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LaLiga Santander jornada 8
Girona
Girona
Stuani 40'
1 2
Finalizado
Villarreal
Villarreal
Bakambu 9'Bakambu 20'

Bakambu fulmina a un angustiado Girona

El equipo de Machín paga los dos goles concedidos al inicio del partido

Ramon Besa
Los jugadores del Villarreal festejan un tanto de Bakambu.
Los jugadores del Villarreal festejan un tanto de Bakambu.David Ramos (Getty Images)

Al Girona se le escapan por muy poco los goles, los puntos y los partidos, víctima de la inexperiencia y, si se quiere, de aquellas cosas que solo se aprenden con el tiempo en Primera División. Hoy es un muy buen novato que se bate con entusiasmo y acaba exhausto los partidos que tanto pelea tanto fuera como en Montilivi. Al Villarreal le alcanzó con dos goles fulminantes de Bakambu. Hoy es un equipo más experto y cuajado que el Girona después que ambos compartieran la fase de ascenso cuando militaban en Segunda B en la temporada 1991-1992.

El Villarreal impuso su saber estar frente al entusiasmo del Girona, manso al inicio y derrengado al final, caído a las últimas posiciones de la tabla después de encadenar tres derrotas consecutivas provocadas también por un calendario exigente (Atlético, Sevilla, Barça y Villarreal). Y a final de mes le visita el Madrid. La actuación del equipo de Machín fue tan meritoria como ingenua después de conceder dos tantos que marcaron la diferencia; si meter goles es una heroicidad para el Girona, remontar dos resulta imposible ante el plantel de Calleja.

Jugó el Villarreal con mucha comodidad durante un buen rato en Montilivi. El campo era amable, la temperatura ambiente resultaba plácida y el adversario miraba más que jugaba, demasiado contemplativo, todavía ensimismado con la resaca del ascenso, como si la elite tuviera que rendir pleitesía a la admirada Girona. No habían pasado veinte minutos y Bakambu ya había metido dos goles: 0-2. Los volantes del Villarreal tocaban sin presión en busca de la espalda de Juanpe y de la carrera de Bakambu y las ocasiones se sucedían en el arco de Gorka.

No falló el ariete en la recepción de dos pases preciosos y precisos de Trigueros y Fornals. Telegrafiaban sus jugadas los muchachos de Calleja y no encontraban el antídoto los zagueros de Machin. Un delantero centro era más resolutivo que tres centrales como Ramalho, Juanpe y Juanpe. No sabía el Girona si defender al futbolista contrario o a la pelota, dominado por el Villarreal y dormido por el calor otoñal, muy poco agresivo, sorprendentemente afeitado en un encuentro que exigía atención, esfuerzo y, sobre todo, acierto, el punto débil del Girona.

Los rojiblancos se partieron por la mitad. Las concesiones defensivas alternaban con las escasas llegadas al marco de Barbosa. El Villarreal miraba el paisaje con suficiencia, a favor de marcador, superior en las distintas zonas del campo, también en las áreas, tanto la suya como la de Gorka Iraizoz. El partido podía haber acabado con el 0-2. Nadie apostaba por un remonte local hasta que apareció Stuani y se reivindicó como un 9 capaz de discutir el protagonismo adquirido hasta entonces por el potente y certero Bakambu.

Stuani cabeceó un centro lateral y provocó una excelente intervención de Barbosa. La jugada continuó desde el córner y ya se sabe que la estrategia es el punto fuerte del Girona. Bernardo acudió al área para cabecear y después centrar al primer palo para la llegada de Stuani. El uruguayo, que suma cuatro de los siete tantos del equipo, taconeó a la red y le dio vida al partido con el 1-2. El tanto animó al Girona y muy especialmente a Machín, que puso en escena a Kayode para alcanzar la cancha rival, redoblar la carga, atacar con dos puntas y crear dudas al Villarreal.

Aumentó la intensidad rojiblanca y desde la presión se sucedieron las llegadas al área de Barbosa. Los remates fueron continuos: pudo empatar Maffeo en un tiro cruzado, a Stuani le faltó un palmo para cabecear un centro muy bien puesto desde la derecha y Kayode pisó con ganas el área del Villarreal. La pelota no salía del área amarilla y la hinchada no paraba de pedir penaltis en el área de Barbosa. La afrenta local obligó a recular al equipo de Calleja. No sabe jugar el Villarreal sin la pelota y se crece el Girona en la adversidad, y más si juega en Montilivi.

A falta de control, se imponía el fútbol arrebatador del Girona y las contras del Villarreal. Al partido se sumó también Gorka, espectador de los goles de Bakambu y excelente cuando sacó su mano izquierda en un disparo de Bacca. La contienda quedó muy abierta, sin respiro para ninguno de los dos equipos, dispuesta para el intervencionismo de Machín y Calleja. Los cambios ayudaron a encontrar algún momento de pausa, justamente lo que pretendía el Villarreal. El plantel de Calleja consiguió enfriar el partido mientras descansaba el Villarreal.

El partido había quedado a pies del excelente Rodri hasta que en los últimos diez minutos se la jugaron los chicos de Machín. Aunque Soriano remató al palo, Bernardo y Maffeo estuvieron muy cerca de marcar el gol del empate, empujados por las acciones a balón parado y el brío de Borja Garcia. No tuvo tino el Girona y firmó la derrota con desespero, contrariado porque aspiró a un mejor resultado después de facilitarle la tarde al competitivo Villarreal.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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