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El bombardero Griezmann amenaza al Barça

El francés marca los cuatro goles en la gran exhibición del Atlético ante el Leganés

Griezmann celebra uno de los cuatro goles que le marcó al Leganés. En vídeo, declaraciones de Simeone tras el partido.Vídeo: JUANJO MARTÍN (EFE) / EFE
Ladislao J. Moñino

Con Griezmann en la línea estelar de sus últimas semanas y gobernador de todo el frente de ataque, el Atlético de Madrid se dispone al asalto del Camp Nou. Lo hará tras liquidar al Leganés y meterle una buena dosis de presión al Barcelona en el encuentro que debe dirimir en el Insular de Las Palmas. Acuda con siete puntos o con menos, los rojiblancos se presentarán el domingo en el Camp Nou amenazantes, con su renacida estrella como cabeza de cartel. Está el delantero francés muy fino. Transmite la autoridad de los grandes peloteros para saber aparecer y ejecutar. Atraviesa por uno de esos momentos en los que la cabeza compaña a los pies para elegir los espacios en los que intervenir y plasmar un juego de seda y desequilibrante. Lo mismo descarga una pared en un costado, rompe con un desmarque al espacio, revienta una pelota en la cruceta en un libre directo, como al siguiente no perdona y lo clava. Por ejercer, ejerció hasta de nueve, con un cabezazo soberbio para firmar su segundo hat-trick consecutivo y luego adornarlo con otro gol de cazagoles en el segundo palo. Está en plan atacante total sin perder tampoco el esfuerzo defensivo que le ha atornillado su entrenador. Nada más marcar el cuarto tanto vio una tarjeta amarilla por tratar de barrer un balón para cortar el ataque del Leganés. Anoche, sus goles, siete en los dos últimos partidos, sirvieron para que el Atlético enfilara los tres puntos antes del descanso. Otro balón de oxígeno más para viajar a Barcelona.

Saltó el Atlético al Metropolitano a toda presión, con el perfil alegre que le dibujaba de inicio el 4-3-3, con Correa como acompañante cercano de Griezmann y Diego Costa. Thomas, por delante de la defensa, y Saúl y Koke compusieron la línea de volantes. El trazo ofensivo respondía al respeto por el orden y la sólida estructura con la que Garitano está a un paso de certificar otra permanencia del Leganés. Entendió Simeone que el partido necesitaba menos rigidez y su equipo ejecutó un inicio volcánico. Dos disparos en menos de un minuto y una presión agobiante. Pese a las bajas que le acuciaban, salió respondón el Leganés, bien parapetado y dispuesto a soportar un tiroteo. Eraso desvió en el aire un centro de Gumbau y la pelota silbó el poste derecho de Oblak. El propio Gumbau respondió al magistral golpeo de falta de Griezmann a la cruceta con un zambombazo que astillo el larguero de Oblak. Filipe Luis, bajo palos, evitó que Gabriel convirtiera el 0-1 tras cazar el rebote repelido por el travesaño.

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Los dos avisos motivaron que Simeone ordenara abandonar el 4-3-3 y el Atlético regresó al 4-4-2 en el que se descose menos. En pleno repliegue, Thomas robó una pelota en el costado derecho de la medular y se la entregó a Koke, que antes de recibir ya había visto con el rabillo del ojo que Griezmann corría al espacio. Lanzado a la carrera, ejecutó a Cuellar por abajo para iniciar su festival goleador. Tres toques para deleite de su entrenador y para ratificar que Koke ve mejor el fútbol a la carrera que en estático. El volante también rascó la falta en la frontal del área con una fina maniobra al llevarse la pelota con el tacón. Griezmann la empotró por el palo que defendía Cuéllar, al que le perdió su primer paso creyendo que Griezmann optaría por alejarle la pelota con una curva por encima de la barrera. Entre ese primer engaño y la potencia que le imprimió al golpeo, Cuéllar se tragó el zurriagazo ajustado del francés.

No pisó el freno el Atlético en el segundo acto. Siguió acogotando al Leganés apoyado en la fluidez del juego que le daban Thomas, Saúl y Koke. Le corría la pelota al equipo de Simeone y la movilidad de sus delanteros derrumbaba a la defensa del Leganés en cada ataque. La jugada del tercer gol simbolizó esa maquinaria ofensiva que parece perfectamente engrasada para atacar al líder. Pelota de Costa a Griezmann en el costado que este deja pasar para la progresión de Filipe Luis por la izquierda y su rosca perfecta al punto de penalti. Por allí apareció y se elevó majestuoso el francés para firmar un testarazo de nueve bombardero de toda la vida. La elección de no tocar el balón y correr raudo al remate describió la madurez, su acierto en la toma de decisiones y lo afilado que está su fútbol. Ratificado con el cuarto gol nacido de un buen pase de Diego Costa y una definición de killer con el interior de su bota izquierda.

Con 4-0, Simeone ya pensó sin tapujos en el Camp Nou. Le dio un respiro a Thomas, con cuatro amarillas, para meter a Vitolo y sentó a su pareja de atacantes para dar entrada a Torres y Gameiro. Por intimidar, intimidó hasta Oblak, con dos paradas soberbias. El Atlético viaja a Barcelona tan eficaz atrás como siempre y más certero en ataque que nunca.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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