Alba, socio de Messi y mucho más
El lateral del Barcelona aprovechó la desidia defensiva de Bale y desmontó al Real Madrid con sus carreras por el costado
Debió de ser una de esas pocas tardes en la que en el entreacto no escuchó la advertencia de todo entrenador: “Cuidado con las espaldas”. Un consejo tan manido como capital para los laterales porque se sabe que una diagonal del extremo o una carrera en profundidad pueden desmontar cualquier entramado defensivo. Pero para Jordi Alba no fue un problema, siquiera una preocupación, lo que ocurría por su retrovisor porque el Madrid no atesoró la pelota para abrir huecos, para encontrar a Bale en el costado y al galope. Nada mejor para el carrilero azulgrana, que en ataque da gas y goles, como expresó frente al equipo de Lopetegui, lejos de ser solo el compinche de Messi como ocurre con frecuencia. Un recital que resultó ser la combinación correcta de la caja fuerte blanca y que bastó para desequilibrar el clásico.
En la primera incursión de Alba, Bale hizo un sobreesfuerzo y le arrebató el balón con épica, al punto de que en el Bernabéu le hubiese valido una ovación. Pero sin poder alimentarse de la jarana de la grada y sin la voluntad de correr hacia atrás, el galés descartó repetir el ejercicio defensivo. Jauja para Alba, que se ensambló en campo contrario gracias a que Coutinho tiraba hacia dentro, y apretó al botón del hiperespacio a cada ocasión que pudo, por más que su velocidad punta (32,4 k/h por los 34,1 de Bale) ya no es como la de antaño. “Hemos mezclado por dentro hasta que nos dejaban hueco en la banda para hacerles mucho daño, sobre todo en el primer tiempo”, reveló Alba.
Se suponía que sin Messi sobre el césped, los centros de Alba serían indefinidos porque hasta el momento siempre había repetido el productivo pase de la muerte a la llegada de Leo. Pero el 18 supo leer la situación y acertó con sus centros. Lo probó de inicio con Luis Suárez, que no le dio continuidad por los pelos; insistió con otro para Rafinha que se quedó a medio camino; y atinó en ese que le ganó la espalda a Nacho y metió el pase hacia la llegada de Coutinho, que aprovechó el fenomenal arrastre de Luis Suárez para pegarle con la zurda y hacer diana.
Treinta pases seguidos
Una jugada estupenda resuelta con 30 pases seguidos que también confirmó el intervencionismo de los medios, que cerraron el duelo de la mejor manera: Arthur dio 49 pases (94% de precisión); Rakitic, 69 (94%) y Busquets 62 (92%). Lo significativo, sin embargo, fue que tras el tanto, la mitad del equipo acudiera corriendo a abrazar al lateral. Y volvieron a hacerlo un rato después, cuando repitió maniobra y se la puso al desmarque de Luis Suárez, derribado por la ingenuidad de Varane como certificó el VAR. “A veces disfruto más dando asistencias que goles”, expuso Alba.
Excluido de la selección porque Luis Enrique no olvida su enfrentamiento con Unzue como tampoco la desconfianza que se generaban mutuamente —“espero que el entrenador rectifique y se lo lleve”, pidió Piqué—, Alba no se sobrecarga de encuentros ni de viajes, titular indiscutible con Valverde hasta el extremo de que el club descartó fichar a otro lateral para, supuestamente, dar oportunidades al canterano Miranda. Piropo que hace bueno Alba porque, como en los viejos tiempos, vuelve a ir en moto. Por eso suma seis asistencias en 14 encuentros (una cada 198 minutos), más de la mitad que en el curso anterior (11) y las mismas que hace dos años. “Estoy en un gran momento”, señaló Alba; “me siento con una confianza bestial de los compañeros, de la afición y del cuerpo técnico. Con eso me tengo que quedar y así hay que seguir todo lo que se pueda”.
Tal fue el descalabro que le hizo Alba al Madrid, que Lopetegui varió el plan tras el descanso porque situó a Lucas Vázquez de extremo derecho para forzar el dos contra uno defensivo. Y, aunque rebajaron la efusividad del lateral, no lo anularon porque un centro suyo no lo embocó por poco Luis Suárez del mismo modo que incluso él se animó en el remate tras un pase de Coutinho. Sí sufrió, sin embargo, un poco más a sus espaldas, por más que Lenglet siempre saliera de sitio para cubrirle y Piqué se quedara mano a mano con Benzema. Seguramente, ahí debió oír la cancioncilla esa de “cuidado con las espaldas…”. Sobre todo en el gol del Madrid —le pilló en Babia— y después en esa ocasión que Lucas llegó a línea de fondo y por poco no atinó en el remate que podía ser el empate. “¡Jordi, ahí falta, falta!”, le gritó Piqué al tiempo que el lateral aceptaba el fallo.
Siete jugadores descansan en el partido de Copa
Con el calendario sobrecargado por competir en LaLiga y la Champions, tras una semana en la que se midieron con el Sevilla, el Inter y el Madrid, el Barça afronta ahora la Copa, toda vez que mañana (21.30 h./ La 1) se mide con la Cultural Leonesa en la ida de los dieciseisavos de final. Para este choque, Valverde ha decidido dar fiesta a Ter Stegen, Piqué, Rakitic, Busquets, Coutinho, Suárez y Jordi Alba, que también se saltan el entrenamiento previo al duelo con permiso del cuerpo técnico.
Pero ya no hubo más pifias y la puntería de Luis Suárez, que hizo un fantástico hat-trick, redondeó el partido que desatascó Alba con sus golpes de gas.
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