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El Atlético mete una y gana al Betis

El defensivo planteamiento de Simeone y la efectividad de Saúl acaban con un Betis muy digno con el balón, pero sin capacidad para crearle peligro a un rival compacto

FOTO: Saúl hace el gol del Atlético. / VÍDEO: Declaraciones de los entrenadores tras el partido.Foto: atlas | Vídeo: CRISTINA QUICLER (AFP) / atlas
Rafael Pineda

Todas las formas de ganar son lícitas. Incluida la que utilizó el Atlético para imponerse al Betis, quizás la que más podía doler a un entrenador como Quique Setién. El Atlético, muy defensivo, tuvo una ocasión y la metió. Simeone ideó un plan y le salió a la perfección, otorgando al Betis categoría de grande. Solo así puede entenderse el planteamiento conservador, los cambios del argentino y la actitud de un equipo que renunció a cualquier protagonismo en el juego, sin tener la pelota jamás más de tres toques. Poco puede importarle la lírica a este Atlético de acero y solidario. Un dolor para los ojos de los aficionados. Una delicia para los atléticos, que ven cómo su equipo, con más resultados que juego, se postula para pelearle la Liga al Barcelona y al Madrid, con permiso del Valencia. El esfuerzo del Betis fue encomiable, tanto como su idea de tener siempre el balón y construir desde atrás. Tuvo, como el Atlético, una ocasión. Oblak voló para ponérselo imposible a Tello, que disparó con el alma. Su dinámica es mala y acumula ya seis partidos sin ganar en la Liga.

Simeone, en definitiva, le dio a Setién la medicina más amarga posible para el cántabro, vencido por un rival que enarboló una propuesta diametralmente opuesta a la suya. Dio la impresión de que el argentino lo hizo hasta queriendo. Por ejemplo, acabando el encuentro doblando los laterales de su equipo. Simeone, que comenzó el partido reclamando una amarilla a los 30 segundos, se retiró a los vestuarios como un rayo. El objetivo se había cumplido sin alardes. Ni falta que hacía.

Por plástica que fuera su propuesta, no hubo manera de que el Betis le metiera mano al Atlético. No hay mucho que objetar en el encuentro planteado por el conjunto andaluz. Dominio del balón, buena colocación de sus jugadores y esfuerzo conmovedor de alguno de ellos, caso del eterno Joaquín. Simeone se lo esperaba. Por eso pobló su centro del campo y se replegó sin contemplaciones, basando su superioridad en un impecable ejercicio defensivo. Por algo al Atlético solo le han hecho siete goles en lo que va de Liga. Sin el más mínimo problema y sin importarle que el balón fuera bético, el Atlético fue dejando pasar los minutos sin que nada ocurriera en su área. El partido se consumió entre los aceptables esfuerzos del Betis para sacar el balón de su campo, algo que hizo constantemente y con una excelente precisión. Unas veces por la jerarquía de Mandi y otras por lo bien que tocan el balón Guardado y Fabián. El problema, y bien gordo, es que el dominio de la pelota del Betis jamás se tradujo en peligro para el Atlético de Madrid.

Seguro en defensa, el conjunto madrileño explotó al máximo su efectividad en una estupenda jugada, llena de precisión y llegada. El cambio de juego de Godín a Vrsalijko fue modélico, como excelente fue el centro al área del lateral derecho, rematado en el segundo palo por Saúl, llegador incansable. En su primer acercamiento al área bética, el Atlético golpeaba con la efectividad de los equipos grandes, quizás ayudado por el despiste de Barragán en la incursión de Saúl. El Betis, tan bonito como inofensivo, había asustado en una falta de Joaquín que salió rozando el palo de la portería de Oblak. Su buen fútbol solo sirvió para mejorar una imagen bastante pobre en las últimas jornadas. Su esfuerzo no le hacía ni cosquillas al Atlético.

Los de Simeone decidieron prolongar su papel de roca en la segunda mitad. El Betis, mientras le duraron las fuerzas a Joaquín, lo siguió intentando. Tello tuvo la ocasión más clara en un disparo desde fuera del área que despejó muy bien Oblak. Su empeño fue encomiable, como también su incapacidad para hacerle daño al Atlético. Roto Guardado y cansados Joaquín y Boudebouz, Setién tuvo que recurrir a dos futbolistas del filial para intentar la acometida final. Resultó imposible.

El Atlético, con Filipe Luis y Vrsalijko doblando en las bandas a Lucas y Giménez, fue dejando pasar los minutos hasta certificar una victoria de oro, que justifica el conservador planteamiento de Simeone y la ausencia de juego. Sin Griezmann, con un centro del campo muy poblado y una incuestionable superioridad física en sus futbolistas, el Atlético camina seguro por la Liga, olvidando el fiasco de la Champions. De momento, supera al Madrid y acecha al Valencia, sin importarle demasiado la forma y en espera de la llegada de Diego Costa y Vitolo para aumentar sus prestaciones en la segunda vuelta.

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