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La nueva guerra fría olímpica

Putin admite que Rusia es “en parte” culpable de la decisión del COI, que califica de “políticamente motivada”, y da libertad a los deportistas para acudir a los Juegos

Pilar Bonet
Putin, en el Palacio de los Deportes Megasport de Moscú, este miércoles.
Putin, en el Palacio de los Deportes Megasport de Moscú, este miércoles.Ivan Sekretarev (AP)

El presidente Vladímir Putin admitió ayer que Rusia es “en parte culpable” y dio motivo al Comité Olímpico Internacional (COI) para excluirla de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang en 2018. El líder ruso consideró no obstante que esto “fue utilizado de forma no muy honrada” y se pronunció a favor de que los deportistas de su país decidan —cada uno por sí mismo— sobre su participación en los Juegos. Putin añadió que la decisión de excluir a Rusia en la cita de 2018 era “políticamente motivada” y había sido “orquestada”. También aseguró que las autoridades rusas apoyarán la participación de los deportistas rusos con una bandera neutral. La decisión sobre la participación de los deportistas rusos será tomada por la Asamblea Olímpica en una sesión el 12 de diciembre, a la que acudirán deportistas, entrenadores y representantes de la federación, según dijo Alexandr Zhukov, el jefe del Comité Olímpico Ruso (COR).

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En una reunión con trabajadores de la fábrica de automóviles GAZ en la ciudad de Nizhni Nóvgorod, en la ribera del río Volga, Putin se pronunció por primera vez sobre la decisión del COI, que fue recibida en Rusia con indignación y descontento, y también con lágrimas y decepción. El fallo del COI, que permite la participación de los atletas no implicados en casos de dopaje, fue sin embargo encajado con alivio en círculos relacionados con el deporte y la política, donde se había temido un castigo peor, tal como la exclusión total de los representantes rusos de los Juegos e incluso de futuras competiciones.

“En primer lugar, hay que decir directamente que nosotros mismos somos en parte culpables porque dimos motivo para esto. En segundo lugar, considero que este motivo fue aprovechado de forma no muy honrada”, manifestó Putin. Putin explicó que por “no muy honrada” entendía la aplicación a Rusia del principio de “responsabilidad colectiva”. “En ningún sistema de derecho del mundo se contempla la responsabilidad colectiva”, subrayó.

El presidente ruso se solidarizó con los deportistas, muchos de los cuales, dijo, son sus “amigos”. “A diferencia de otros deportistas”, a los rusos “los van a examinar tres veces”, afirmó. En opinión del presidente aún quedan cosas por resolver y muchas preguntas por contestar, entre ellas cómo se organizarán los equipos de competición y con qué símbolos: “Al fin y al cabo, los mismos deportistas deben tomar la decisión, cada uno por sí mismo. En equipo e individualmente”.

Evadiendo eventuales responsabilidades, Putin subrayó que en Sochi nunca había planteado el objetivo de la victoria al ministerio de Deporte u otras organizaciones o federaciones.

En Moscú, el secretario de Prensa del presidente, Dmitri Peskov, declaró ayer por la mañana que, antes de pronunciarse sobre la decisión del COI, había que “evitar las emociones”. “Lo prioritario es la defensa de los intereses de nuestros deportistas rusos”, dijo el secretario de prensa, según el cual resulta “secundario” “exigir responsabilidades a los funcionarios, incluido el viceprimer ministro Vitali Mutko. El ex ministro de deporte ruso ha sido expulsado de por vida del COI.

Venganza en las pistas

Inicialmente, la mayoría de los comentarios de políticos, funcionarios y deportistas expresaban el categórico rechazo a participar en los Juegos en respuesta a la humillación sufrida por Rusia. Sin embargo, a medida que pasaban las horas, las opiniones se diversificaron, y mientras los políticos ponían el énfasis en denunciar una “campaña de envergadura contra Rusia”, otros se mostraban más posibilistas y dispuestos a vengar sus ofendidos sentimientos en las pistas de juego.

“Antes de que se celebre nuestra asamblea olímpica y se forme un punto de vista coordinado de nuestros deportistas, es precipitado sacar cualquier conclusión”, manifestó Peskov. El alto funcionario dijo no poder contestar a la pregunta sobre si Mutko tendrá que afrontar responsabilidades.

En su calidad de presidente del COR, Alexandr Zhúkov, se disculpó por la transgresión de las normas contra el dopaje. Sin embargo, subrayó que la decisión actual influye en el destino de una nueva generación de deportistas, muchos de los cuales tienen la posibilidad de participar por primera vez en los Juegos. Rusia mantendrá reuniones con el COI en los próximos días para esclarecer los detalles pendientes.

Por su parte, la campeona olímpica Yelena Isinbayeva, consideró aceptable participar en la cita de Pyeongchang en calidad de deportistas de Rusia. “Yo no aceptaría bajo una bandera neutral, pero tal como propone ahora el COI, de participar como deportistas olímpicos de Rusia (…) yo estaría de acuerdo”, dijo al canal de televisión Rusia 24.

Desde la cámara alta del Parlamento, Konstantin Kosachov, presidente del comité de Exteriores, manifestó que debían pedirse responsabilidades a los funcionarios de deportes por “no haber detectado” a tiempo “la campaña antirusa en el campo del deporte”. La decisión del COI, señaló, “es parte de la política general de Occidente para contener a Rusia”. Occidente, dijo, “golpea nuestra dignidad nacional, al reescribir la historia; nuestra reputación, al llamarnos agresivos y tramposos; y nuestros intereses, al imponernos sanciones”. En opinión del senador, participar en los Juegos con una bandera blanca es “inadmisible”, pero imponer una “prohibición centralizada” a los atletas sería “una injusta equivocación”.

Por su parte, el vicepresidente del mismo comité parlamentario, Andréi Klímov, manifestó que la decisión del COI es “un intento de injerencia en los asuntos internos de Rusia” y “un episodio de la guerra geopolítica total”.

La televisión estatal rusa anunció que no transmitiría los Juegos si el equipo nacional no participaba, pero el canal NTV, perteneciente a Gazprom, el gigante del gas ruso, no ha decidido nada todavía, según la agencia Interfax.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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