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Champions League - octavos - jornada 1Así fue
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Kingsley Coman rompe la resistencia del Besiktas

El extremo francés destaca en la goleada del Bayern (5-0) ante el equipo turco, que llegó invicto a Múnich y se sufrió la expulsión de Vida en el minuto 15. James se retiró lesionado

Diego Torres
Coman dribla a Quarsema.
Coman dribla a Quarsema.MICHAELA REHLE (REUTERS)

El Besiktas, el club revelación de esta Champions, imbatido y vencedor en todas sus salidas, traspasó su límite de resistencia en Múnich. No soportó el peso del Bayern, que le cayó encima con todo su tonelaje de hierro y hormigón bien representado por Kingsley Coman. El extremo francés de 21 años, una joya de la cantera del PSG que emigró tras quedarse libre en 2014, se encuentra en un momento de esplendor. Hizo el centro —un pase atrás— que desencadenó el 1-0 y metió el 2-0 exhibiendo un don para la anticipación. No lo detectó ni Pepe, el mejor defensa del equipo turco, abrumado de tanto achicar agua sin ayuda competente a su alrededor.

El gol fue el inicio del derrumbe. Pero la jugada que minó al Besiktas se produjo en el minuto 15. Una mala gestión de la salida del balón por parte de Hutchinson provocó la pérdida y la falta de Vida sobre Lewandowski en el borde del área. El central croata se dejó sorprender por la presión y derribó al nueve antes de recibir una justificadísima tarjeta roja. Durante la media hora que siguió, sus compañeros aguantaron metidos atrás.

Con disciplina, solidaridad y energía, los jugadores visitantes se administraron para reservarse y contragolpear. Casi logran desmadejar al Bayern partiendo de la inferioridad. Vagner Love, fichado este invierno al Alanyaspor, provocó migrañas en toda la zaga del Bayern. A sus 33 años, este punta que fue internacional con Brasil hizo una demostración de ingenio y oficio que estuvo a punto de convertir en gol. Primero, en una jugada de habilidad ante Hummels y Boateng que concluyó en un soberbio remate de puntera. Después, lanzando a Quaresma en un contragolpe que acabó parando Ulreich en el primer palo.

Bien organizado por James, que ejerció más de conductor que de mediapunta, el Bayern se fue asentando. Aprovechando que lo atacaban con pocos elementos, desplegó a sus laterales y a sus interiores, todos a buscar el remate. En la sucesión cada vez más continuada de maniobras destacó la figura de Coman, elástico y potente, para encarar sin descanso. El desajuste en las marcas resultó inevitable. Antes del descanso Coman burló a Adriano, centró, y Alaba, que llegó desde atrás, no encontró oposición para jugar con Müller en el área chica. Müller definió a un toque entre las piernas de Fabri.

James abandonó el campo antes de que el árbitro pitara el descanso sin dar síntomas de sufrir problemas musculares o articulares. Poco antes, había recibido un balonazo de Müller en el lateral izquierdo del cráneo. Lo sustituyó Arjen Robben, que se situó en la derecha, como de costumbre. El extremo zurdo holandés se manejó con autoridad frente a una defensa progresivamente desordenada. Ryan Babel y de Quaresma ayudaron cada vez menos y los carriles de entrada a la portería de Fabri se ensancharon. El implante de Medel como central funcionó a medias en la medida en que ni Talisca ni Hutchinson encontraron el hilo del partido. En un intento de frenar el efecto dominó, Günes, el entrenador, dio entrada a Tosic, un central, y retiró a Love. Si hay retoques defensivos que quiebran defensas, este fue un modelo.

Müller primero y Lewandowski en dos oportunidades sucesivas, engordaron la goleada. Las cuentas son espléndidas. A falta del viaje a Estambul, el Bayern está virtualmente en cuartos.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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