Rusia plantea el Mundial como una gran campaña de imagen

Rusia seguramente no saldrá campeona de este Mundial de Fútbol que comienza este jueves, pero sí ganará con él, al menos en el plano político y de imagen. El Kremlin se ha sentido últimanente más acosado que nunca, apartado del G8 por la anexión de Crimea, ha sufrido un aumento de las sanciones por parte de Washington y ha sido acusado de injerencia en la política europea y estadounidense, del atentado contra el exespía Sergueí Skripal en Gran Bretaña, de ser el responsable del derribo del avión malasio en Ucrania del este...Necesitaba urgentemente una oportunidad de mejorar la opinión que se tiene del país, y el Mundial se la ofrece.

Su primera victoria ya la puede celebrar: logró que los llamamientos al boicot del campeonato no prosperaran y que vinieran todas las selecciones, incluida la de Inglaterra, el país que desde un principio fue uno de los principales opositores a que la Copa del Mundo se realizara en Rusia. Londres sigue enfrentado a Moscú por el caso Skripal y acaba de comenzar una lucha contra el «dinero sucio» que los oligarcas rusos tienen en Reino Unido, pero no ha podido impedir la celebración de la gran fiesta futbolística en Rusia.

Ahora la tarea del Kremlin es conseguir que el Mundial transcurra sin graves incidentes. Rusia está en la mira del Estado Islámico por su intervención en Siria al lado del régimen de Bachar el Asad. La principal amenaza es la terrorista, pero Rusia también teme  protestas por su intolerancia con la homosexualidad, por los derechos humanos y el encarcelamiento de algunos personajes considerados presos políticos. En cuanto a posibles enfrentamientos entre ultras de distintos equipos, esperan controlarlos gracias a la cooperación con los policías de una treintena de países de las selecciones que participan en el campeonato.

El presidente ruso, Vladímir Putin, espera que la Copa del Mundo sea un éxito.  Los que poseen entradas no solo tendrán transporte gratis, sino también la oportunidad de asistir sin pagar a diversos eventos culturales.  «Hemos hecho todo para que nuestros invitados -deportistas, especialistas, y aficionados- se sientan en Rusia como en casa. Hemos abierto al mundo nuestro país y nuestros corazones», afirmó en un vídeo de bienvenida al Mundial Putin, que el mes pasado tomó posesión de su cuarto mandato presidencial.

El Kremlin ha invertido en los últimos cinco años para el Mundial cerca de 12.000 millones de euros. De esta cifra, que supera en más de 2.500 millones al último presupuesto oficial y que supone cerca del 1% del PIB, más de cinco mil millones fueron destinados a infraestructuras de transporte y unos 2.900 millones a la construcción de estadios.

Putin asistirá a la inauguración del campeonato en el estadio moscovita de Luzhnikí, en el que la selección de Rusia jugará el primer partido contra Arabia Saudí. 

En las once ciudades rusas donde se desarrollará el Mundial se respira entusiasmo y unos 20.000  voluntarios están preparados para ayudar e informar a todo el que lo necesite. Esta gran fiesta futbolística se complementará con pasacalles, conciertos y discotecas al aire libre. El primer gran concierto es el de la plaza Roja de Moscú, la víspera de la inauguración de la Copa del Mundo, con los tenores Plácido Domingo y Juan Diego Flórez como estrellas invitadas.