La hora de la revolución belga
El equipo de Robert Martínez se mide ante Japón para alcanzar los cuartos de final por tercera vez en su historia
Cuando llegó al banquillo de la selección, segundo extranjero en el puesto en los últimos 60 años –el holandés Dick Advocaat fracasó en 2010-, Robert Martínez recibió feroces críticas, incluso la de los propios jugadores como el líder De Bruyne, que le acusaron de querer cambiar una fórmula que funcionaba porque el equipo había alcanzado en 2015 el zénit del ranking FIFA, por más que tampoco brillara en los grandes torneos, acaso los cuartos de final en Brasil 2014, cuando cayeron ante Argentina. Reclamaba el país que regresara Marc Wilmots, que las patentes de Martínez no tenían recorrido. Se equivocaron todos menos él, que ha logrado dar sentido al fútbol de la denominada Generación de Oro belga a partir del 3-4-2-1 porque comprendió que no tenía laterales de recorrido sino extremos que podían actuar de carrileros. Fórmula que funciona de rechupete en Rusia porque culminó la fase de la liguilla con tres triunfos y máxima goleadora, nueve tantos repartidos entre Panamá (3-0), Túnez (5-2) e Inglaterra (1-0), ahora rival en octavos contra Japón.
Puede que Bélgica amontonara a genios en 1986, cuando la selección logró su mejor participación en un Mundial, entonces abatida en semifinales por Argentina y en la lucha por las medallas frente a Francia. Estaba Pfaff en la portería, Gerets en la zaga, Ceulemans y Scifo en la media… Un equipo superlativo que incluso podría envidiar al que se desempeña ahora en Rusia, con claro acento inglés porque 11 compiten en la Premier por los tres de Alemania, dos de España, China y Francia, y uno de Escocia, Bélgica e Italia. Courtois ataja bajo palos, sobran los centrales de alta alcurnia (Vertoghen, Vermaelen, Kompany, Boyata…), el pase y el quiebro se da por descontado con De Bruyne y Hazard, y el gol corre por cuenta de Lukaku (4), segundo máximo goleador del torneo por detrás del inglés Kane (5). “Es el momento de esta generación. Ahora o nunca”, señala con ambición Hazard; “somos mejores que en 2014 y 2016, con más experiencia”.
Delante estará Japón, selección que se ha desbravado con el paso de los días porque comenzó con un triunfo ante Colombia para seguir con un empate contra Senegal y una derrota frente a Polonia. “Para ganar el Mundial hay que vencer a los mejores”, señala el portero Courtois. Puede que Japón no lo sea, pero sí que es la piedra de toque, la frontera a los cuartos, la ocasión de demostrar que Bélgica es algo más que nombres de la Premier. Y de cinco partidos ante los nipones, la selección belga solo la ha ganado en una ocasión. Curiosamente, fue en noviembre pasado, cuando Robert Martínez estaba en el banquillo.
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