Arturo Vidal, de ‘Cometierra’ a rey
El cuarto fichaje del Barcelona, con apelativo monárquico, aprendió de su madre la cultura del esfuerzo que preside en su fútbol
A Uberlinda de las Mercedes, que por entonces estaba embarazada, se le cayó el mundo encima cuando le comunicaron que su marido, Arturo Pardo, había fallecido al ser atropellado. Unos meses más tarde nacería Jaqueline, que no conoció a su padre y que con el tiempo escogió mal el de sus hijos porque se casó con 14 años y porque él bebía más de la cuenta, hasta el punto de que en un día de cólera, trató de quemar la vivienda con su señora y cinco hijos dentro. Les dio tiempo a salir y a avisar a la policía. “Ahí dije basta”, recuerda Jaqueline, que se separó de inmediato y fregó tantos suelos como pudo para que no faltara comida en casa. Eran tiempos difíciles y los niños querían ayudar. Como cuando llovía y se les colaba el agua en casa, por lo que había que subir al tejado para reparar la gotera. “¡Ah, no!”, le gritaba Jacqueline a Arturo Vidal (Santiago de Chile; 31 años); “si le pasa algo a tu piececito vamos a perder mucho”. No se equivocó.
Unos años más tarde, Jacqueline subió a una colina de la periferia de la ciudad y, tras abrir los ojos, dijo: “Preciosa casa hijo”. Arturo, ya futbolista del Colo-Colo, replicó: “Es tuya”. Un gesto de amor hacia su madre y sus esfuerzos; una acción de fidelidad que repite y multiplica en el tapete con sus compañeros porque se entrega hasta el final. No le ha ido mal; tras triunfar en Chile, conquistar Alemania e Italia, ahora llega al Barça. El club azulgrana, que pagará unos 25 millones de euros al Bayern, ha hecho oficial su fichaje este viernes, aunque comunicó que está pendiente de la revisión médica del jugador.
Promesa cumplida
Criado en una chabola al lado del campo de tierra de San Joaquín —ahora es de hierba, tiene gradas y está bautizado con el nombre de Arturo Vidal—, el medio se ganó el sobrenombre de Cometierra porque cuando el colegiado pitaba el final del partido siempre tenía varias heridas y le faltaba la respiración. “A los 13 años vi que jugando a fútbol podía ayudar y le prometí a mi familia que la sacaría de esa penuria”, cuenta Vidal. Por eso recuerda con cariño el día que le ascendieron al primer equipo del Colo-Colo. “¡Me citaron!”, le dijo a su madre, que no pudo contener las lágrimas de alegría, pero también de preocupación. Así que unos minutos después, le pidió a una amiga la tarjeta de crédito para comprarle medias, calzoncillos, toalla y lo que necesitara para la concentración. Y pasó de Cometierra a Rey Arturo.
El Barça incorpora a Wagué
El Barcelona ha cerrado la incorporación del del internacional senegalés Moussa Wague (19 años), procedente del KAS Eupen belga. El jugador, que participó en el pasado mundial de Rusia, tendrá ficha del filial azulgrana, que esta temporada jugarán en la Segunda B tras el descenso del año pasado. Wague ha jugado dos temporadas en la Liga belga, pero su entrada en el escaparate mundial llegó en el mundial de Rusia, donde un gol suyo contra Japón le convirtió en el africano más joven que anotaba en una cita mundialista (19 años, 8 meses y 20 días).
Su presencia en el campo, su entrega, energía y dureza llamó la atención del Bayer Leverkusen. “Nos preocupaba que no fuera rápido”, recuerda Jonas Boltd, entonces ojeador del club alemán y con el tiempo director deportivo; “pero teníamos claro que con disciplina y orden sería un jugador de referencia”. Y nadie mejor que Jupp Heynckes para hacerle de padre. “En algunas ocasiones, transformó su excesivo ímpetu en acciones positivas”, conviene Michael Reschke, exsecretario técnico del Leverkusen que cuando entró en el área deportiva del Bayern intercedió para que Vidal volviera a la Bundesliga. Antes, sin embargo, el medio hizo un alto en el camino en la Juve. Allí se hizo un nombre y adornó sus vitrinas con cuatro ligas, una copa y dos Supercopas, también la presencia en la final de la Champions de 2015, conquistada por el Barcelona. En semifinales, apeó al Madrid. Justo el año en el que Florentino Pérez le descartó porque consideró que Kroos era el mejor centrocampista del mundo. “El mejor para el Madrid es Vidal”, le corrigió Ancelotti. Dio en hueso.
Al siguiente verano, se marchó al Bayern por sorpresa. Incluso para su técnico Guardiola. “¿Vidal?”, preguntó cuando se lo comunicó el director deportivo Matthias Sammer. “Pasados los meses, Pep me reconoció que era increíble”, explica Reschke. Ni siquiera las lesiones han podido con él, operado de la rodilla derecha en dos ocasiones. Una antes del Mundial de Brasil; y otra hace cuatro meses, por lo que el Barça le someterá a una exhaustiva revisión médica antes de firmar.
Quien le conoce, no duda. “Tiene salida de balón, es muy completo y ofrece un plus de agresividad”, decía Javi Martínez. “Lo da todo, roba, llega y mete goles. Son muchas cualidades”, añadía Lahm. “Si he de ir a la guerra, lo quiero de mi lado”, sentenciaba Guardiola, consciente de las palabras que le dijo Conte cuando lo ficharon del Chelsea: “Más le exiges, más te da”. Su exseleccionador Sampaoli llegó más lejos: “Es el Messi de los centrocampistas”.
Ahora será su escudero. Y, como tal, nadie cree que le quite la pelota para lanzar los penaltis como hizo con Pirlo en la Juve y como intentó sin éxito en el Bayern con Müller y Robben. Puede que Leo sea D10S en el universo; pero para Chile y la barriada de San Joaquín, el rey es Arturo.
“Puede hacer cosas estúpidas, pero eso no le resta valor”
Vidal se granjeó en Baviera tantos admiradores como detractores porque, una vez en el foco del planeta fútbol, se destapó como una persona conflictiva y difícil de domar.
Se echó a las hinchadas rivales encima por simular un penalti en las semifinales de la copa ante el Werder que certificó el pase del Bayern; se peleó verbalmente con el entonces seleccionador Marcelo Bielsa al hacerle notar de malas maneras que se excedía con las instrucciones desde la banda en un duelo ante Israel; numerosas han sido las veces que le han pillado de jarana y con una copa de más, que incluso pudo costarle la vida en la Copa América de 2015. En un día de asueto, estrelló su Ferrari con la tasa de alcohol más elevada de la cuenta… “Espósame, pero te vas a cagar a todo Chile”, les decía a los agentes, mal asumido el papel de rey. “Puede hacer alguna cosa estúpida y quizá no es el tipo con el que quieres que se case tu hija... Pero eso no le resta valor como jugador”, le defiende Reschke.
“No nos preocupa su comportamiento. Sabe dónde viene y nuestro vestuario es muy sano”, responden desde el Barça. Aunque también saben que este apasionado de los caballos —tiene cuadras en el hipódromo de Santiago de Chile; lugar al que iba de niño para cuidar de los caballos y ganarse unas monedas a cambio de saltarse las clases—, representa como nadie a su conflictiva barriada de San Joaquín y a quien se sume a su causa guerrera.
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