El Real Madrid, líder en solitario de la Liga tras vencer en la pista del colista Burgos
Los de Laso, a remolque hasta los últimos minutos del partido, se mantienen invictos gracias a Campazzo, Yusta y Maciulis (95-100). El Montakit Fuenlabrada pierde en casa ante Obradoiro (65-73)
El colista atosigó al líder durante gran parte del partido, pero el Madrid salió invicto de Burgos exprimiendo todos sus recursos (95-100). Deon Thompson, Deividas Gailius, Thomas Schreiner y Sebas Saiz estiraron la ambición del recién ascendido, pero no bastó ante un grupo sólido que volvió a superar las exigencias del calendario. “Sabíamos que sería difícil por aspectos mentales sobre todo”, explicó Laso. El sustento imprescindible de Doncic y Campazzo, la aportación crucial de Maciulis y Yusta, y la experiencia efectiva de Reyes y Rudy salvaron una mala tarde de los blancos que, tras la derrota del Fuenlabrada ante el Obradoiro (65-73), se quedan solos al frente de la clasificación.
Con el impulso de Corey Fisher, la intensidad de Deon Thompson y varios ensayos de defensa en zona, el Burgos se lanzó intrépido al intercambio de golpes con el Madrid. Querían explorar los locales la fatiga de los blancos en su segundo partido en menos de 48 horas, el quinto en los últimos 10 días, y durante más de una hora soñaron con la gesta. Recién llegados de Kaunas, los de Laso pagaron el desgaste ante un rival más despierto y con una mejor velocidad de reacción. Se sumaron con brío a la rotación local Sebas Sáiz, Deividas Gailius y, sobre todo, Thomas Schreiner. El base austriaco, ex del Andorra, tuvo un desembarco estelar en el encuentro con 11 puntos, tres asistencias y 15 de valoración en apenas ocho minutos en pista y, agarrado a su carrerilla, el Burgos desató su optimismo y se marchó al descanso con un estirón de seis puntos (45-39, m. 20). Para entonces, el Madrid perdía la pelea por el rebote (15-10), movía peor el balón (10-6 en asistencias) y coleccionaba ocho pérdidas de balón.
No funcionó esta vez la gestión de la escasez. La alternancia de Ayón y Felipe se quedó corta y Laso necesitó, por momentos, reunirles en pista. Taylor, con un esguince de tobillo, se sumó a la larga lista de bajas de los blancos y un cadete se subió al autobús rumbo a Burgos. Usman Garuba, con 15 años y siete meses, completó el banquillo madridista en una tarde desapacible en la que el colista se reveló ante el líder. “Tenemos que cambiar la intensidad y la concentración. Necesitamos una marcha más”, avisaba Campazzo en el entreacto. A pesar de la agitación del base argentino, el Madrid prolongó su galbana tras el descanso. Mientras los blancos buscaban soluciones, el Burgos recuperó su plan inicial. Deon Thompson se convirtió en un martillo pilón y, con 12 puntos en el tercer cuarto, llevó a su equipo a sus mejores cotas (70-61, m. 28). Huskic y Saiz se sumaron a la causa de Thompson y ninguno de los interiores madridistas pudo afianzar el dique.
Sin fluidez ni afinación, el Madrid se agarró al partido a base de experiencia y con dos triples balsámicos de Yusta y Doncic. El esloveno dio el susto tras un mal apoyo del tobillo izquierdo en un rebote que se fue fuera de la pista. Con un dos más uno de Felipe, el líder atajó la escapada local y se reenganchó al partido (77-77, a 7m 30s). El Burgos comenzó a padecer la limitación de depósito y el Madrid encontró, por fin, un punto de firmeza defensiva. Llegaron entonces otros tres bingos decisivos desde el 6,75: uno de Rudy, su número 650 en la Liga; otro de Yusta, en su mejor actuación como madridista; y uno más de Maciulis, para sentenciar el duelo. En la segunda mitad, los blancos anotaron 6 triples de siete intentados y solo sumaron tres pérdidas de balón. Sudaron tinta, pero salvaron una tarde vivida a remolque.
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