La calidad la pone Iniesta

Al Barça le falta calidad porque ya no está Neymar como también se marcharon antes Xavi, Cesc y Alves, por ejemplo. De ahí que el Barcelona esté decidido a fichar a Coutinho en este mercado invernal si el Liverpool se aviene a negociar, de momento complicado porque no baja de los 150 millones. Aunque desde hace década y media que un futbolista pone la calidad en el equipo, amén de Messi y Piqué, de nombre Andrés y apellido Iniesta. Como hizo frente al Deportivo, rival que resquebrajó con sus quiebros y pases.

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En lo que fue una nueva patente de Valverde, Iniesta inició el encuentro como volante derecho, demarcación que en el Barcelona —sí con la selección— no ocupaba desde noviembre de 2013, cuando Martino llevaba las riendas. La idea del técnico pasaba por ubicar a Alcácer en el lugar donde más daño puede hacer, partiendo de extremo desde la banda izquierda para tirar la diagonal (y dejar así hueco a Jordi Alba) y soltar el latigazo con la pierna buena o bien buscar el remate a un centro aéreo. Quizá, en ese juego de equilibrios de Valverde, donde Paulinho partió de interior izquierdo, Iniesta también jugó por la derecha porque podía asistir —gracias a su buen pie— a las carreras de Sergi Roberto en sus ascensiones o encontrarse con Messi con más frecuencia, que tiraba hacia el costado derecho por más que fuera un mediapunta al uso. El invento, sin embargo, duró bien poco, hasta que Alcácer se lesionó muscularmente el recto anterior de la pierna izquierda [estará tres semanas de baja] en el minuto 19.

Con Alcácer en el banquillo y con Aleix Vidal como extremo derecho, Iniesta regresó a su puesto habitual y nada más coger el balón bailó sobre él para descontar a dos rivales. Una virguería como otra cualquiera en el 8 del Barça porque después devolvió una pared a Messi con una cuchara y se marcó un pase a lo Laudrup (entregar la pelota al lado opuesto al que se mira). Aunque, para redondearlo, aguardó al rechazo de un córner, cuando controló el esférico hacia atrás al tiempo que oteaba el horizonte y el desmarque de Messi, que rompía desde la segunda línea. Le dio Andrés con la izquierda y la picó por encima de la zaga para dejar a Leo ante el portero, pero, generoso él, decidió regalarle el tanto a Luis Suárez.

Titular por definición

Pudo marcar Messi su gol tras un nuevo pase del capitán, pero el 10 remató demasiado alto cuando el Camp Nou ya festejaba. Se lamentó Leo del fallo aunque agradeció el servicio a Iniesta, que regresaba al equipo después de superar unas pequeñas molestias musculares y perderse el duelo europeo ante el Sporting de Lisboa y el de Liga frente al Villarreal. Pero con el futbolista a tono, Valverde no duda que su sitio está en el once, toda vez que ya jugó de la partida tras superar lesiones ante el Alavés, Atlético y Sevilla. Y no pareció acusar en esta ocasión la inactividad el 8, puesto que volvió a dejar un detalle de calidad excelso al ayudar a sacar la pelota de la raíz y librarse de dos rivales con un juego propio de trilero que sonsacó el ohhhhcolectivo. Casualidad o no, la jugada continuó en Messi, en otra incursión de Sergi Roberto y en un centro raso medido que Luis Suárez volvió a empujar a gol.

Alcanzados los 55 minutos, Valverde suplió a Iniesta —seguro que ya lo tenían pactado—, que le entregó el brazalete a Messi y se marchó envuelto en aplausos. Unos vítores de agradecimiento porque la calidad del Barça corre de su cuenta.