Iniesta rejuvenece con Valverde
El capitán recupera las mejores sensaciones con su nuevo rol en el Barcelona
Ningún jugador azulgrana causaba mayor irritación en campo contrario que Neymar. Tampoco hay uno más pitado que Piqué. El más temido y respetado sería naturalmente Messi. Y el más reverenciado es Iniesta. Aunque siempre fue un futbolista educado y admirado, ejemplar en el ejercicio de la profesión, el gol del Mundial en Sudáfrica le ha convertido en una celebridad, especialmente en la Liga. A excepción de San Mamés, el manchego (Fuentealbilla, 1984) es ovacionado en las distintas canchas cuando el entrenador le sustituye, circunstancia que ocurre a menudo, también con Valverde, que de momento parece saber cuidarle un poco mejor que Luis Enrique.
Lucho le protegía tanto, y el descanso era tan habitual, que cuando le exigía en los partidos mayores le faltaba ritmo de competición y no encontraba su sitio en la cancha, como ocurrió en París (4-0). A sus 33 años no se siente todavía una reliquia después de renovar de por vida con el Barça. El Txingurri le pone de titular siempre que está bien, sobre todo si le respetan las lesiones, y le aguanta en el terreno de juego hasta que el volante dice basta o el marcador recomienda el cambio, señal de que le mima, sabedor de su importancia en el Barcelona. Aunque ha aumentado notablemente su participación, solo ha disputado un partido completo, contra el Málaga en el Camp Nou. Ya liberado Messi de las tareas defensivas, Valverde procura que Iniesta ayude en defensa desde la banda y no por el centro, función que asume Paulinho.
Iniesta es el capitán y mezcla bien con Messi. Ambos son los que más desequilibran en un equipo que ha ganado solidaridad defensiva y perdido talento en ataque por la lesión de Dembélé. El manchego y el argentino, que son los que más clásicos han disputado (36), completaron un partido redondo contra el Deportivo. El pase interior de Iniesta para Messi en el 1-0 y la jugada del tercer gol, marcado por Luis Suárez, mostraron el catálogo de recursos técnicos de Iniesta y Messi.
El interior azulgrana se siente muy a gusto y quiere volver a ser protagonista en el Bernabéu, un estadio en el que ha dado una asistencia y marcado dos goles, el último después de un disparo tremendo y sorprendente en un jugador delicado (0-4), “Hay que tener el balón, ser eficaces y no conceder demasiadas opciones al Madrid”, argumenta cuando se le requiere por las claves del partido de mañana en el Bernabéu.
Asegura el interior que la posesión puede resultar decisiva después de que el Madrid actual necesite la pelota para expresar su mejor fútbol tras un tiempo en que se distinguía por su dominio de las áreas y le eficacia de Cristiano Ronaldo. “Habrá que hacer un partido prácticamente perfecto”, insiste Iniesta con vistas al clásico de Madrid. Aunque rivales, los internacionales madridistas le tienen también un especial cariño al rejuvenecido Iniesta, quien con Lopetegui en la selección sigue un camino parecido al del Barça.
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