Simeone rebaja a Griezmann: “No tenemos un jugador que gane partidos él solo”
Pese a que el club aumentó el salario del jugador francés al nivel de las grandes individualidades que deciden encuentros, el técnico del Atlético dice no contar con un jugador de esa jerarquía
El mercado del fútbol establece salarios que designan la trascendencia de los jugadores. Este verano, tras una maniobra de presión a través de diversas entrevistas que no gustaron a la dirigencia del club, Antoinne Griezmann firmo un nuevo contrato con el Atlético de Madrid. El nuevo acuerdo encuadraba los emolumentos del jugador francés en el escalafón de las grandes individualidades capaces de ganar partidos por sí solos. Según Diego Pablo Simeone, esa clase de jugador no existe en su plantel, aunque las crónicas de un sinfín de partidos del Atlético desde que Griezmann se incorporó al club en el verano de 2015 fueron las de un equipo muy enganchado a sus estados de forma y sus rachas goleadoras. “No tenemos un jugador que él solo gane un partido”, advierte Simeone. En uno de los picos altos de rendimiento del futbolista francés hubiera sido complicado haber escuchado una frase similar en boca de su entrenador.
En su convencimiento de que las soluciones a los males del equipo pasan por lo colectivo, el entrenador ha rebajado la figura de Griezmann por debajo de las expectativas que generan su sueldo, su progresión y su potencial. “Somos un equipo, necesitamos la mayor implicación de todos. Cuando el global empujó en consecuencia de lo que pide el equipo, nos ha ido mejor”, demanda su entrenador.
Las declaraciones de Simeone se producen en medio de la etapa más gris que se le recuerda en el Atlético al delantero francés . Sus tres goles, su cifra más baja a estas alturas de temporada, y su intrascendencia en varios partidos, en especial los dos ante el Qarabag, han puesto el foco en su estado de forma. En las últimas semanas se ha visto a un jugador sin punta de velocidad en las conducciones, con poco desborde y poca presencia en el área. Sí se le ha observado intención de participar más en el juego jugando entrelíneas. Incluso en los últimos partidos Simeone le ha despejado espacios para ello escorando a Correa a la derecha. También ha tratado de potenciarlo haciendo jugar a su compatriota Gameiro tras reconocer que le beneficia jugar con un delantero de referencia. Sin embargo, sus prestaciones y su capacidad de desequilibrio no han mejorado. Algunos análisis internos sobre su figura apuntan hacia la falta de chispa, a ese punto de velocidad demás que realce sus condiciones.
El Griezmann más estelar que se ha visto en este curso emergió en San Mamés. No marcó, pero dio dos asistencias. “El mejor Griezmann nos da vuelo”, dijo entonces Simeone. Ahora, con sus declaraciones, el técnico ha constatado una realidad. Griezmann no está ganando partidos. Desde hace semanas, en el club admiten que vive bajo la presión que él mismo se creó con aquellas declaraciones en las que jugueteaba con su marcha al Manchester United. O con aquel twett en el que aparecía pensativo cuando ya se daba por segura la marcha de Neymar al París Saint Germain. La negociación para su renovación fue tensa. Por entonces, desde los despachos se admitía que ninguno de los futbolistas con ofertas, salvo Juanfran, Gabi y Koke, ha permanecido percibiendo menos de los que se les ofrecía fuera.
Desde su expulsión en Girona, que le dejó fuera dos partidos, Griezmann ha participado en todos los encuentros menos en el de Copa en Elche. En tres encuentros fue reemplazado, de los cuales dos, fue por cansancio (Roma y Sevilla). En Leganés, fue sustituido al firmar uno de los peores encuentros que se le recuerdan vestido de rojiblanco.
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