Mal despertar del Espanyol ante el Alavés
El conjunto de Vitoria marca antes del primer minuto y vence a los blanquiazules, con uno menos durante algo más de una parte
El Alavés despertó al Espanyol de un sopapo. El equipo de Quique Sánchez Flores no se había enterado de que había comenzado el partido, cuando Christian Santos ya había marcado. El duelo intenso, por momentos divertido, alivió al Alavés, que cantó la primera victoria en la Liga en su casa. El Espanyol, en cambio, sigue perdido en su sube y baja emocional, siempre pendiente de la puntería de sus delanteros, ayer mermado por la tarjeta roja a Hermoso en el minuto 40 del primer tiempo.
El duelo todavía se estaba sacando las legañas cuando el Alavés le soltó un jarro de agua fría al Espanyol. Un saque de esquina sin demasiado veneno encontró a la defensa blanquiazul en Babia; primero, no supieron como rechazar el centro de Munir y después, entre Javi Fuego y Gerard Moreno, no se pusieron de acuerdo para ver quién despejaba el balón del área de Pau. Un souvenir que no desaprovechó Santos: armó una volea espectacular, imposible para el portero blanquiazul. El madrugador gol del Alavés no alteró los planes de Sánchez Flores, tampoco los de De Biasi.
Aunque hundido en el fondo de la tabla, el Alavés suma confianza jornada tras jornada, sin importarle que el resultado caiga a su favor. Salió fortalecido de la derrota del sábado pasado ante el Valencia (1-2) y lo demostró ayer ante el Espanyol. La hinchada recibió al autocar de los muchachos De Biasi con bengalas y el Alavés se dejó contagiar de entrada con el entusiasmo de sus seguidores. Tras el gol de Santos, el cuadro de Vitoria no reculó. Se plantó en el campo del Espanyol, que tardó más de media en comparecer.
El cuadro de Sánchez Flores depende de la clarividencia de Darder, de la movilidad de Gerard Moreno y del oportunismo de Baptistao. Después de un gran pase del Darder para Moreno, que terminó con un cabezazo de Baptistao a las manos de Pacheco, el Espanyol se espabiló. Se adueñó de la pelota y comenzó a jugar en el campo rival. Entonces, ocurrió, lo inesperado. El Espanyol se quedó con 10 jugadores. Un giro imprevisto en el libreto, porque era el cuadro de Di Biasi, que preso de los nervios por custodiar su primer triunfo como local, recurría a las constantes faltas (sumó siete amonestados). Pero Hermoso pecó de novato. Saltó dos veces a rechazar el balón con los brazos extendidos y las dos veces se llevó la amarilla.
Camino a las duchas, Hermoso se llevó el reproche de Sánchez Flores. La expulsión obligó al técnico a agitar el sistema. Un doble dolor de cabeza para Quique, que no quiere cambiar ni de dibujo ni de intérpretes. Un nuevo contexto, en cualquier caso, que encendió al Espanyol y buscó la épica bajo la lluvia. Lo intentó Jurado, también Baptistao y, sobre la bocina, Sergio García. Los tres se encontraron con los puños de Pacheco y el Espanyol, que tuvo un muy mal despertar, con la derrota.
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