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Rodrigo celebra el gol con la peluca de Ortí

El delantero conecta en el 1-0 con el homenaje multitudinario de Mestalla al expresidente fallecido esta semana

Rodrigo Moreno celebra su gol al Barcelona.
Rodrigo Moreno celebra su gol al Barcelona.Miguel Ángel Polo (EFE)
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Rodrigo hizo un gol para el recuerdo. Uno simbólico que no se olvidará nunca. Sucedió cuando el Valencia, cansado de correr tras la pelota en la primera parte, tropezó con ella cuando el partido se abrió y el equipo, corregido por el sancionado Marcelino en el vestuario, tuvo más posesión. Recibió Parejo en la frontal, descargó a la izquierda sobre la carrera de Gayà con un pase tenso y preciso, y el de Pedreguer centró al primer palo para que lo atacara Rodrigo, que se anticipó y marcó. A un toque.

Enloqueció la grada, atemorizada por el fútbol-control azulgrana y sorprendida por el error arbitral tras el error de Neto. Rodrigo se dirigió a una cámara de televisión en el fondo norte para festejar, luego recogió una peluca naranja que le dio un recogepelotas del club y no dudó. Se la puso y se arrodilló con los brazos señalando al cielo y evocando a Jaime Ortí, que hizo viral el postizo naranja tras una victoria en Zaragoza. El expresidente del Valencia estuvo en el recuerdo de todos. El homenaje del gol conmovió Mestalla.

Guedes jugó todo el encuentro con una fisura en un dedo del pie: será operado este lunes y causará baja durante tres semanas

La vieja caldera se encendió con el gol igual que lo hizo dos horas antes con el fuego de su gente. "No recuerdo nada igual. Nunca había visto tanta gente, tanta pasión", comentaba en la previa el consejero del Valencia Juan Cruz Sol, ex jugador del club entre 1965 y 1975 en su primera etapa y luego en la campaña 1980-81. No le faltaba razón. El ambiente que se vivió en los prolegómenos no se había visto nunca. Cerca de 10.000 aficionados, según estimaciones de la policía nacional, que tuvo que despejar el camino, primero a caballo y luego con los furgones, llenaron la avenida de Suecia, frente a la fachada principal del estadio.

Marea de seguidores

El autobús del Valencia fue escoltado por una marea de seguidores que palmearon la parte trasera y los laterales del vehículo, alentando a los jugadores de Marcelino, que dentro asistían asombrados a una carga emocional inaudita. Los futbolistas -ninguno quería perderse el duelo, hasta el punto que Guedes jugó todo el encuentro con una fisura en un dedo del pie: será operado este lunes y causará baja durante tres semanas- grabaron con sus móviles la riada de gente y los vídeos de la hinchada llenaron las redes sociales de pasión y de pelucas naranjas en homenaje a Jaume Ortí, probablemente el presidente más querido en los 98 años de historia de la entidad, fallecido el viernes pasado víctima de un cáncer de pulmón. Nunca se había congregado tanta gente. Mestalla jamás registró un ambiente similar.

El homenaje a Ortí marcó el momento previo al duelo. La música de dulzaina valenciana que recuperó el club para despedir al empresario de Aldaia fue acompañada por un prolongado aplauso por la gradería de Mestalla, llena a reventar. Sobre la hierba, el abanico que construyó Ortí con sus amigos de la Peña valencianista de Aldaia para ver en Sarrià ganar el título de Liga que consiguió el Valencia en 1931. Ese palmito preside ahora la entrada de la sala de prensa del estadio. Ortí lo llevó consigo como presidente en Málaga y en Sevilla, escenarios de las dos últimas Ligas que conquistó el club, y forma parte de la simbología mítica de la entidad. Rodrigo, con peluca naranja y los brazos apuntando al cielo, le dio el último adiós.

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