Gareth Bale, ante lo desconocido
El galés, que desde que llegó al Madrid había sido titular en el 90% de los partidos, tiene que pelear ahora por un sitio y está convencido de que su momento llegará
El lunes por la tarde, en el silencio de un desierto Parque de los Príncipes, Gareth Bale saltó al césped cuando todos sus compañeros ya estaban peloteando en el terreno de juego y haciendo bromas mientras esperaban a que Zidane terminara la rueda de prensa. Se lo tomó con calma el galés. 24 horas después, cuando sabía que tampoco en la vuelta de los octavos sería titular, enfiló el túnel de vestuarios con cara de pocos amigos. Bale fue suplente en los dos partidos de la eliminatoria contra el PSG. Lo fue también en Cardiff en junio, cita a la que llegó tras dos meses lesionado. Quitando la final contra la Juve, la última vez que el galés había sido suplente en un partido de Champions con la camiseta del Madrid fue en abril de 2014, en la ida de los cuartos de final contra el Bayern.
Por primera vez desde que aterrizara en Chamartín, Bale se encuentra en una situación desconocida: “Sufre, se entristece y se enfada cuando mira la alineación y se ve en el banquillo. Es igual de humano que los demás, pero en su caso, si cabe, su sensación de impotencia es superior porque no puede comprender cómo él, el jugador más caro en la historia del Real Madrid, ha pasado de ser un grande a ser un jugador más”, cuentan desde Valdebebas.
En lo que va de temporada Bale ha sido tiutlar en el 67% de los partidos que ha disputado; el promedio de los años anteriores era del 90% (89% en la campaña 2016-17, 93% en la 2015-16, 96% en la 2014-15 y 82% en la 2013-14). Nunca antes había vuelto de una lesión teniendo que pelear por un sitio en el once. Siempre se lo habían guardado por lo que aportaba al equipo, por lo que había perdido el equipo sin él y por su condición de estrella. Y cuando había sufrido recaídas, también se había encontrado de vuelta con su puesto en la banda derecha.
Esta vez se ha encontrado con una situación inédita: obligado a reincorporarse poco a poco y a no exprimirse demasiado con partidos cada tres días para evitar recaídas, el galés ha visto como Zidane ha premiado a quien estaba más en forma. Cada día con más galones, el técnico francés se siente también más autorizado a exigir el máximo a las estrellas. Si no lo dan, juegan otros. En la ida contra el PSG jugó Isco; en la vuelta, sin Kroos ni Modric, fue el turno de Lucas y Asensio que revolucionaron el partido de ida en los 12 minutos que disputaron.
¿Tiene carácter Bale para pelear y recuperar su sitio? De ello dependerá el devenir de su temporada. James, por ejemplo, renunció a pelear el año pasado. Los que ven al galés entrenarse a diario dicen que trabaja como alguien que no renuncia a nada y que está convencido de que su momento llegará. Ha mantenido varias reuniones privadas con Zidane para hablar, precisamente, de esta situación y sabe que el técnico siempre pide más. A ZZ le preguntaron ayer, en víspera del partido de esta tarde contra el Eibar (13.00, beIN LaLiga) qué le falta a Bale. “No le falta nada, está en un equipo donde hay muchos jugadores que lo están haciendo bien; él también, pero hay muchos partidos. No ha sido titular contra el PSG [36 minutos en total], pero ha jugado otros. Con Gareth no tengo nada, es un jugador fundamental. Lo que tengo que hacer y estoy haciendo es un equipo cada tres días”, respondió.
Le señalaron que la situación no dejaba de ser excepcional, ya que por primera vez, estando bien físicamente, Bale no había sido titular en dos partidos muy importantes. ¿Cómo asume la suplencia? ¿Puede llegar a ser un problema? “No es un problema, él sabe, porque lo hablamos, dónde está y que los demás también son importantes. Queréis buscar un problema y no lo hay. Gareth es importante, pero también hay otros que lo son”, zanjó Zidane.
Mamic, el hombre que tiene preocupado a Modric
A Modric le ven preocupado desde el pasado día 2, cuando la fiscalía de Osijek, ciudad del este de Croacia, le acusó de falso testimonio en el juicio por corrupción a Zdravko Mamic (presidente del Dinamo de Zagreb hasta 2016 y acusado de haber desviado 15,6 millones). Modric, que vistió la camiseta del Dinamo entre 2004 y 2008 fue citado a declarar junto a Dejan Lovren, del Liverpool, en junio del año pasado. El centrocampista dijo que firmó en 2004 un anexo del contrato con Mamic —personaje temido que maneja el fútbol croata— que establecía que le pagaría la mitad de las primas de traspasos que recibiría. En 2015, sin embargo, Modric había dicho a los investigadores que ese anexo había sido firmado de manera retroactiva cuando ya jugaba en el Tottenham. El falso testimonio está penado en Croacia con entre seis meses y cinco años de cárcel.
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