La tormenta perfecta sobre Barcelona-92

La conjunción astral sucedió en el verano de 1992. Los 11 mejores jugadores de la NBA, en aquel momento todos ellos auténticas super estrellas, más uno (Laettner, el universitario), menos uno (Isiah Thomas, el relegado por obra y gracia de Michael Jordan) se juntaron para formar una selección que pasó a los anales del deporte mundial. Jack McCallum, uno de los periodistas que siguieron tan de cerca a aquellos reyes del mambo que hasta Larry Bird le deslizaba con su famosa retranca si ya se la había mamado a Michael Jordan, escribe sobre la gloria y la miseria, la excepcionalidad y las debilidades humanas de aquel equipo, con sus egos cósmicos y sus historias particulares de superación.

McCallum revela lo que vivió junto a los astros del baloncesto, pero a la luz tanto de lo que sucedió en el proceloso proceso de selección de los jugadores en la temporada previa 1991-1992 como de las entrevistas que mantuvo a lo largo del tiempo con ellos, algunas de ellas no hace mucho. Justifica de pleno el título del libro Dream Team La intrahistoria del mejor equipo que jamás ha existido (Contra).

Como dice McCallum en la última frase cuando habla sobre Bird y el suicidio de su padre cuando el que iba a ser la estrella de los Celtics tenía 18 años: “En la NBA, también en los Juegos, a menudo se mezcla el dinero, la burocracia, la política y las riñas mezquinas. Pero el baloncesto también puede ser cosas mucho más simples: un pabellón erigido casi por arte de magia en mitad de un campo de maíz, o la relación entre un padre y un hijo, y lo que cada uno significa para el otro”.