La madurez de Hamilton
Cuando en 2007 el campeón de la GP2 entró en la F-1 se esperaba mucho de él. ¿Pero tanto? Desde el primer minuto, Lewis Hamilton iba rápido y se medía de tú a tú con su compañero Fernando Alonso, ya dos veces campeón del mundo. El tiempo ha demostrado que no era flor de un día, que había un futuro lleno de éxitos.
Esta temporada, la cuarta de la era híbrida, también ha tenido a Mercedes como el mejor coche, pero ahora sin tanta diferencia. De las 18 carreras disputadas, Mercedes ha tenido el mejor coche en 13 de ellas. Un dominio importante, pero ya no es el 100% que tenía en las temporadas anteriores. Además, su diferencia con el segundo se ha reducido. Lejos estamos de aquel paseo de 2014, cuando prácticamente no fueron a tope ninguna carrera simplemente porque no lo necesitaban. Este año han tenido victorias fáciles, muchas trabajadas, alguna victoria que no esperaban, y en cambio circuitos donde acabar en el podio era para ellos como una victoria.
El caso de Hamilton merece mención aparte. Está claro que sus cuatro títulos hablan por sí solos de la calidad del piloto, pero cómo ha sabido liderar y reponerse en fines de semana complicados no se ve en esas estadísticas. Ya no es el Hamilton de todo o nada. Aquel que calentaba muy bien los neumáticos, pero se los comía antes que nadie. Ahora sabe gestionar mucho mejor las dificultades. Sigue y seguirá siendo un piloto de los que les gusta ir rápido más que ir pensando durante la carrera, pero ahora ya sabe controlarse cuando las situaciones no son perfectas. Ha madurado.
Mercedes ha vuelto a tener el mejor coche, pero ya sin tanta diferencia
Su Mercedes ha sacado a la luz esas debilidades que antes también tenía, pero que con la ventaja que llevaba a sus perseguidores nadie podía notar. Y cuando estas debilidades asoman, es de nuevo Hamilton el que sabe minimizar los daños mucho mejor que su compañero de equipo.
Bottas ha sido el reemplazo del pasado campeón del mundo, Rosberg. El piloto alemán tardó varias temporadas en ganarle el título a Hamilton basándose en la regularidad. Bottas, en el mejor de los casos, también tardará algún tiempo en ser capaz de hacer lo mismo. Es un buen escudero, no llega al nivel de Hamilton, pero quizás esto no es tan malo. De las 11 victorias de Mercedes, nueve las ha conseguido Hamilton y dos Bottas. Quizás aún no sería campeón del mundo Hamilton si el finlandés le hubiera quitado más victorias y más puntos. Con Rosberg quizás Mercedes hubiera tenido más puntos, pero también Hamilton ahora tendría menos.
Lo mismo hubiera ocurrido en Ferrari. La diferencia entre Sebastian Vettel y Kimi Räikkönen hace que el alemán pueda ganar cuatro carreras este año mientras su compañero de equipo tiene como mejor resultado dos segundos puestos, y excepto en esta última carrera con el título decidido, nunca robando puntos al líder del equipo.
Ferrari se ha mostrado mucho más competitivo que en años anteriores. En 2015 lograron tres victorias, pero 2016 fue una sequía, para volver a 2017 con cuatro victorias de las 18 carreras disputadas. Pero aún más importante es la diferencia con Mercedes. Ferrari ha tenido el mejor coche en cinco de los 18 GP disputados. Se ha mostrado mucho más sólido, sabiendo poner presión a Mercedes en muchas carreras. Es un buen año y deben estar contentos. Pero como siempre en Ferrari, dos carreras con malos resultados significan el inicio de una crisis. En esto Mercedes les saca una gran ventaja.
Hamilton ya no es el de todo o nada; gestiona mejor las dificultados
Ganar un Mundial con el mejor coche en la mayoría de las carreras es relativamente fácil. Ganarlo con el mejor coche en solo el 50% de las carreras tiene mérito. Pero hacerlo con un coche inferior en la mayoría de carreras es una proeza. Mercedes por ahora solo ha hecho lo primero, pero se muestran sólidos para afrontar campeonatos donde su coche no sea casi siempre el mejor y aun así llevarse el campeonato.
Los demás tienen que llegar a ese nivel, y a Ferrari le cuesta conseguir salir de la crisis permanente. Quizás otros, como Red Bull o McLaren, sí que puedan el año próximo llegar a ese nivel de solidez y confianza.
Las carreras no tiene por qué ganarlas siempre el coche más rápido, y los Mundiales no siempre el que tiene el coche más rápido en un mayor número de GP. Pero este año han ganado el equipo más rápido y el piloto más rápido, porque todavía la diferencia es grande. Pero la tendencia hace indicar que no vamos a seguir teniendo un claro dominador como hasta ahora, por lo que el próximo título lo tendrá que ganar un equipo que no tenga siempre el mejor coche.
Toni Cuquerella es ingeniero. En 2015 y 2016 fue jefe de ingenieros de pista en el equipo Ferrari.
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