Croacia desenchufa a Nigeria
El conjunto de Dalic resuelve a partir del buen juego la pujanza de un rival voluntarioso y ordenado, pero falto de pegada en ataque
Con un ejercicio de gusto por el fútbol, de capacidad para leer el partido y con la templanza necesaria para marcar la pauta, Croacia logró desenchufar a Nigeria y sumar una victoria que refuerza la percha de equipo serio y escondido en las quinielas, que camina, sin embargo, con la confianza del alumno que se sabe preparado para todo.
No fue Croacia un torbellino sino una borrasca que fue cogiendo forma y acabó descargando una lluvia figurada —ni una gota real en Kaliningrado—, sobre una Nigeria que presentó maneras desconocidas y novedosas, merecedoras de todo elogio. Y eso que en Nigeria, aunque la prestancia genética ofrezca prestaciones al alcance de pocas selecciones, la frialdad en su renovada concepción creativa ha rebajado el volumen de revoluciones que acostumbraba a emplear en cualquier jugada. Esta Nigeria, la que dirige el alemán Gernot Roth, es pausada en su salida de balón, paciente en la composición de triángulos entre el centro del campo y la defensa y solo recurre al balón largo si alguna de sus alas se ve en posición favorable. Fue, en gran parte del partido, más Croacia que la propia Croacia, atribulada en el centro del campo a pesar del buen pie de sus peloteros.
Modric y Rakitic, una de las parejas más fiables, parecía molestarse a la hora de ocupar el espacio. Era como si ambos echasen de menos una referencia más aventurada por delante y un candado en la retaguardia. Para tratar de paliar la falta de posesión Kramaric y Perisic se tiraron al centro y ahí rompieron la parsimonia nigeriana. Obi Mikel y Etebo tocaron menos libres y la defensa empezó a tener que estar más preocupada por defender que por ocupar el espacio. Dos combinaciones casi consecutivas de Kramaric y Mandzukic -en Croacia ejerce de punta a diferencia de lo que le sucede en la Juventus- demostraron todo lo bueno que tiene para ofrecer el equipo de Zlatko Dalic. La primera jugada acabó con un disparo de Perisic que se marchó alto y la segunda con una definición de Redic que provocaría el córner en el que los croatas tomarían ventaja en el marcador. Modric colocó el balón en el corazón del área y Mandzukic, que se lanzó en plancha, lo desvió la suficiente para que golpease la pierna de Etebo y se alojase en la portería de Francis.
El gol calmó los amagos de ansiedad de Croacia, que se alejó sustancialmente de la sombra de su rival. Perisic obligó a Moses a retrasar su posición, y la variedad de estilos a la hora de montar el ataque acabó por señalar todas las debilidades que presenta Nigeria. Ordenada pero sin dientes, no es, de momento, una selección agarrada a la calidad de un solo jugador, y eso, en una competición como un Mundial resulta capital. Tampoco ayudó que en una jugada a balón parado uno de sus defensas, Ekong, cometiera un penalti tan clásico como evidente sobre Mandzukic, al que abrazó con total descaro. Modric marcó el segundo y firmó con notable un debut prometedor.
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