España, mucho más que una transición dulce
La adaptación de los nuevos a los viejos rockeros y viceversa está siendo impecable
Con el final del último partido del grupo de este Eurobasket, y superado el escollo de Croacia, regresó la tranquilidad y el trámite para España que, si acaso, solo se salió de la rutina para dejar que se embarullara un poco su juego durante el tercer cuarto. Seguramente fruto de la relajación propia de quien ya es primero y además ya tiene resuelto el partido. Es muy difícil estar al cien por cien cuando los rivales se te plantan enfrente casi rendidos y apenas se atreven a presentar batalla más allá de la línea de 6,75. Si entran bien y si no, pues no perdemos energía en refriegas de las que no saldremos bien, deben pensar.
Así, en el rato en que sí que encontraron canasta esos tiros lejanos, los húngaros consiguieron sentirse dentro del partido a una distancia de ocho puntos de la selección, pero entonces tomaron protagonismo Chacho y su magia y en un visto y no visto España ya estaba otra vez 20 arriba.
Hay que ser sinceros y en la clasificación al margen del encuentro ante Croacia, el resto de partidos hay que definirlos como ni chicha ni limoná y aun así la selección ha interesado. ¿Por qué? Sencillo: porque hay gente nueva. Se está produciendo un cambio generacional que levanta interés por comprobar cómo evoluciona. El buen aficionado quiere ver cómo podrá ser el futuro de la roja sin esos hombres que nos han llevado a la gloria tantas veces y hemos de reconocer que hasta ahora está siendo mucho más que una transición dulce. La adaptación de esos nuevos a los viejos rockeros y viceversa está siendo impecable y eso es lo que está permitiendo ver a una España que no solo gana , sino que además arrolla a los rivales. Y también que cuando ha tenido que jugar a cara de perro ha sabido encontrar sus ventajas.
Lo que sí tenemos todos claro es que a la espera de confirmar el siguiente rival en octavos, lo que viene poco tendrá que ver con los visto en Rumanía. Para empezar, el jugar a vida o muerte condiciona a todos los equipos y es ahora cuando hay que hacer realmente buena la impresión de que somos los mejores en todo. Lo hemos sido en números liderando casi todas las estadísticas: máximos anotadores, los mejores en porcentaje triple, máximos reboteadores totales, segundos en tapones, los mejores asistentes…
La pena es que el final de esta primera fase nos ha traído una mala noticia y es que Abrines no podrá jugar en lo que resta de campeonato. Una pena porque las sensaciones que dejó en el inicio fueron inmejorables, y además estaba llamado a ser uno de los jugadores con más presencia y minutos en el equipo. Por suerte su ausencia no se está notando y esa es la grandeza de esta selección.
Y para acabar hoy sí que es el día para personalizar y hacer una mención especial del mejor, Pau Gasol, que ha arrebatado a su compañero Tony Parker la corona de máximo anotador del Europeo. Seguramente el francés piense como todos que no hay nadie mejor que Pau para cogerle el relevo. Gasol ha firmado tantas actuaciones memorables con España que es difícil escoger una, aunque en mi memoria siempre estará aquel partido inolvidable ante Francia en semis del pasado Eurobasket, pero sobre todo es un hombre que siempre ha sabido dar los pasos correctos en su carrera, siempre ha sabido realizar la declaración perfecta en el momento oportuno, siempre ha dado todo lo posible y ha buscado la mejora año a año. Creo que la FIBA debería haber parado el partido frente a Hungría en el momento en que Pau ha rebasado a Parker para dar notoriedad al momento y homenajear a un jugador que hace al baloncesto más grande, más allá del país para el que juega. Es un icono de este deporte y un modelo a seguir fuera de las canchas y eso hay que reconocerlo siempre.
Felicidades Pau por todo lo que has conseguido y gracias por todo lo que nos has dado. Eres el más grande.
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