Los Tigres dan un mordisco al América en la semifinal de ida (0-1)
Con un solitario gol de Juninho, los jugadores guiados por Ferretti se llevan la ventaja a casa frente a un desinflado conjunto americanista
Los Tigres arrinconaron al América en su propio campo. Esta vez no fueron las vigorosas águilas, solo unas aves de corral. Los Tigres ganaron 0-1 gracias a la capacidad de asfixia a la que sometieron a sus contrincantes americanistas. Bastó un gol del defensor Juninho, a través del penalti, para saldar la victoria.
Cuando Ricardo Ferretti colocó en la cancha a su delantero Enner Valencia, mandó un mensaje directo a su opuesto, Miguel Herrera: el partido tendría velocidad. El ecuatoriano entraba a placer por la línea defensiva de América que solo le leía el número en la espalda. Sus arrancadas ocasionaban jaquecas a sus rivales. Eso originó oportunidades para Eduardo Vargas y André-Pierre Gignac. Como lo ha hecho durante todo el torneo, Agustín Marchesín, portero del América, relumbró con atajadas oportunas. El gol llegó gracias a los propulsores de Valencia que, en una gambeta con centro, consiguió el penalti a su favor. La jugada se presta a la polémica porque la pelota da primero en el pecho de Bruno Valdéz y luego en la mano. A Juninho no le interesó la discordia e hizo el 0-1.
La ofensiva del América era estéril. Los balones no llegaban a su atacante favorito, Oribe Peralta, él tenía que bajar a mediocampo a encontrar alguno. Ninguna pieza parecía funcionar en el tablero de Herrera. Probó con el cambio Darwin Quintero por Alex Ibarra y encontró mayor amplitud, pero solo eso. Los centros no llegaban al área. La jugada más agresiva que generaron fue un remate por los aires de Mateus Uribe que surcó la portería y se fue por fuera.
Los Tigres se quedaron con la semifinal de vuelta. Esperan que su rival histórico, Monterrey, haga lo propio con la sorpresa de la liguilla, Monarcas Morelia. Ambos conjuntos desean tener una final regiomontana. Las águilas deberán hacer dos goles en la vuelta si es que quieren retomar el vuelo o hundirse en el pantano.
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