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El Atlético más preciso al asalto del Barcelona

El equipo de Simeone acude a la trascendental cita del domingo en el Camp Nou con los porcentajes más elevados de acierto en el pase y el remate de todo el curso

Koke, Correa y Griezmann, celebran un gol del Atlético en el Sánchez Pizjuán. En vídeo, declaraciones de Diego Pablo Simeone y Antoine Griezmann.Foto: atlas | Vídeo: Aitor Alcalde
Ladislao J. Moñino

Cuando Simeone imagina cómo hacerle daño al Barcelona en ataque, su foco se centra en dos fases del pase. Advierte que a su equipo le costará estirarse ante la presión que ejercen los azulgrana. Por un lado, el preparador argentino teme que una mala salida de balón provoque un ataque fulgurante azulgrana que pille a sus defensas descolocados y a Messi y a Luis Suárez sueltos. Superado el trance de esa primera fase inicial en la gestación del ataque, la continuidad de la jugada y su progresión está en la conexión de los centrocampistas con Diego Costa y Griezmann.

El equipo siente que con esa pareja de ataque podrán desplegarse con rapidez en el Camp Nou cuando sean obligados a atrincherarse. Con el Barça jugando en campo contrario, las transiciones defensa-ataque son una de las obsesiones de Simeone para abordar el asalto del Camp Nou. La palabra “precisión” es la más repetida por el cuerpo técnico del Atlético en los entrenamientos y es parte de los argumentos más sólidos que esgrimen para explicar las exhibiciones ofrecidas ante el Sevilla (2-5) y el Leganés (4-0).

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Como en el fútbol manda la pelota, la precisión con la que se maneje puede derivar en un equipo grosero o en uno certero. Tanto el pasado domingo en el Sánchez Pizjuán, como el miércoles en el Metropolitano, los porcentajes de precisión en el pase y en el remate han sido los más elevados del Atlético. En el último encuentro, los futbolistas rojiblancos superaron por primera vez en este curso los 700 pases y el porcentaje de acierto fue de un 90%, el más elevado en lo que va de temporada.

Los encuentros en los que el juego del equipo fue muy criticado, independientemente de que ganara o perdiera, el acierto en los pases registró niveles muy bajos. En Eibar (0-1) el equipo tocó suelo con solo un 55% de pases buenos sobre un total de 259, la segunda cifra de combinaciones más baja en lo que va de campeonato. Ante el Betis, en el Benito Villamarín (0-1), el equipo marcó su número de pases más bajo, 255, y solo dio bien el 65%. En la también reciente cita de Málaga (0-1), otro tostón significativo, Griezmann marcó a los cuarenta segundos y ya no hubo más disparos a puerta después de solo 440 pases y un 73% de acierto en las entregas. Fueron tres victorias, como la de A Coruña, que no llenaron el ojo, pero para Simeone fueron vitales para que el equipo no se desinflara anímicamente. Admitió que el juego no fue bueno, pero también la importancia de ganar en esas condiciones de juego ofensivo tan paupérrimas. Para un equipo que pretende jugar en línea recta y con el menor número de toques posibles, la precisión ha sido fundamental en el poderío al contragolpe que ha mostrado en sus dos últimos partidos. Simeone ha resaltado los pases de Koke o los de Diego Costa y Filipe Luis en el festival de Griezmann, que ha marcado siete goles en tres días. La gran mayoría han sido precedidos de vertiginosos jugadas a la contra.

Contragolpes certeros

 Los robos de balón que los generaron han sido cerca del área contraria y alguno también en campo propio, como el primero del Leganés. El robo de Thomas ya fue un primer pase para Correa, este se la dio a Koke y el volante lanzó a Griezmann a la carrera. Cuatro toques que tramitaron una de las secuencias que más deleitaron a su entrenador.

Desde hace tiempo, Simeone y su cuerpo técnico observaban que el equipo rayaba a un nivel táctico y físico elevado. Los registros certificaban al mejor equipo en defensa del campeonato, pero admitían la falta de juego dañino en ataque. Alguno de los preparadores no acertaba a explicar la falta de precisión a la hora de elaborar juego y generar más ocasiones de gol. Simeone se ha preocupado de trabajar los ataques tras robo de balón en campo contrario y también de mejorar las combinaciones en los alrededores y dentro del área. Ataques rápidos y sencillos, en los que manda la velocidad de ejecución y los movimientos de desmarque de los delanteros. En medio de uno de esos ejercicios, paró el entrenamiento visiblemente irritado y gritó: “¡Tan difícil es!” El silencio que se hizo entre los jugadores fue sepulcral.

Esa mejor versión pasadora y contragolpeadora del Atlético buscada por Simeone pasará su gran prueba de fuego en el Camp Nou. La intención es estirar bien al equipo aprovechando el momento de forma de Diego Costa y de Griezmann para no tener que sufrir un atrincheramiento continuo.

Thomas renueva hasta 2023

Hace algo más de un mes, coincidiendo con el cierre del mercado invernal europeo, Diego Pablo Simeone arremetió contra los representantes de jugadores, a los que acusó de no beneficiar a estos con sus presiones subterráneas en busca de minutos para sus clientes. También insistió en el mal entendimiento de las suplencias por parte de los jugadores. “Algunos creen que porque no juegan un día dejan de ser importantes para el equipo”. Indirectamente, las palabras del técnico se referían a Thomas Partey. El mediocentro ghanés no sentía que jugaba todo lo que deseaba, pese a que había aumentado considerablemente su número de minutos respecto a temporadas anteriores.

Thomas entendió el mensaje de su entrenador tras tres partidos de Liga consecutivos fuera del once (Las Palmas), Valencia (no fue convocado) y Málaga. Reapareció en las alineaciones ligueras ante el Athletic y desde entonces no ha salido de ellas. La ampliación de su contrato hasta 2023 anunciada por el club responde al crecimiento y al convencimiento que Simeone tiene de que es una pieza importante para sus planes de futuro. Su cláusula ha pasado de 35 millones de euros a 80.

Ya esta pretemporada, el técnico le advirtió de que tendría un papel más relevante que en temporadas anteriores. Le trabajó sobre todo que no tuviera errores en la salida de balón, su mayor defecto.

Thomas juega ahora con más aplomo y más seguro de sí mismo en los primeros pases. También trata de elegir cuando descolgarse. Como Saúl, comparte como su gran virtud la llegada que tiene desde la segunda línea, pero las necesidades tácticas del equipo le impiden explotarla todo lo que quisiera. En el juego defensivo también ha mejorado, superando en varios encuentros la decena de recuperaciones.

El duelo del Camp Nou, si Simeone decide alienarle junto a Koke, Saúl y Gabi, medirá esa progresión que ha llevado al club a ampliarle y mejorarle el contrato.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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