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Joaquín reina en el derbi

Un gol de cabeza del verdiblanco tumba a un Sevilla que jugó más de 30 minutos en inferioridad por la roja a Roque Mesa

Rafael Pineda
Joaquín bate a Vaclik.
Joaquín bate a Vaclik.Jose Manuel Vidal. (EFE)

El abrazo de Joaquín con Quique Setién a la conclusión del derbi simbolizó de manera perfecta el estado de ánimo del Betis, que se impuso al Sevilla en su estadio 12 años después. Un técnico que le ha dado un estilo a un equipo en crecimiento y un futbolista genial, insuperable, que 16 años después volvió a marcar en un derbi. Un Joaquín que hizo vibrar a los más de 50.000 béticos que lo adoran como un dios, que lo veneran como uno de los más grandes de su historia. Joaquín, que había estado toda la semana entre algodones, salió al campo en medio del griterío ensordecedor de su gente. En cinco minutos, voló en el área del Sevilla para cazar un gran balón de Mandi. Un tanto que hizo que Joaquín reinara en el derbi para acabar con un Sevilla serio, pero bastante mermado después de la expulsión de Roque Mesa. El centrocampista canario, bastante nervioso todo el encuentro, se interpuso en un saque de Pau López. El portero se tiró encima de su rival y se la jugó. El premio fue máximo. Segunda amarilla a Roque Mesa y giro decisivo a un derbi hasta entonces bastante igualado. El Sevilla, lento, con un punto menos de grandeza que en anteriores derbis, no pudo sostener el acoso bético en inferioridad durante más de media hora. Emergió Joaquín y la felicidad se desató en verdiblanco.

Jugado a 30 grados, el derbi tuvo un aire de partido de la Copa Libertadores. Betis y Sevilla practicaron un fútbol lento, en ocasiones demasiado previsible. En ese ambiente se mueve mejor el conjunto verdiblanco, que tiene marcado a hierro un estilo basado en la posesión. Quizás por esa tendencia a jugar tan bien y del mismo modo por el excesivo repliegue que practicó el Sevilla, los primeros minutos del derbi fueron de total dominio del conjunto de Setién. Carvalho, Guardado y Canales combinaban con precisión y el Betis logró, de igual manera, dotar a su fútbol de velocidad y desborde. Un poco de picante a su posesión eterna le viene de perlas de vez en cuando. Así, Canales se fue de Sergi Gómez y la puso en el área. Luego, Tello y Guardado avanzaron por las bandas para poner en apuros a la defensa del Sevilla. El equipo de Machín, muy estático, jamás se desplegó por los extremos, con Navas y Arana bastante tímido. En especial Navas, que encontró en el emergente Junior a un lateral complicado de superar por su gran prestancia física.

Fue el Mudo Vázquez el asidero que encontró el Sevilla para escapar del acoso del Betis. El argentino, en un partido lento, es un futbolista que muestra de forma excelente su talento. Manteniendo el balón para desahogar a sus compañeros, provocando faltas en el contrario y también con capacidad para dar buenos pases a futbolistas con más dinamismo, caso de Sarabia y André Silva. La aparición de Vázquez, que incluso hizo trabajar a Pau con una buena parada, y el ajuste de sus movimientos defensivos mejoraron al Sevilla. Su ánimo solo se vio alterado en el minuto 39. Un gran pase de Guardado a Canales descompuso a la zaga de Machín. El asistente levantó la bandera y el gol fue anulado. El VAR validó la decisión del colegiado. Canales, aunque por muy poco, estaba en fuera de juego. Con Loren y André Silva bastante aislados, el derbi se seguía moviendo en medio del sofocante calor y mucha igualdad.

Mercado tuvo la gran ocasión de desnivelar el derbi. A los 47 minutos, una excelente jugada de estrategia del Sevilla acabó en un medido balón al segundo palo de Banega. Mercado, con todo a favor, remató fuera. El Sevilla se movía con cierta destreza en el choque ante un Betis algo atascado, al que le costaba un mundo llegar con peligro al área de Vaclik. Pero en el derbi, como en la vida, hay que ser listos y tener una dosis de fortuna. Roque Mesa no debió entorpecer el saque de Pau con una amarilla y el portero, a costa de jugarse el penalti, se tiró encima del medio del Sevilla para que Gil Manzano premiara la picardía de Pau y mandara a la caseta al ingenuo Roque, demasiado acelerado. Una expulsión bastante discutible. Luego, Setién quitaba del medio al lento Carvalho y metía a Joaquín. En su segundo disparo a puerta de todo el choque, el veterano delantero (37 años) adelantaba al Betis y le daba el derbi a su equipo. La Sevilla verdiblanca estalló de felicidad. 12 años después, el Betis volvía a ganar el derbi en el Benito Villamarín.

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