Serena Williams: “Antes de jugar casi me echo a llorar; echaba de menos a mi hija”
Serena Williams, ausente por más de un año tras dar a luz a una niña, regresó al circuito con un triunfo 7-5 y 6-3 ante Zarina Diyas en su debut en Indian Wells
Serena Williams quería volver al circuito femenino con la certeza de no solo poder competir, sino también ganar. Su ausencia de más de un año en las pistas tenía una razón de ser con dos nombres y un apellido: Alexia Olympia Ohanian, su hija. Tras un partido exhibición el pasado diciembre donde perdió ante Jelena Ostapenko, la menor de las Williams decidió que aún no estaba lista para regresar en el Abierto de Australia, el primer Grand Slam del año, y que lo haría "solo cuando estuviera preparada para luchar hasta el final". Ese momento llegó en la madrugada de este viernes en Indian Wells. La exnúmero uno del mundo volvió a jugar y superó en dos sets (7-5 y 6-3) a la kazaja Zarina Diyas, 53ª del ranking, en algo más de una hora y media.
"Cada día va a ser un desafío. Sé que me sobrepondré. Lleva tiempo volver", reconoció tras el partido. Serena, de 36 años, fue madre de una niña en septiembre, y no jugaba un partido oficial de singles desde su victoria en la final del Abierto de Australia, el 28 de enero de 2017, donde ganó estando ya embarazada. Su regreso a los entrenamientos tuvo que retrasarse después de sufrir complicaciones médicas tras el nacimiento de Alexia Olympia, cuyo padre es Alexis Ohanian, fundador del famoso sitio web Reddit. "El jueves, día en el que voy a volver a jugar, es el Día Internacional de la Mujer y mi regreso no pudo haber coincidido mejor con esta fecha", escribió Serena en las redes sociales previo a su re-debut.
Durante la rueda de prensa, Serena reconoció que antes del partido casi llora. "Le escribí un mensajito a Alexis (su esposo) y le pregunté si era normal que me dieran ganas de llorar porque realmente extrañaba a mi hija", dijo entre risas nerviosas. Y acotó que igualmente disputar el partido de noche fue de gran ayuda porque al estar Alexia durmiendo a esa hora, "no podría estar jugando con ella y entonces no había nada que podía hacer".
Actualmente sin ranking, Serena saltó a la pista central de Indian Wells con algo de retraso sobre el programa inicial y esa espera pareció pesarle en los primeros juegos. Precipitada, algo carente de forma y visiblemente nerviosa, la pequeña de las Williams reconoció incluso estar "un poco oxidada" tras su triunfo. "Fue increíble. Ha pasado más de un año, tengo una niña y ahora puedo ir a casa con ella, así que estoy emocionada (...) No ha sido fácil. Estoy un poco oxidada, pero no importa. Este es mi viaje y estoy haciéndolo lo mejor que puedo", sostuvo la estadounidense.
Se notó y su rival le peleó cada pelota a lo largo de toda la contienda. Serena solo fue capaz de anotar cuatro aces con idéntico número de dobles faltas y logró acertar únicamente el 58% de sus primeros servicios. "Me sentí como cuando eres joven y sales al circuito por primera vez y estás excitada por jugar y quieres enfrentar a los mejores para ver cuál es realmente tu nivel", afirmó Serena, que confesó haber mirado mucho tenis durante los 14 meses que estuvo ausente.
Serena podría enfrentarse con Venus, su hermana de 37 años y número 8 en el ranking, en tercera ronda de Indian Wells en el caso de que ambas superen sus siguientes escollos. El próximo paso para la menor de las Williams será el sábado ante la holandesa Kiki Bertens, número 29ª del mundo. "En este momento me estoy tomando todo con calma. No me pongo ni presión, ni estrés ni expectativas. Estoy jugando sin nada que perder, entonces solo puedo ganar", concluyó Serena tras su primer triunfo luego de su baja anunciada por maternidad.
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