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Tercer empate consecutivo del Manchester United mientras Mourinho se sumerge en la excusa

El Southampton, que encadena ocho jornadas sin ganar, se llevó un punto de Old Trafford. El equipo que dirige el técnico portugués ya es tercero y dejó el campo abucheado por sus aficionados

Mourinho dialoga con el árbitro tras el empate ante el Southampton.
Mourinho dialoga con el árbitro tras el empate ante el Southampton.JASON CAIRNDUFF (Action Images via Reuters)

La grada de Old Trafford rugía en los instantes finales del partido: “Attack, attack”. Generosa hasta lo irracional, apasionada, vehemente y con el arrebato y el ardor propio de los adictos, los aficionados del Manchester United acabaron por digerir la tercera igualada consecutiva de su equipo apenas unas horas después de que su entrenador, Jose Mourinho, les dijese que los 350 millones de euros invertidos en refuerzos desde que hace año y medio llegó al club no le iban a servir para armar un equipo que pelease por el título de la Premier League. El club no lo festeja desde 2013, desde que se fue sir Alex Ferguson y ahora Mourinho no miente: al United no le alcanza para estar en esa liza, superado por la descomunal campaña del Manchester City. Empataron con el Southampton, como lo habían hecho en el Boxing Day cuando recibiero al Burnley o en la víspera de Nochebuena en su desplazamiento a Leicester. Asi que caen a la tercera posición en la tabla, superados por el Chelsea, que venció al Stoke City (5-0).  Si el Manchester City vence en la jornada de fin de año al Crystal Palace estará 17 puntos por encima de sus vecinos. La situación ya empieza a generar un runrún en la grada. El apoyo al equipo dio paso a un mayoritario abucheo cuando el árbitro decretó el final del partido ante un rival que lleva ocho jornadas sin ganar. Mourinho ofreció su diagnóstico tras el partido: "Tres penaltis no señalados en tres partidos marcan diferencia".

No parecía un examen irresoluble, pero el Manchester United lo suspendió. Y solo una providencial intervención de David de Gea, de nuevo con los pies, le salvó de una debacle mayor. El equipo de Mourinho, que había comenzado el campeonato exuberante y avasallador por físico, se ha vulgarizado por el camino. Ante el Southampton pareció inerte, sin alma, sin fútbol ni resolución, incapaz apenas de empujar y generar centros al área que no encontraron rematador. Le penalizó el United la ausencia de Lukaku, que tuvo que dejar el partido a los diez minutos después de que el central Hoedt cabecease de manera accidental su nuca. El fornido delantero belga se mantuvo en pie durante unos instantes, pero acabó noqueado y salió del campo en camilla después de que le aplicasen el protocolo de la Premier para esas situaciones, que incluye inmovilización y respiración asistida.

El episodio sumió al Manchester United en el despiste, con problemas en todas sus líneas porque atrás el sueco Lindelöf, adquirido al Benfica por 35 millones de euros, no acaba de aterrizar en el fútbol inglés; en la medular Matic y Pogba no aportan clarividencia ante defensas cerradas y en la delantera ni se extrae rendimiento desde los flancos ni hay un rematador solvente más allá del punta belga porque además Ibrahimovic está lesionado y no regresará hasta dentro de cuatro semanas. Mata y Mhkitaryan tuvieron una nueva oportunidad, pero no la aprovecharon, apenas alguna pincelada de Lingard, que ya había salvado al equipo de una derrota al Burnley, le dio pujanza al equipo, siempre sostenido por De Gea.

Apenas tres veces disparó entre palos el United, las mismas que su rival. Una cuarta la invalidó Pogba cuando iba a la red un remate de Rashford. Al final del partido Mourinho puso el foco sobre el árbitro y un penalti que no le señaló en la primera parte cuando el nipón Yoshida golpeó la pelota con la mano en su área y no se apreció voluntariedad."Merecimos ganar", abundó antes de expresar su satisfacción por el juego de sus chicos: "En los últimos dos partidos en casa, si obviamos el primer gol del Burnley, fuimos muy sólidos y estuvimos bien".

Inmerso en la excusa, el equipo con más ingresos del mundo se aboca a pelear en la Premier por guardar al menos su plaza entre los cuatro primeros y garantizar una comparecencia más en la Liga de Campeones. Ahora mismo el quinto clasificado es el Tottenham, a seis puntos y con un partido aplazado por disputar contra el West Ham. El Manchester United visitará el 1 de enero al Everton y luego deberá resolver un duelo copero frente al Derby. Enero le deparará dos desplazamientos complicados a Burnley y Wembley para enfrentarse al Tottenham y en febrero ya deberá enfocar el duelo de octavos de final de Liga de Campeones con primera parada en Sevilla.

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