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LaLiga Santander jornada 10
Eibar
Eibar
Arbilla 51'Charles 74'
2 2
Finalizado
Levante
Levante
Morales 34'Enis Bardhi 37'

Eibar y Levante empatan en un duelo con más goles que historia

El talento de Inui y el golpeo de Arbilla rescatan al conjunto armero frente a un visitante muy conservador

El Eibar se enfrenta al Levante en la décima jornada de la Liga Santander
El Eibar se enfrenta al Levante en la décima jornada de la Liga SantanderJuan Herrero (EFE)

Incluso la rutina tiene sus momentos luminosos. Inui tiene la virtud de encender la luz en las noches oscuras del Eibar (que esta temporada son unas cuantas) y Arbilla esconde en su pie derecho un arma peligrosa cuando golpea el balón a placer. El Levante ha hecho de la rutina un oficio perfecto, digno antiguo oficinista al que no se le encuentra ni un error ni una errata, pero al que le falta el alma para enganchar corazón y cerebro. Se la pone a ramalazos Morales y le rescata cuando es necesario el portero Raúl. Ellos, y solo ellos explican por qué un partido tan espeso pudo contar cuatro goles como chispazos de una hoguera humeante. Incluso el Levante sabe a ciencia cierta por qué le empató el Eibar dos goles en la segunda mitad: porque su renuncia a jugar, aunque fuera de vez en cuando, en campo ajeno, era una invitación al asedio del Eibar y 45 minutos de asedio en Ipurua son muchísimos incluso para un equipo con tanto oficio como el granota.

Dos minutos, los que van del 35 al 37, le sirvieron al Levante para airear las vergüenzas defensivas del Eibar, de nuevo con tres centrales, de nuevo desajustados, tan alejados de sus laterales. La espalda de la defensa del Eibar a encontró primero Ivi, para asistir a Morales y después Morales para asistir a Bardhi. En ambos casos el gol resbaló por el desajuste defensivo, aunque los delanteros del Levante demostraron tacto y visión de la jugada para adivinar el gol. Un disparo de Inui fue el único asiento contable del Eibar en la primera mitad. Por más que llovía, el Eibar seguía seco, con un fútbol previsible, airoso porque el balón circulaba por el aire. Solo Capa remediaba tanta rutina. Solo Inui se asomaba tímidamente a ver qué pasaba en el área.

Debió ser que el Levante dio por ganado el partido o que vio tan humilde al rival, que decidió reducir su campo de maniobras a la mitad del terreno, el suyo, a pesar de las facilidades que el Eibar le había dado en la primera mitad. Fue su error, aunque defendiera con solidez por el centro, con Chema y Postigo inmensamente superiores a Enrich y Kike García. Desapareció en el Eibar Capa y apareció José Ángel que se hartó de tirar malos centros sin intentar siquiera alternar el juego. Pero surgió Inui jugando en horizontal por la línea del área, curvando defensas hasta que uno lo derribó. El lanzamiento de Arbilla fue sencillamente magistral: a la escuadra de la portería, golpeando el larguero por dentro, potente, lo que hacía imposible la estirada de cualquier portero. Podía ocurrir y ocurrió, cuando aún quedaban 40 minutos de partido.

El Levante ni se inmutó. Mantuvo la misma página abierta del manual defensivo mientras el Eibar jugaba con el corazón y poca cabeza. Centros y más centros lejanos para lucimiento de los centrales levantinos, confiados en el paso de los minutos en un día tan largo. Inui castigó al Levante. Se fue otra vez en horizontal, disparo con fuerza, Raúl solo pudo despejar el balón y Charles remachó el gol a medio metro.

Boateng tuvo el honor de protagonizar el único remate del Levante en la segunda mitad y Raúl evitó la victoria del Eibar en un último disparo que despejó con la costura del guante. Demasiados goles, demasiada historia para una enciclopedia tan breve. Pero Arbilla e Inui encendieron la luz en los momentos oportunos, la misma que cegó al Levante.

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