Ilusión Dembélé
El francés, el jugador más caro en la historia del Barcelona, debuta con una asistencia en el derbi ante el Espanyol
Es difícil calibrar en el fútbol el precio pagado por un futbolista con la expectación que genera en la hinchada. La temporada pasada, Paul Pogba se convirtió en el fichaje más caro de la historia después de que el Manchester United pagara 105 millones de euros a la Juventus por su fichaje y la afición de los red devils comenzó a prestar especial atención a los movimientos del francés. Todo lo que hacía Pogba en el campo era motivo de un minucioso análisis. “La gente me mira como diciendo ‘Pogba debe marcar goles’, ‘Pogba debería hacer esto’... Creo que me están poniendo como delantero, defensa y mediocampista”, descargó el mediocampista, un poco harto de sus detractores. Y Mourinho, su entrenador, fue un paso más allá. “No es culpa de Pogba que algunos expertos que salen en televisión tengan problemas con sus vidas y necesitan cada moneda para sobrevivir y mi jugador sea multimillonario”, soltó el técnico portugués.
Este verano, el PSG dejó en un chiste los millones que el United pagó por Pogba a la Juve, cuando le sopló a Neymar al Barça. El cuadro de París puso 222 millones para llevarse al brasileño al Parque de los Príncipes. Caído el tridente, con mucho dinero en el banco, el Barcelona salió a buscar un reemplazante para Neymar en el mercado. No era una tarea fácil. La apuesta azulgrana fue Ousmane Dembélé, de 20 años, que se convirtió en el futbolista más caro en la historia del Camp Nou, después de que el Barça pactara 105 millones, más 42 en variables con el Borussia Dortmund por su fichaje. Y, claro, como pasó el año pasado en Old Trafford con Pogba, hoy el Camp Nou mira a Dembélé.
“Ousmane se está integrando bien. Al principio fue un poco más difícil, pero ahora que ya están sus compatriotas en el grupo, todo será más sencillo para él”, advirtió Jon Aspiazu, segundo entrenador del Barça, antes del derbi de este sábado ante el Espanyol. Ernesto Valverde dejó a Dembélé en el banquillo. Y, una vez que Messi ya había liquidado la contienda con su triplete, el Txingurri mandó al francés al campo, cuando faltaban algo más de 20 minutos para el cierre del duelo. “Tiene que ir poco a poco, debe conocer a sus compañeros tanto los entrenamientos como en la competición”, explicó Valverde.
“El vestuario trata de arroparle”
“El vestuario trata de arroparle, es un jugador joven y nosotros sabemos que tiene unas cualidades enormes. Ha tenido un buen estreno, es importante que se atreva a hacer cosas”, destacó Rakitic. Contra el Espanyol, Dembélé tocó 11 pelotas: dio cinco pases buenos, intentó un regate, generó la amarilla de Aarón -“Es muy rápido, no hay que dejarlo recibir”, había analizado el lateral blanquiazul en la previa- y le sirvió el quinto gol a Luis Suárez. “Lo vi a Luis que entraba solo y, por suerte, tuve éxito en mi centro”, explicó su asistencia el exdelantero del Dortmund. Y el charrúa, nada más mandar el balón a la red, fue a buscar a Dembélé. Agradecimiento y abrazo, un gesto de Luis Suárez con el nuevo miembro del ataque azulgrana.
No es fácil hacerse un hueco en el once del Barça, mucho menos es ganarse la confianza de Messi. Pero el 10 fue otro de los que mimó a Dembélé. Nada más terminar el duelo, el rosarino fue a buscar al francés para darle un abrazo. “Estoy muy contento de haber jugado y de haber cumplido el sueño de compartir equipo con Messi”, contó el 11. La afición recibió con los brazos abiertos al reemplazante de Neymar y la Grada de Animación hasta se animó a corear su nombre al ritmo de La Marsellesa. Dembélé ilusiona al Camp Nou.
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