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LaLiga Santander jornada 2
Espanyol
Espanyol
0 1
Finalizado
Leganés
Leganés
Mantovani 28'

El Leganés desnuda al Espanyol

El equipo madrileño se impone en Cornellà, gracias al gol de Mantovani

Juan I. Irigoyen
Naldo disputa el balón con Szymanowski.
Naldo disputa el balón con Szymanowski.Andreu Dalmau (EFE)

El Leganés desnudó al Espanyol. El conjunto de Asier Garitano, ordenado y competitivo, se impuso en Cornellà a un tibio Espanyol, primero inexpresivo, después ambicioso, siempre sin puntería. Ni la esperada reaparición del chisposo Sergio García pudo darle el empate al Espanyol, que ya había sufrido el gol de Mantovani.

Juega el Leganés con la calma de quien conoce su hoja de ruta. El equipo es compacto y equilibrado y sobre todo inteligente. Esconde sus limitaciones, potencia sus virtudes. Sabía el técnico del Leganés que al Espanyol le cuesta un Perú sacar el balón con claridad desde el fondo, más ahora que perdió a Diego Reyes. Sin la pelota, el cuadro de Sánchez Flores se agranda, como se vio con el empate de Sevilla; en cambio, se encoge el cuero en sus botas, como ante el Leganés.

Así despertó el duelo en Cornellà, con los muchachos blanquiazules al mando del balón. Un control inofensivo, sin profundidad en las bandas ni juego interior. Y eso que Sánchez Flores mezcló el mediocampo con Jurado, Piatti y Hernán Pérez, a los que se les sumó Granero, después de la lesión del capitán Javi López, nada más comenzar el duelo. Pero la falta de juego, sumada a las repetidas impresiones, era una enfermedad sin remedio. Una situación que aprovechó el Leganés. El cuadro de Garitano robaba el balón en la divisoria del campo y apuntaba a Pau López. Tuvo trabajo el meta blanquiazul. Pero las manos de Pau no fueron suficientes. Sacó un manotazo de hierro para rechazar el remate de Gabriel y después se levantó para detener el disparo de Guerrero; no pudo con el tiro de Mantovani desde el suelo. Todo en la misma jugada. Todo ante la tibia mirada de la zaga blanquiazul.

No alcanzaba con las manos de Pau para mandar. Sánchez Flores buscó entonces en el baúl de los recuerdos. Sacó a Sergio García, una aspirina para el equipo, un golpe de ilusión para la hinchada, que, a esas alturas, ya se empezaba a impacientar con la parsimonia de sus jugadores, simbolizada en Granero y Jurado. La aparición del 9 enchufó al Espanyol. Con el Leganés atrapado en su área, el cuadro blanquiazul ya no tenía un problema en la medular sino en las botas de sus delanteros. Se olvidaron la tiza en el vestuario Piatti y Gerard Moreno y especialmente Baptistão. El 11 erró por duplicado en una acción que anunciaba un empate que nunca llegó. Mal trago en casa para el Espanyol. Después del parón, visita el Camp Nou.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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