La renuncia de Rubiales a la FIFA y su guerra contra el CSD
El presidente de la federación prefiere optar por ahora al Comité Ejecutivo de UEFA mientras se tensa su enfrentamiento con María José Rienda por el posible expediente a 16 barones de las territoriales
El fútbol español no tendrá ningún representante en el Consejo de la FIFA, al menos, durante los dos próximos años. La decisión del presidente de la Federación Español de Fútbol (FEF), Luis Rubiales, de no presentarse a litigar las dos plazas a las que tiene derecho la UEFA dentro del citado comité ha dejado sin representación al fútbol español en el gran órgano de la dirección de la FIFA después 20 años. Rubiales ha renunciado al puesto, pero no al del Comité Ejecutivo de la UEFA, al que tiene más fácil acceder. Para ello, solo tiene que esperar a que en el próximo mes de mayo Alexander Ceferin salga reelegido presidente del fútbol europeo —es candidato único—, y nombre a su nuevo comité, ya sin Juan Luis Larrea, que ocupa ahora el sillón por haber presidido la federación.
De haber batallado por el puesto en la FIFA, Rubiales habría tenido que dilucidarlo con el portugués Fernando Gomes y con el chipriota Georgios Koumas. El primero es un peso pesado de UEFA, es vicepresidente. El segundo, tiene la máxima confianza de Ceferin, y el Consejo de la FIFA es uno esos lugares de dirección donde las sillas están más que contadas y asignadas. “Como llevamos cinco o seis meses en el cargo se ha entendido que había que llegar a las instituciones internacionales de forma escalonada. Primero optar a la UEFA y posteriormente a la FIFA”, explican desde la FEF.
La opción de Rubiales de no intentar formar parte del Consejo de la FIFA le ha llegado en medio de tiempos convulsos y jurídicos que vuelven a azotar a la federación. El traslado del Consejo Superior de Deportes al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) instando a que este organismo abra expediente a 16 presidentes de federaciones territoriales por vulnerar la neutralidad en el pasado proceso electoral ha encendido a Rubiales. Media docena de los 16 barones metidos en dicho proceso por firmar una carta a favor de Ángel María Villar forman parte de su directiva. Todos ellos, en mayor o menor medida, son responsables de que la Mutualidad del fútbol aficionado haya sido intervenida recientemente por la Dirección General de Seguros por graves irregularidades contables en la gestión del dinero obtenido de las licencias que pagan los jugadores y los clubes amateurs, desde los benjamines hasta los mayores.
El posible descabezamiento del fútbol autonómico, se considera falta muy grave la vulneración de la neutralidad y esto mismo le costó a Villar formalmente el puesto cuando se negaba a dimitir tras haber sido ya encarcelado, ha soliviantado a Rubiales. El presidente tuvo la semana pasada un duro enfrentamiento con María José Rienda en la sede del CSD. Según distintas fuentes, el presidente del fútbol español se dirigió a la secretaria de Estado para el Deporte en tono elevado y amenazó con querellas. A la cita con Rienda acudió Rubiales con dos se sus arietes jurídicos, su director general Andreu Camps, y el asesor externo Tomás González Cueto, ambos ex miembros del TAD. Como tales, Camps se negó a abrir expediente y la correspondiente investigación a Villar por las supuestas ayudas federativas al Marino y al Recreativo, algo que luego sí hizo la fiscalía anticorrupción. González Cueto, por su parte, tuvo que abstenerse de la extraña votación porque para el despacho en el que trabajaba colaboraba Gilberto Pérez del Blanco, el abogado contratado por Villar, tal y como desveló este periódico.
Cuando Rubiales abandonó la sede del CSD, más de un funcionario se echó las manos a la cabeza por los modales del presidente federativo. “Al CSD han seguido entrando denuncias y como administración tenemos una responsabilidad por lo que se ha procedido a dar curso al TAD para que se pronuncie. Desde el CSD se ha hecho lo que tiene que hacer. El hecho de no actuar también tiene responsabilidades”, defiende Rienda. El lunes, en Mallorca, Rubiales siguió a la carga contra el CSD y contra Rienda, a la que acusó de ralentizar los procesos que pueda tener pendientes LaLiga con la administración deportiva y acelerar los de la federación. “No está bien asesorada, no le están diciendo la verdad. Si sigue por este camino va a haber una situación de incomodidad y seguramente una respuesta. Parece que ella quiere esperar a las decisiones cuando afectan a LaLiga, pero con los entes federativos parece que no quiere esperar y prefiere actuar”, advirtió y respondió Rubiales.
La posible incoación de expediente a los barones se ha sumado al terremoto que supuso la detención de Andrés Subies, vicepresidente económico elegido por Rubiales y hombre clave en su elección. Aunque salió en libertad sin medidas cautelares, Subies está imputado por un presunto desvío de fondos federativos en su propio beneficio. Apelando a la presunción de inocencia, igual que con los seis presidentes de territoriales investigados en la Operación Soule que también le apoyaron en su elección, Rubiales ha mantenido en el cargo a Subies. El lodo que aún permanece de la operación que acabó con los 29 años de la era Villar sigue poniendo bajo sospecha todo en la Federación. De haber apartado temporalmente a Subies, hasta que se aclare el asunto, Rubiales habría dado un impulso a esa regeneración institucional que dice encabezar. Pero también podría haber abierto su propia puerta de salida de la federación si por sus cuentas pendientes en los tribunales acaba imputado por el también supuesto desvío de fondos cuando presidía el sindicato de futbolistas (AFE).
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