La desdicha de Sergi Roberto
La lesión por cinco semanas del volante complica todavía más la vida al Barça
Al Barça le apremian los problemas coyunturales cuando sigue sin resolver las deficiencias estructurales provocadas por su fallida actuación en el mercado de fichajes del verano y la salida de Neymar. La condición de líder invicto en la Champions y en la Liga, competición en que le saca ocho puntos de ventaja al Madrid, no disimula la precariedad y limitación de su plantilla y, al mismo tiempo, avala la gestión de Valverde, un técnico que sabe optimizar los recursos de un equipo que ha acentuado la messidependencia y se entrega cada partido a su portero Ter Stegen. El actual entrenador azulgrana relativizó mejor que nadie las situaciones más dramáticas en un club tan pasional como el Barcelona.
La última mala noticia anuncia que Sergi Roberto no podrá jugar las próximas cinco semanas por una rotura fibrilar en el bíceps femoral de la pierna derecha que se produjo en el partido del martes contra Olympiacos. No será una ausencia cualquiera sino que su baja se presenta como capital en un equipo falto de jugadores representativos del estilo de juego del Barça. Sergi Roberto podía jugar de lateral, también de centrocampista y si era necesario de falso extremo derecho como demostró en actuaciones pletóricas como la que tuvo en el Bernabéu la noche del 0-4. Los números le avalan también con Valverde: disputó 1.053 minutos y es el séptimo jugador más utilizado en una lista encabezada por Messi y Ter Stegen (1.440).
El volante catalán se perderá presumiblemente los próximos seis partidos (Sevilla, Leganés, Valencia, Celta, Juventus y Murcia) y tampoco estará disponible para la convocatoria del seleccionador Julen Lopetegui con vistas a los partidos contra Costa Rica (11 de noviembre) y Rusia (14). Sergi Roberto aspiraba a ser citado para mantener sus opciones de acudir a la próxima Copa del Mundo 2018. El jugador de Reus estaba en plena forma y su versatilidad ayudaba a completar la mejor alineación, tarea que se complica aún más para Valverde si se tiene en cuenta que André Gomes también estará fuera de los terrenos de juego de tres a cuatro semanas por la lesión en el bíceps femoral derecho que sufrió en Atenas.
La estructura del equipo, que ya quedó dañada con las lesiones de Dembélé e Iniesta, quedará todavía más afectada sin Sergi Roberto y André Gomes —no se repara tanto en las bajas de Rafinha, Arda Turan y Aleix Vidal—. Hay una cierta preocupación por el momento de juego barcelonista, que ha decaído después de completar algún buen encuentro, sobre todo el que disputó ante la Juve. Los azulgrana han recuperado hábitos convencionales, como el de juntarse y solidarizarse para ganar compromiso y consistencia —solo ha encajado tres goles en la Liga y uno en la Champions— y a cambio han perdido pegada, alegría e identidad, un valor sagrado en el Barça.
No ataca bien el Barcelona, un equipo ofensivo por naturaleza desde los tiempos de Johan Cruyff. La posesión, el juego de posición y la presión han menguado como valores innegociables y tampoco parecen imprescindibles los extremos y el medio centro como se advirtió en San Mamés y El Pireo. Al equipo le falta ritmo, velocidad y fluidez y el fútbol se vuelve plano, demasiado formal, sin capacidad de sorpresa ni riesgo, poco atrevido, incluso aburrido, como se constató en Atenas. No es casual que se persevere en el fichaje de Coutinho.
La desdicha de Sergi Roberto repercutirá en la creatividad del equipo, ya menguante sin Iniesta y Dembélé. No hay tampoco un jugador más aplicado, versátil y simbólico para la cantera que el volante de Reus. A Valverde le faltan ya demasiadas piezas para cuadrar un equipo alegre como fue siempre el Barça. El talento y la calidad se han simplificado tanto en Messi que el Barça corre el riesgo de parecerse a Argentina.
A Luis Suárez se le niega el gol en Europa
Luis Suárez acabó de mala manera el partido de Atenas. Los desaries del ariete son cada vez más visibles, contrariado porque se le niega el gol en la Liga —el último que marcó fue contra el Atlético— y en la Champions —no ve la portería en campo contrario desde el 16 de septiembre de 2015 en Roma. El uruguayo solo ha marcado tres goles en los 13 partidos que ha jugado después que se perdiera cuatro por una lesión en la rodilla que podría obligarle a pasar finalmente por el quirófano.
Al 9 del Barça le condicionan sus molestias; su nueva posición en la cancha, más alejado del área por la irrupción por el centro de Messi; y por la falta de un tercer delantero, acostumbrado como estaba a las asistencias de Neymar.
A pesar de que ha menguado la productividad de Luis Suárez, el Barça ya suma 15 partidos sin perder y solo en dos se quedó sin marcar: Atenas y Madrid en la Supercopa.
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