El Real Madrid sobrepasa a un frágil Joventut
Los de Laso se imponen con solvencia al colista (87-70) a una semana de comenzar la batalla ante Panathinaikos en la Euroliga
La solvencia del líder se cruzó con la fragilidad del colista y apenas hubo dilema competitivo. El Real Madrid se impuso sin apuros al Divina Joventut (87-70) en el partido adelantado de la 27ª jornada de la Liga Endesa. Doncic (9 puntos, 8 rebotes, 10 asistencias y 17 de valoración) y Carroll (16 puntos) encabezaron la estadística blanca, mientras que Yusta y Radoncic aprovecharon sus minutos con descaro. El triple final del montenegrino coincidió con el tercer gol de la Roma ante el Barça en la Champions y desató la algarabía de los aficionados madridistas conectados al transistor. Fue el colofón a un partido que retrató el abismo de dos contendientes otrora parejos.
El WiZink Center asistía a un duelo de contrastes en tiempos de fracturas. Real Madrid y Joventut, históricos del baloncesto español y protagonistas de las finales de la ACB de 1985, 1992 y 1993, se medían esta vez como primero y último de la tabla. El conjunto verdinegro, sumido en una profunda crisis económica y deportiva, llegaba en plena carrera contrarreloj por escapar del farolillo rojo a ocho jornadas para el final de la fase regular. Los blancos, sin urgencias históricas ni clasificatorias, buscaban un triunfo funcionarial para garantizarse la ventaja de campo en los cuartos de final del playoff liguero. Para los visitantes, un duelo crucial; para los locales, un episodio de entreguerras a una semana de iniciar la batalla con el Panathinaikos en la Euroliga. En el duelo entre la necesidad y la suficiencia venció la lógica.
El Joventut puso fin el sábado en Zaragoza (86-92) a más de un año sin ganar lejos de Badalona y sumó su segunda victoria consecutiva, para situarse a un triunfo de sus dos principales rivales en la lucha por la salvación, el Betis y el Bilbao Basket. Pero, esta vez, afrontaba en la jornada entre semana un reto de proporciones históricas. En siete días se cumplen 10 años de la última victoria de la Penya en la pista del Real Madrid (93-101) con una exhibición del ahora madridista Rudy Fernández, autor ese día de 30 puntos con un de 8 de 11 en triples. La cuenta seguirá abierta. Solo 13 de los 89 duelos disputados entre ambos conjuntos en cancha madridista desde 1957 se saldaron con triunfo visitante.
Descontando los días para el regreso de Llull y para las recuperaciones de Campazzo y Thompkins, Laso agitó la rotación para imponer la calidad y amplitud de su repertorio mientras que Durán intentó gestionar la mezcla entre veteranos y noveles para aguantar el pulso. Lo consiguieron de inicio los verdinegros con una notable aportación gremial encabezada por la intimidación de Birgander, la solvencia de Kulvietis y el descaro de López-Aróstegui (26-28, m. 13). Pero fue un espejismo. No tardó en reaccionar el Madrid, con Carroll y Doncic afinando desde el perímetro y Felipe y Ayón fortaleciendo la pintura. El trabajo de la Penya quedó desmontado con un parcial de 12-0 en apenas cuatro minutos. Perdió el oremus el conjunto visitante en ese tramo y el líder comenzó a descoser el choque gracias al brío de Radoncic y a la hiperactividad de Rudy. Al descanso, las diferencias eran aún sutiles en la estadística pero ya significativas en el marcador (46-32, m. 20). La irregularidad competitiva hizo que la mayor trama de la primera mitad tuviera lugar cuando el árbitro principal, Miguel Ángel Pérez Pérez, desautorizó sin remilgos a su asistente, Pedro Munar, después de que éste pitara una rigurosa antideportiva a Doncic que fue rearbitrada de inmediato.
A la vuelta de la caseta, el propio Doncic gestionó la renta de su equipo para desmoralizar progresivamente a un Joventut cada vez más desdibujado. Sin noticias de Jordan y con Laprovittola protagonizando un solo ante el peligro en cada viaje al aro, la intriga duró lo que tardó Randolph en sumarse a la cita. Cinco puntos consecutivos del estadounidense y la aparición siempre productiva de Yusta cerraron anticipadamente el duelo (66-44, m. 27). De ahí hasta el final, el Madrid, con la segunda mejor marca anotadora de la década esta Liga (90,3 puntos por partido), sumó a buen ritmo para no quedarse lejos de sus números y cumplir con su libro de estilo.
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