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Cristiano exhibe su liderazgo entre los ‘dachnikis’

Concentrado con su selección en una zona de dachas, el Mundial es la gran apuesta del luso para que el Madrid le pague más o para abrirse mercado

Ladislao J. Moñino
Cristiano manda callar a los aficionados presentes en el primer entrenamiento de Portugal en Krátovo.
Cristiano manda callar a los aficionados presentes en el primer entrenamiento de Portugal en Krátovo. FRANCISCO LEONG (AFP)

Hasta la llegada de Portugal, el silencio y la tranquilidad de Krátovo solo lo quebraban el canto de las aves y los automóviles de los dáchniki. Los ocupantes de las dachas, las casas de campo rusas construidas en los alrededores de las grandes ciudades, circulan con parsimonia por carreteras estrechas y laberínticas que atraviesan densos bosques de pinos y arces. Al dáchniki, al que se podría equiparar con el dominguero español, llegar hasta este reposado paraje situado a 50 kilómetros al sureste de Moscú, puede llegar a suponerle tres horas de coche. Los eternos embotellamientos de las autovías de circunvalación de Moscú se agudizan por el éxodo rural de los moscovitas durante el fin de semana.

Las dachas de madera y una sola planta se salpican alternadas con otras más lujosas y altivas que rodean el cuartel general de la selección portuguesa en Krátovo. El sellado de las alcantarillas, la estructura retráctil y metálica de pinchos que recorre el suelo de la entrada al coqueto complejo deportivo del Saturn y el fuerte despliegue policial y de seguridad privada describen el bunkerizado día a día que vivirá la selección vigente campeona de Europa.

La mañana de ayer fue una excepción a esa cerrazón que blindará a Portugal durante su estancia en Krátovo. Unos 300 aficionados, poseedores de una entrada cortesía de la federación lusa, pudieron asistir al primer entrenamiento dirigido por Fernando Santos en suelo ruso. Los adultos y la chiquillería contemplaron entre deslumbrados y atónitos un ejercicio de liderazgo de Cristiano Ronaldo en el que era complicado distinguir entre la firmeza de sus gestos, sus reclamos quejosos ante los errores de sus compañeros y la sobreactuación. “¡Guedes, Guedes, a mí!”, le gritó al extremo del Paris Saint-Germain cedido durante el último curso al Valencia. Al poco de la reprimenda a Guedes, y tras un mal pase recibido, Cristiano agarró la pelota y la sacó del campo de entrenamiento con un violento patadón. Más tarde, los aficionados presentes en el graderío se sorprendieron cuando les mandó callar. Coreaban su nombre y les pidió silencio y calma para que no rompieran la concentración en el trabajo. Desde que reventara el karma del madridismo tras la final de Kiev, Cristiano no ha hablado en público sobre su futuro tal y como anunció. Esa gestualidad de cacique ganador durante el entrenamiento de ayer ha sido su mayor muestra de expresividad en la última semana.

El PSG y la UEFA

Guedes, Bernardo Silva, Gelson Martins, Andre Silva, Bruno Fernandes, Guerreiro, componentes de la camada de jóvenes talentos reclutada por Fernando Santos son el objetivo de Cristiano para inculcarles la exigencia competitiva que demanda la cita. El título de campeón del mundo de selecciones es el único que le falta por añadir a su esplendoroso palmarés. Enredado con su futuro en el Real Madrid, este Mundial de Rusia se ha convertido en una gran apuesta para el astro portugués. Bien para alcanzar el aumento de salario que le reclama a Florentino Pérez, bien para abrirle un mercado más apetecible. Varios intermediarios internacionales admiten que ahora mismo es complicado que Cristiano pueda encontrar un club que colme sus aspiraciones deportivas y económicas, y que a la vez pueda presentar una oferta convincente al Real Madrid. El Paris Saint-Germain está al acecho, pero debe esperar a la resolución que tome la UEFA respecto a su presunto quebrantamiento del juego limpio financiero. El mercado de los grandes traspasos está bloqueado y ansioso a la espera de la determinación que la UEFA anunciará a principios de esta semana.

Mientras, Cristiano aguarda ansioso la cita con España del próximo viernes. Su primera oportunidad de empezar a ganar o perder la apuesta que supone para él este Mundial.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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