Coutinho no se aclara
El brasileño, que fue fichado para suplir a Iniesta, ocupa la posición de Neymar pero evidencia falta de ritmo, desequilibrio y goles
En los últimos días de julio de 2017, el representante Kia Joorabchian recibió en su casa de Londres a Philippe Coutinho junto a su familia para después dar la bienvenida a Robert Fernández y Raúl Sanllehí, entonces secretario técnico y director del área de fútbol del Barcelona, respectivamente. Era la reunión clave para negociar el traspaso del brasileño al Camp Nou. “Queremos que seas el relevo de Iniesta en el centro del campo”, le dijeron al futbolista. Aunque luego se dieron todo tipo de volantazos en la negociación porque el Liverpool se negó a darle el transfer request, en enero de 2018 se cerró el acuerdo, que significó el traspaso más caro en la historia del Barcelona. Pero el rendimiento del jugador, por el momento, no es acorde a su precio como tampoco es el relevo de Iniesta.
Resulta que Valverde no tuvo claro desde el principio que Coutinho fuera un centrocampista, por más que desde el área deportiva le insistieron en que el plan trazado pasaba por el 4-3-3 con Coutinho como relevo de Iniesta y con Dembélé como extremo opuesto a Messi. “Pero el técnico, preocupado porque sus extremos no volvían, prefería el 4-4-2 en defensa con Coutinho como resorte por la banda”, desvelan desde las oficinas del Barça. “Puede jugar en ambas posiciones”, descifraba en público el entrenador, cuando lo intercambiaba de demarcación. Pero con la llegada de Arthur y con la firmeza de mantener a Rakitic, Valverde prefirió ponerlo de atacante. Aunque no acaba de funcionar.
Resulta que Coutinho disputó sus mejores encuentros en el curso pasado. Pero en este no entra en combustión, demasiado intermitente y lejos de ser el líder que se presupone cuando faltan otras estrellas como Leo Messi o Luis Suárez. “En verano llegó bastante mal en lo físico”, revelan desde la ciudad deportiva; “un poco pasado de peso, sin ritmo ni chispa, por lo que se decidió trazarle un plan personalizado”. Y, cuando empezó a estar bien, como demostró en el duelo europeo ante el Inter, se lesionó. “Vuelta a empezar”, lamentan desde el club, convencidos de que cuando alcance el estado de forma óptimo volverá a ser el futbolista que dejaba boquiabierta a la grada de Anfield.
Pero Coutinho sigue siendo una peonza. “A veces juega por la izquierda, otras por la derecha y en un mismo partido puede pasar también por el centro del campo. Le marean un poco”, cuentan desde el entorno del jugador. “Además”, agrega otra voz del Barcelona; “no es fácil adaptarse a las exigencias de nuestro fútbol. Y menos si llegas desde el Liverpool, donde se practica un juego mucho más anárquico”. Más que nada porque a Klopp le gusta el caos, los movimientos constantes de sus delanteros para evitar que los rivales fijen las marcas y generar espacios que debe aprovechar la segunda línea, como hacía Coutinho. Pero esa no es la propuesta del Barça y la afición del Camp Nou ya se ha mostrado impaciente con el brasileño —le silbó en el último encuentro—, que no ofrece nada nuevo y que en ocasiones parece desconectado del partido, como si con él no fuera la cosa. “La gente se olvida de que ya ha hecho grandes partidos en el Barcelona”, lamentan desde el club. “Sale de una lesión y ha jugado dos partidos en cuatro días”, le defendió Valverde tras vencer al Villarreal.
¿Cuestión de tiempo?
Pero con cinco goles (uno cada 247 minutos) y una asistencia, Coutinho no cubre las expectativas. “Es que no es delantero. Se le fichó para suplir a Iniesta porque te garantiza la posesión y porque tiene calidad”, exponen desde los despachos de La Masia; “y los atacantes en el Barça son mucho más específicos, con velocidad y desborde”. Desde el área deportiva discuten esa opinión: “Puede jugar en medio contra equipos menores porque es muy bueno, pero es claramente un atacante porque sus mejores características son el regate y el disparo, y porque no destaca en lo defensivo sino en su talento para crear peligro”.
Debate, en cualquier caso, estéril porque Ernesto Valverde ya ha decidido. Pero todos coinciden: “Llegará su mejor versión, es cuestión de tiempo”. Solo falta que responda Coutinho, que por el momento no acaba de aclararse.
El fichaje más caro en la historia ‘culer’
Aunque con Dembélé se rompió la banca —105 millones fijos más 40 en variables—, el Barça vació la cartera con Coutinho porque abonó 120 millones [10 de ellos los adelantó el propio jugador brasileño porque el club se negó a pasar de los 110] más 40 en variables, que pasan por cinco millones por cada bloque de 25 partidos como titular (hasta un máximo de 20 millones), además de otros 10 por dos clasificaciones para la Champions y cinco más por el título europeo. Un precio que demanda rendimiento. “Hay que exigirle porque es un jugador muy técnico que debe marcar las diferencias. No podemos solo depender de Messi”, sentencian desde el club azulgrana.
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