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Casemiro, el sargento de Zidane

El centrocampista brasileño, que lideró en París la clasificación de recuperaciones y sólo falló un pase, simboliza la disciplina en el Madrid

Eleonora Giovio
Casemiro persigue a Cavani para quitarle el balón.
Casemiro persigue a Cavani para quitarle el balón.ETIENNE LAURENT (EFE)

Hay un meme que tiene guardado el presidente del Real Madrid en el móvil y que enseña divertido cada vez que se habla de Casemiro. Es una especie de mapa del mundo con tres cuartos del planeta ocupados por agua y el resto por Casemiro. El centrocampista brasileño de 26 años le tiene un cariño especial a Florentino Pérez porque sabe que se empeñó en que recalara en el Madrid, primero en el filial en 2012, procedente del São Paulo —pese a llegar con unos kilos de más—, y luego en el primer equipo. A Ancelotti no le gustaba y Rafa Benítez prefería a William Carvalho, del Sporting de Portugal.

A Zidane le acabó conquistando al mes y medio (en sus primeros ocho partidos al frente del Madrid, apenas jugó 20 minutos). “En el Castilla fue fundamental para que el equipo subiera a Segunda. Cortaba todo, me recordaba a Hierro en Ámsterdam, despejaba todos los balones de cabeza”, confesaba hace poco Florentino Pérez.

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En París, el martes, Casemiro no sólo se dedicó a cortar las contras y las líneas de pase del PSG —Cavani acabó desquiciado—, sino que anotó el 1-2 (su sexto gol de la temporada) y lideró la clasificación de recuperaciones (11). Menos habitual es que también fuera el mejor en pases buenos: 56, sólo falló uno. Lo hizo, además, la noche en la que faltaban Kroos y Modric y la noche en que menos kilómetros corrió en esta Champions: 8,9. El brasileño presenta una media de 10,6 por partido (su récord fue 10,9 contra el PSG en la ida). Señal de que cada vez se coloca mejor en el campo. Fue el futbolista del Madrid más buscado por el PSG: recibió cinco faltas. Sin Kroos ni Modric, Case, como le llaman en el vestuario, asumió el liderazgo. El gol, que celebró tirándose al suelo, se lo dedicó después a su hija, Sara, que cumplía dos años y que no se pierde un partido en el Bernabéu.

“Mi partido hoy ha sido perfecto, estoy feliz con el trabajo, no con el gol, que es otra cosa, con mi trabajo con y sin balón. Pero soy injusto al hablar solo de mi partido, hay que hablar del que hicieron todos mis compañeros”, dijo en las entrañas del Parque de los Príncipes.

Casemiro dice que le encanta jugar con Kroos y Modric porque son dos jugadores muy inteligentes, indiscutibles con el balón, que hacen mover al equipo para arriba y para abajo. Él asume que su misión es dar equilibrio al equipo y ha aprendido a hacerlo de maravilla. Así lo explicaba en una entrevista con este periódico:Casemiro tiene que tapar los huecos de todos. El equilibrio para mí es eso, también hacer que el partido no se vuelva loco, calmarlo, dar tranquilidad, saber cuándo es el momento de atacar o de poner el bloque bajo”.

Por eso, entre otras cosas, se ha convertido en el sargento de Zidane. El técnico francés aprecia sobre todo la disciplina y madurez del brasileño, jugador que, según aseguran en Valdebebas se hace responsable del trabajo diario sin necesidad de que le den instrucciones sobre qué hacer y cómo cuidarse de la mejor manera.

Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

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