El Valencia destroza al Sevilla de Berizzo (4-0)
Impulsado por Guedes, los de Marcelino endosan una goleada que hunde más a un rival que venía de un duro golpe contra el Spartak
Con Gonzalo Guedes desencadenado como principio y final de la goleada, el Valencia reventó al Sevilla en Mestalla en una tarde para el recuerdo, donde el portugués marcó un gol fantástico. El grupo de Marcelino, que ha marcado 21 goles en las últimas cinco jornadas de Liga, golpeó la credibilidad de Berizzo y de su Sevilla. Los del Nervión han encajado nueve goles en dos partidos. Su momento es trágico. Llegó a Valencia con cuatro goles en contra en Liga en ocho jornadas y se marchó con ocho. El mazo del contragolpe valencianista lo derribó.
Minutos antes del choque, Simone Zaza recibió de manos de Amedeo Carboni, exjugador del Valencia, también italiano, el trofeo al mejor jugador del mes de septiembre que otorga la LFP. Al de octubre oposita con fuerza y golazos Gonzalo Guedes. El portugués fue el jugador del partido. Empezó enloqueciendo a Mercado, que recurrió a un feo pisotón sobre el tobillo del portugués para pararlo. El Sevilla tenía una brecha en su costado derecho desde que se conoció la alineación. El duelo Mercado-Guedes era muy desigual y el jugador cedido por el PSG, desde el inicio, acuchilló el flanco defendido por el argentino, un central reconvertido a lateral que padece en banda. Tras la lesión de Lenglet, Mercado respiró aliviado porque se fue al centro y a Corchia, lateral puro, le tocó sujetar a Guedes. Tampoco pudo.
Coleccionista de goles asombrosos desde que juega para el Valencia, el portugués firmó un gol para el recuerdo y para el imaginario colectivo del valencianismo. Guedes, que estuvo varios minutos en banda recuperándose del pisotón de Mercado, se reincorporó a tiempo para hacer un gran gol. La jugada fue veloz y al primer toque. Recibió Rodrigo de Murillo en el círculo central y el hispano-brasileño soltó a Guedes, que con espacio por delante es un depredador. Aceleró el portugués hasta la frontal. Allí sentó a Kjaer con un regate con la izquierda para, acto seguido, con la derecha, dejar clavado a Pizarro y disparar a portería. El balón entró por toda la escuadra. Golazo. Mejor que el que consiguió una semana antes en el Villamarín. En París no cabía en la plantilla del PSG, en Mestalla se sale. Cuando galopa rompe cualquier defensa y cuando encara siempre desequilibra.
Guedes abrió la goleada y la cerró. Esta vez lo disparó Kondogbia y Guedes con espacio encaró a Sergio Rico, elevó la pelota sobre el portero y cerró la noche en Mestalla. Santi Mina, previamente, marcó el 3-0. El momento del delantero gallego también es notable. Lleva tres goles, cifra importante para un suplente.
No llegó a la plasticidad del gol de Guedes pero el tanto que consiguió Zaza para el 2-0, en jugada que arrancó en Kondogbia, fue un buen gol. Octavo gol del impetuoso gladiador italiano, que lleva cinco jornadas consecutivas marcando. Igual que Rodrigo, que este sábado rompió su racha.
El Sevilla resistió hasta que se apagó Pizarro. El argentino sujetó él solito al equipo hasta el descanso. Sus llegadas en la primera parte fueron producto de las pérdidas de balón en zona de iniciación de Gabriel Paulista y Kondogbia, que fueron graves; luego lo corrigieron. Porque los duelos se los llevó todos el Valencia. Muy plástico el que le ganó Gayà a Jesús Navas, en un enfrentamiento entre dos jugadores con un perfil muy parecido. El Sevilla, todavía por hacer, y las jornadas transcurren a mucha velocidad, fue inferior.
Y eso que Berizzo dejó a un lado su rígida política de rotaciones, la misma que lo está flagelando sin piedad desde que comenzó la temporada pero a la que se abraza como a una amante que no deja de despreciarlo. Hizo cambios, aunque de forma más tibia, con solo tres permutas, los tres en ataque. En defensa, pese a las cinco balas que recibió en Moscú, no cambió su escudo defensivo. El técnico buscó soluciones en lugar de dar descansos y su once era menos discutible que en anteriores partidos. Los resultados escuecen y el Spartak goleó al equipo pero maltrató a Berizzo, muy discutido en Nervión porque tiene al equipo todavía en obras. La semana ha sido muy dura para los andaluces. El Valencia se le marcha a cinco puntos de ventaja en la guerra por Europa y se asienta en la segunda posición.
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