y ellos tienen a Messi. Es lo que tiene tener al mejor jugador del mundo”, suspiraba Morales, el líder del Levante.
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