Nadal se estrena entre sobresaltos

Cuando Rafael Nadal pisó la arena, las colas que había hasta entonces para comprar gofres y crêpes fueron reduciéndose hasta desaparecer. Volvía el número uno a su templo, a la majestuosa pista central de París, y lo celebró el público parisino concentrándose en masa. Sin embargo, en contra de lo que se vaticinaba por el progreso militar del mallorquín hasta ahora, la grada presenció un estreno trabado y deslucido, a trompicones y finalmente suspendido porque la lluvia intervino con fuerza mediada la tarde y además quedaba ya poca luz. Nadal vencía por 6-4, 6-3 y 0-3 a Simone Bolelli, pero el marcador era engañoso, porque durante esa hora y 44 minutos no estuvo cómodo en ningún momento.

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El italiano, procedente de la fase previa, se presentó en la Chatrier como un elemento perturbador. Se atuvo a la idea que defiende el técnico Magnus Norman para derrotar a Nadal, que no es otra que plantearle una apuesta de riesgo, a todo o nada. Y así lo hizo Bolelli, que desenfundó una derecha de mil demonios y desestabilizó una y otra vez al español, bastante descafeinado. Este resoplaba y hacia aspavientos, y miraba todo el rato hacia su box para ver si desde allí se le insinuaba (sin que lo viera el juez de silla) alguna solución. Llegó al décimo juego, con una rotura que desenredó el primer parcial, pero no el partido.

Bolelli (32 años y 129 del mundo) no desistió y continuó planteándole apuros. A la incomodidad en el juego se sumó la del marcador, porque el de Bolonia arrancó la segunda manga con un 3-1 a su favor, enredando sin parar, todo el rato, aunque Nadal insistió en su revés y le dio un vuelco a la situación. Oxígeno momentáneo, porque encajó otro break y se llevó otro susto antes de que la tormenta se echase definitivamente sobre París. Una escena que recordó a la de hace dos semanas en Roma, cuando la lluvia detuvo durante casi una hora la final contra Alexander Zverev.

Hacia las ocho, la organización decidió desalojar a todos los aficionados del complejo y pospuso el encuentro hasta hoy a mediodía (hacia las 13.30, Eurosport). Nadal, pues, coincidirá en el programa con Garbiñe Muguruza, que hoy afronta (a las 11.00, en la misma cadena) a la veterana rusa Svetlana Kuznetsova. Tratarán ambos de seguir sellar el pase que ayer obtuvieron siete jugadores españoles. Vencieron Albert Ramos (7-6, 6-4 y 6-1 a Mikhail Kukushkin), Guillermo García-López (6-2, 3-6, 4-6, 7-6 y 6-3 a Stan Wawrinka), Carla Suárez (6-0 y 6-1 a Ana Konjuh), Lara Arruabarrena (7-6 y 6-3 a Timea Babos), Georgina García (6-3 y 6-4 a Dalila Jakupovic) y el joven Jaume Munar, superior a David Ferrer (3-6, 3-6, 7-6, 7-6 y 7-5).

Ferrer, eliminado: “No soy el Ferrer que quiero ser”

“No me siento competitivo, no me siento al nivel que quiero”, reconoció el de Xàbia, que recientemente estrenó paternidad y al que las cosas no terminan de irle bien en el terreno profesional durante los últimos dos años. “Después de la Davis no encuentro mi nivel de tenis y no sé hasta cuándo quiero seguir así... Quiero dar más de mí. Físicamente no estoy bien y me falta energía. Teng muchos baches durante los partidos... No es el David Ferrer que quiero ser”, lamentó el alicantino, entre las bajas en la jornada de este lunes.

Las otras fueron las de Roberto Carballés (6-3, 6-7, 7-6 y 6-1 frente al local Benoit Paire) y Carlos Taberner (7-5, 6-7, 6-4 y 6-3 ante Stefanos Tsisipas).

Por otra parte, el día también deparó la primera aparición de Novak Djokovic, ganador del torneo en 2016. El serbio no atraviesa por sus mejores días, pero la esperanzadora actuación en el Foro Itálico de Roma, contra Nadal, le ha devuelto cierta cuota a su candidatura. En su primer turno en París este año, el serbio (22 del mundo ahora) solventó el compromiso contra Rogerio Dutra Silva por 6-3, 6-4 y 6-4 (2h 05m), y se enfrentará a Munar.